Los aeropuertos: elemento clave de la reactivación turística del Ecuador
Al incentivar la movilidad aérea interna, se reanimarán sectores diversos en las poblaciones rurales que viven del turismo.
Hace algunas semanas, conociendo a una linda familia de emprendedores esmeraldeños, me contaban de su pequeño negocio hotelero en un paradisíaco balneario de su provincia y me invitaban a pasar algunos días para descansar y disfrutar de lo hermoso de la naturaleza y cultura de nuestro país.
En ese momento, al repasar muy rápidamente “la distancia” por carretera que existe entre Guayaquil y Esmeraldas, así como las múltiples ocupaciones que solemos tener siempre encima, mi primera respuesta, soltada sin mucha precisión ni tesón, fue: “¿y hay vuelos de aquí para Esmeraldas?”.
Me refería a vuelos aéreos de Guayaquil a Esmeraldas. Que seamos de clase trabajadora no quita que nos guste “ahorrar tiempo”, pensando con eso tener más espacio para disfrutar de esa promesa de diversión idílica.
Evidentemente la sorpresa y desilusión en mis nuevos amigos fue notoria: “no, ahora ya no hay vuelos”.
Ahora que en estos tiempos hablamos de reactivación económica y de “echar una mano” a uno de los sectores más afectados de la pandemia, como lo es el sector turístico, no podemos dejar de analizar una de las recomendaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que es la de promover la reactivación económica a través del turismo sostenible, mucho más consciente con la naturaleza, comprometido con el buen servicio y las buenas prácticas, y que brinde además, una debida seguridad sanitaria; en donde los destinos en auge y poco masivos tienen una gran oportunidad.
Qué importante sería poder contar con una red de conectividad aérea para la reactivación del turismo interno en el Ecuador. ¡Ya existe, sólo que no se la utiliza!
Sabemos que, sólo desde el 2008 al 2015, durante los años de la Revolución Ciudadana, según cifras oficiales, se invirtió más de $725 millones de dólares en vías, puertos, aeropuertos y otros sistemas de transporte. Inversión sin precedentes que nos permite ser el segundo país en contar con una red vial de alto nivel, que mejoró sustancialmente la competitividad sistémica en los distintos niveles de la economía, y que por supuesto, nos acercó mucho más como país e incentivó el turismo.
Además, entre otros de los aciertos de esos años de gloria fue el instaurar el calendario de feriados, lo que ha permitido planificar vacaciones por parte de los visitantes, operaciones por parte de los actores turísticos, y así promover un turismo más ordenado y sostenible.
Está demostrado que las cifras del turismo interior de los países suelen ser con frecuencia más importantes que las del turismo receptor. Para el caso del Ecuador, solo en el año 2018, según datos del órgano rector, se movilizaron más de 2800 millones de dólares por ese concepto.
Los aeropuertos del país, con una inversión pública que costó sudor y lágrimas, y que fue motivo de orgullo para muchos, no pueden seguir subutilizados y deteriorándose.
Es tiempo que un gobierno progresista, como el de Andrés Arauz y Carlos Rabascall, los rescaten del olvido y entre otras cosas urgentes, se promueva la atracción de operadores aéreos que trabajen para acercar aún más los territorios e incentivar el turismo interno.
Será importante coordinar acciones entre todas las instituciones involucradas y actores turísticos para posicionar y promover nuevos destinos, reducir aranceles y generar incentivos para esos operadores, así como revisar tasas y otros impuestos que afectan fuertemente las tarifas aéreas internas. Inclusive existen GADs interesados en asumir sus administraciones. Esto permitirá poner en valor la infraestructura aérea que ya existe con varios aeropuertos de primer nivel en ciudades como Salinas, Santa Rosa, Esmeraldas o El Coca.
Al incentivar la movilidad aérea interna, con mayor frecuencia diaria y a precios competitivos, se ayudará a la economía ecuatoriana y reanimar sectores diversos como la transportación, los alimentos y bebidas, el alojamiento, el comercio en las poblaciones rurales que viven del turismo comunitario, el sector artesanal con la venta de recuerdos o souvenires, los guías de turismo, el pago de impuestos, entre otros.
Entre las propuestas claves del presidenciable progresista Andrés Arauz se encuentra la recuperación del Tren ecuatoriano, este programa, sumado a la rehabilitación de la red aérea del país, será un salvavidas urgente para el sector turístico que clama por atención, así como para una población golpeada por la pandemia, que también pide un tiempo libre para no caer en un cansancio extremo. Es tiempo de apostar al Ecuador. Los convido a creerme cuando digo “futuro“.