Invierno nuclear: la posición de Fallout 76 en la saga postapocalíptica
Fallout 76 es la última entrega de la saga, y la que peor imagen tiene, por un mal lanzamiento, que ya ha sido ampliamente solventado en el juego, pero no en el imaginario colectivo.
El pasado fin de semana, cuando estaba dando tumbos por Appalachia, sin saber si cocinar un pulmón de bestia calcinada, reformar el C.A.M.P., ir al Búnker de Whitesrpings a encargar una tarjeta de acceso nuclear o hacer el evento “Un problema colosal“, pregunté a mis amigas, con las que juego a la última entrega de la saga, cómo ordenarían de mejor a peor las diferentes entregas de la saga postapocalíptica.
Estábamos en la intimidad de una party -grupo de charla privado- por lo que nadie nos escuchaba y podíamos permitirnos no ser los posers en los que solemos convertirnos en las redes sociales, por lo que hablamos con sinceridad. Resultó que el Fallout 76 era la primera o segunda opción, siempre por encima de la cuarta entrega numerada.
Me sorprendió que para mis amigas también lo fuera, pensando que solo yo lo tenía en tan alta estima. Esto no se suele escuchar públicamente, aunque muchos y muchas lo piensen, porque su credibilidad gamer quedaría en entredicho. Sin embargo, el Fallout 76 siempre tiene los servidores llenos de gente, muchas veces no podemos entrar en un mundo porque está lleno. En los eventos más masivos siempre hay muchos moradores del Refugio de la supervisora que se aventuró por lo desconocido.
Seamos claros. Fallout 3 tiene mejor narrativa, Fallout New Vegas mejores elementos de rol y Fallout 4 mejor gunplay y lore -historia y contexto argumental-. Pero es que Fallout 76 es mucho más divertido porque tiene cooperativo. Y en los demás apartados, si bien no llega a la excelencia de los otros títulos, sí que son notables, y cada año que pasa, mejoran.
El problema del Fallout 76 es su imagen. Su lanzamiento tuvo serias taras (la ausencia de NPCs, pocos eventos, bugs) que elevaron el brutal hate que ya tenía por el hecho de no ser de un solo jugador, ya sabemos que cierta parte de la comunidad gamer no soporta los cambios, y rechazan de manera furibunda todo lo que no sea “lo nuestro de siempre“.
Y eso está bien si es de manera moderada, porque no queremos que destrocen nuestras sagas favoritas, pero aquí sigue el VATS, siguen las mutarachas, un sistema de crafteo profundo, las servoarmaduras, la Hermandad del Acero, el Karma con las diferentes facciones, el hambre y la sed, el invierno nuclear, el farmeo… Lo que pasa es que ahora lo puedes jugar con amigos y amigas.
Ese rechazo a abrir la saga al multijugador competitivo y/o cooperativo, produjo un odio que impulsó y exageró la ola de los errores en su inicio, y no ha sabido -o querido- dar a conocer los cambios constantes y el muy buen trabajo que Bethesda ha venido realizando para mejorar todo lo posible el juego. Por ejemplo tenemos nuevos eventos, las armas legendarias, el tablero, las operaciones diarias, NPCs con nuevas misiones, las facciones Cráter y Fundición, el Refugio 79, nuevas servoarmaduras y armaduras…
Yo, amando con locura el New Vegas y el 3, y gustándome mucho el 4, qué queréis que os diga, ir con mis amigas a por la Reina de las Bestias Calcinadas, y ver a otro montón de jugadores unidos contra el mal, me llena más que limpiar el agua de Washington DC. E investigar el campo de golf de Whitesprings para matar a necrófagos juntos, por nombrar otra posibilidad, hacen que sea mi entrega de la saga favorita.
La imagen de portada de este contenido fue tomada por Sara Tortajada.