Ecuador: el debate mostró a Lasso y a Pérez como los candidatos del neoliberalismo
Pese a tener una imagen progresista, el candidato de Pachakutik se alineó con el neoliberalismo en el debate presidencial.
El próximo 7 de febrero los ecuatorianos están llamados a las urnas para escoger sus nuevos presidente y vicepresidente, además de votar para repartir los escaños de la Asamblea Nacional.
Tras la ruptura política que aconteció entre 2017 y 2018 a causa del viraje de Lenín Moreno hacia la derecha, alejándose del programa con el que se presentó a las elecciones, el anterior sistema de partidos imperante desde 2007 cambió.
Anteriormente, el campo progresista estaba unido en torno a la figura de Rafael Correa y su proyecto de la Revolución Ciudadana. El espectro conservador se presentaba por separado en la primera vuelta por una imposibilidad de unión a causa de los egos, por lo que se medían la primera vez que se iba a votar, y, si había suerte de llegar a segunda vuelta, lograban unirse al tener claro la cuota que le correspondía a cada uno a tenor de los resultados obtenidos previamente.
Sin embargo, desde el año 2017 se ha desencadenado una represión permanente y agresiva contra la oposición al actual mandatario Lenín Moreno. En el terreno electoral se ha expresado negando la posibilidad de crear un partido político, de no poder presentar al principal cuadro (Rafael Correa) y no poder usar su imagen en los spots electorales. Por no nombrar el retraso lo máximo posible de la inscripción de la actual fórmula de la izquierda ecuatoriana, escuchas, ataques informáticos…
Aunado a ello una manipulación mediática de alta intensidad que silencia la judicialización de la política, saca de contexto las declaraciones de los perseguidos, oculta los hechos objetivos y elabora tramas de corrupción falsas para justificar la persecución por motivos ideológicos.
Esa misma manipulación convierte a determinados movimientos, que han estado alineados con Lenín Moreno, como sus férreos opositores, para otorgarles un disfraz progresista que sea capaz de dividir el voto que antes iba a parar a la izquierda liderada por Rafael Correa, y hoy representada electoralmente por Andrés Arauz.
Sin embargo hay ciertos hechos que permiten quitar ese disfraz para dejar plenamente visible que esas organizaciones apoyan el mismo neoliberalismo, y han estado cómodas con la represión desatada sobre los que han luchado de manera permanente contra el régimen que se ha impuesto de espaldas a la voluntad de las urnas.
Por ejemplo no haber sido víctimas de la represión ni de la intoxicación mediática del actual régimen autoritario que ha vulnerado la constitución y ha desmantelado los mecanismos de control del Estado para perseguir a cualquiera que se le opusiera, haber apoyado en 2017 al candidato Guillermo Lasso, ponerse del lado del régimen en la consulta popular y referéndum de 2018, que supusieron la base de la persecución y desinstitucionalización posterior, plegarse al ataque contra la integración regional y a las medidas neoliberales en favor de la gran banca.
Yaku Pérez, el representante de uno de estos movimientos que el actual régimen usa para crear una suerte de bipartidismo que divida el voto progresista, lo ejemplificó en el reciente debate presidencial. En la mayoría de sus intervenciones atacó sin justificación al candidato de la izquierda Andrés Arauz, sin tener apenas reclamos para el actual régimen neoliberal.
Hizo suyos los argumentos de la oligarquía para perseguir al expresidente Correa, que pese a la manipulación mediática de los últimos cuatro años sigue teniendo más del 50% de aprobación. Repitió los argumentos del banquero Guillermo Lasso, al que apoyó en la segunda vuelta de 2017 e incluso expresó que, de llegar al poder, eliminaría impuestos que permiten la evasión fiscal, lo que beneficia a Lasso y a otros grandes banqueros y empresarios, reduciendo la capacidad del estado para el gasto social.