Error del CNE desata una ola mediática contra Rafael Correa y en favor de Yaku Pérez
La acción, premeditada o no, de dar a conocer los resultados sin que haya tendencia irreversible, causa un desgaste mediático contra Rafael Correa.
Desde hace años, el escenario político ecuatoriano sufre un nudo de tensión que debe resolverse antes de que tenga consecuencias negativas para la mayoría social, como una nueva ola migratoria o una represión de la protesta social, que llegará en el medio plazo de seguir las políticas aplicadas por Lenín Moreno.
El viraje del actual presidente hacia una práctica económica neoliberal, conjugada con una acción social que en ocasiones ha usado recursos fascistas, rompió la lógica democrática con la que Rafael Correa había consolidado la paz social.
En un corto periodo de tiempo, los ecuatorianos y ecuatorianas perdieron derechos como cobrar un salario digno, los que han mantenido el trabajo tras la oleada de despidos que ha provocado la “Ley Humanitaria” deben aceptar unas condiciones precarias para no perderlo. No hay fondos para la atención sanitaria ni para el acceso a la educación.
El político al que la mayoría miraba para revertir ese inesperado regreso al neoliberalismo rechazado en las urnas en 2017, Rafael Correa, ha sufrido una persecución judicial que le ha impedido estar en Ecuador, y por lo tanto presentarse a las elecciones. El pueblo se ha visto imposibilitado de escoger al representante que más apoyo tenía en las encuestas.
Cada una de esas maniobras han ido añadiendo capas al nudo principal, que está sometido a una tensión que puede romperlo en cualquier momento, porque la sociedad ecuatoriana no ha acatado de manera sumisa la desaparición de sus derechos, sino que se ha volcado con quienes, a juzgar por lo expresado en las urnas, consideran que lo pueden desenredar con paz social: Andrés Arauz, Carlos Rabascall y los asambleístas de la Lista 1 – Centro Democrático.
En mitad de esta delicada situación, el Consejo Nacional Electoral comete el error de anunciar los resultados cuando la tendencia no es irreversible, dando la segunda posición a Yaku Pérez de Pachakutik.
Un error que podría haber sido premeditado y parte de la estrategia de acoso y derribo contra la Revolución Ciudadana, atendiendo a la labor corrupta del CNE, que ha impedido al expresidente Correa participar en los spots electorales de Centro Democrático, con una norma que no ha aplicado a otros políticos, como a Jaime Nebot.
Además el CNE ha servido al gobierno de Lenín Moreno para impedir la postulación de Rafael Correa, para retrasar la inscripción del Binomio Andrés Arauz – Carlos Rabascall, ha añadido normas a su antojo, fuera de forma y tiempo para afectar a la Lista 1, como exigir pruebas PCR para los veedores electorales, sabiendo que los candidatos afectos al gobierno podrían costearlos, pero no los que apoyan al progresismo.
Yaku Pérez, al ver que con el lento avance de votos, Guillermo Lasso le iba adelantando, no dudó en acusar, sin pruebas, al expresidente Rafael Correa de tener una “mano invisible” con la que estaba removiendo los votos en el CNE para que su candidatura no pasase a segunda vuelta. Unas denuncias que tuvieron un altísimo eco internacional pese a estar fundamentadas en pruebas.
Muchos medios internacionales usaron esas declaraciones para mostrar a Yaku Pérez como un ecologista, haciéndolo ver como una alternativa progresista a la vieja política de Ecuador, en la que integraron a Andrés Arauz señalándolo en todo momento como “correísta“, para reducirlo a un nicho limitado de votantes silenciando su propuesta programática.
Ninguno de esos medios redactaron sobre el apoyo de Yaku Pérez a los golpes de estado -o intentos- que EEUU ha ido dando en los últimos lustros en América Latina, ni su falta de críticas al gobierno de Lenín Moreno y sus políticas neoliberales; como tampoco han tratado su alegría cuando un montaje metió en la cárcel al Vicepresidente Constitucional Jorge Glas; ni su disposición de apoyar al banquero Guillermo Lasso, de extrema derecha, antes que dialogar con Andrés Arauz.
Un lavado de imagen para un candidato que ha vendido la credibilidad política de las bases indígenas y realmente ecosocialistas de CONAIE y Pachakutik, al Frente Neoliberal que EEUU mediante su brazo diplomático OEA y el gobierno de Lenín Moreno, han articulado para apoyar a Guillermo Lasso en la segunda vuelta de abril.
Una segunda vuelta en la que el árbitro electoral será el mismo Consejo Nacional Electoral que ha provocado -a propósito o no- y sostenido este ataque a una de las dos partes que debe representar de manera neutral. El neoliberalismo en Ecuador ha venido acompañado de una corrupción que ha terminado por degradar la institucionalidad a su mínima expresión.