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El silencio electoral y el grito del pueblo ecuatoriano

Llega el silencio electoral, preámbulo de la victoria en primera vuelta del candidato de la Revolución Ciudadana Andrés Arauz.

Jueves 4 de febrero. Termina la campaña política y comienza el silencio electoral, y entre estos dos hechos más o menos “legales” y/u “oficiales” hay uno que no responde ni a leyes o códigos, ni a reglamentos u órdenes, es es: el grito del pueblo,  que dice a toda voz “¡Arauz presidente!“.

Cuando inicié mis travesuras como opinador escribiente en elestado.net uno de mis primeros artículos fue “Damnatio Memoriae”, en el que hice referencia a la forma en la que Roma se deshacía de los malos gobernantes, borrando toda huella o memoria de aquellos.

Justamente es lo que pretendió el traidor de Carondelet, mediante el lawfare contra los dirigentes de la Revolución Ciudadana: juicios amañados, condenas espurias, destrucción y desmantelamiento de la obra estatal, privatizaciones, desempleo, miles de muertos por la pandemia enterrados en fosas comunes y en cajas de cartón, mientras a hurtadillas se pagaba por adelantado a los tenedores de bonos de la deuda externa.

La cansina e interminable cantaleta “culpa de Correa”, no se alejó de las declaraciones del gobierno ni de los detractores de Correa (chulqueros, empresaurios y prensa corrupta). El día jueves 4 de febrero, a la medianoche, se inicia el “silencio”.

Descansaremos de oír que la Revolución Ciudadanaha sido lo peor“, que Rafael Correa “es un prófugo“, que Andrés Aráuz “es un títere“, que “seremos como Venezuela“, que “se acabará la dolarización“.

Mentiras y más mentiras de un gobierno agonizante, y de un aspirante a excandidato (por tercera vez) que saben que no lograron jamás su objetivo, pues la Revolución Ciudadana es más añorada que nunca, y Rafael Correa su líder insigne está más presente y más vigente que nunca.

Porque los enemigos apuntaron mal, creyeron que la Revolución Ciudadana es un nombre o una persona, pero como dicen en Cuba “se cogieron el culo con la puerta”, algo de esto decía también en otro de mis primeros artículos cuando escribí “El pueblo del Ecuador es la Revolución Ciudadana”.

A estas alturas la suerte está echada, otro de mis artículos antiguos “Alea Iacta Est” y lo confirman todas las encuestas realizadas en el Ecuador, todas desde septiembre de 2020 dan por ganador al denominado “Binomio de la Esperanza” Aráuz – Rabascall, excepto una empresa de encuestas, que ha mantenido el triunfo del candidato chulquero Guillermo Lasso, pero aún esa empresa en la última semana no le ha quedado más remedio que publicar finalmente que Aráuz está en primer lugar aunque claro, con un pequeñísimo margen de diferencia tratando de implantar la idea del “empate técnico”.

El grito del pueblo es tan ensordecedor que a este día, el porcentaje de intención de voto por Aráuz y el regreso de la Revolución Ciudadana está más allá del 45%, eso sin sumar los que se decidirán a última hora y los que por temor a ser despedidos de sus trabajos son obligados a acogerse al llamado “voto vergonzante”; es decir no declarar su verdadera intención. El segundo aparentemente será el mestizo Carlos Ranulfo Pérez (a) Yaku casi a 20 puntos de diferencia, y en tercer lugar el eterno candidato Lasso con un 17 – 19%.

El grito del pueblo es altivo, es reivindicatorio, es sobre todo silente, y se hará efectivo en el voto depositado en las urnas, ese grito que brota del corazón del pueblo ecuatoriano, del explotado, desempleado, del despedido, del traicionado, del que perdió sus familiares en la pandemia, y es un rechazo de quienes han perdido amigos y familiares por falta de atención médica y medicinas; ese grito nos humaniza a todos, nos hermana a todos, nos compromete a todos, ese grito es: “¡Correa presente, Araúz presidente!“.

La Revolución Ciudadana vuelve en una sola vuelta.