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Las 3 claves del fin del ciclo político conservador en América Latina

El campo conservador ha experimentado un retroceso político en los últimos años, permitiendo la victoria de la izquierda como en las recientes elecciones de Perú, Bolivia y México.

La derecha en América Latina creció en la última década. Mauricio Macri, Jair Bolsonaro, Luis LaCalle Pou y Nayib Bukele representan el avance del neoliberalismo. Los resultados de sus gobiernos lucen a primera vista lejos de sus promesas electorales.

En el caso de Colombia, la gestión de Iván Duque hizo sonar las alarmas en la Comunidad Internacional, que ha protestado mediante diferentes instituciones como la Organización de las Naciones Unidas a causa de la represión de las manifestaciones pacíficas.

Además, la pandemia del COVID-19 ha mostrado las debilidades de los sistemas de salud que han sido objeto de privatizaciones, siendo incapaces de contener la enfermedad según datos oficiales.

Brasil, el negacionismo frente al COVID-19

Actualmente, solo 24% de los brasileros apoya a Jair Bolsonaro. Parte de la explicación se centra en el fracaso de sus políticas para manejar la pandemia del COVID-19.

Las cifras oficiales indican que en Brasil han muerto cerca de medio millón de personas. Sin embargo, Jair Bolsonaro sigue confrontando las medidas dictadas por los gobiernos locales, que optan por mantener el distanciamiento social y el aislamiento.

Su gestión está siendo investigada por el Senado brasilero en virtud de la catástrofe sanitaria que ha representado la pandemia para el gigante suramericano. Una enfermedad que Bolsonaro calificó de “gripecita”, y que ha infectado a 17 millones de ciudadanos de ese país.

Al inicio de su mandato, Bolsonaro ostentaba niveles de popularidad de más del 40%. Llegada la pandemia, el presidente de Brasil no parece salir ileso. Su gestión de la crisis colocó a Brasil en el tercer puesto en contagiados y fallecidos, solo por detrás de EEUU e India.

Colombia en paro

Iván Duque no termina de superar la crisis social que atraviesa el país, ni de asentar su gobierno tras casi 50 días de Paro Nacional. La frágil estabilidad política de Colombia tras romperse los Acuerdos de Paz, se quebró gracias a un desafortunado tweet de su líder político Álvaro Uribe Vélez. El resultado de este episodio que aún no se cierra, ronda los casi 4 mil afectados por violencia policial.

La crisis comenzó por un Paro Nacional convocado por las principales centrales obreras de Colombia. La reforma tributaria que imponía mayores cargas a la mayoría social fue el motivo de la organización popular. Las demandas no son solo menores impuestos, se trata de cambios estructurales que el actual sistema neoliberal no se puede permitir.

Mayor acceso a los sistemas de salud, educación universal, mejores salarios, seguridad ciudadana y libertad de expresión, conforman las demandas que exige la sociedad civil. Por otra parte, la respuesta represiva motivó la presencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que investiga los hechos.

En este contexto la derecha colombiana está en su peor momento. Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá y líder de “Colombia Humana” es el favorito para alcanzar la presidencia de Colombia en los venideros comicios de 2022.

Paraguay, sumergido en la corrupción

En Paraguay la corrupción marca la agenda. Las cifras de organizaciones como transparencia internacional, indican que la percepción de corrupción en el sector público paraguayo es muy alta.

El actual presidente, Mario Abdo Benítez, enfrenta cuestionamientos que podrían desencadenar en un juicio político impulsado por la oposición en el Parlamento. De igual forma, el descontento provoca masivas protestas.

Entre las principales demandas de los ciudadanos está la renuncia del presidente Abdo. De igual forma, la población exige que se vayan los corruptos y que se convoque pronto a elecciones. El Partido Colorado de Paraguay, principal representante de la derecha, frena estas demandas y defiende a Abdo.

Al igual que en otros países, Paraguay reclama un mejor manejo de la pandemia. La curva de contagios en ese país se mantiene ascendente, lo que denota el manejo ineficaz de la crisis.

Finalmente, las acciones de la derecha en el gobierno mantiene a Paraguay como uno de los países con peor Índice de Desarrollo Humano en el mundo, ubicándose en el puesto 100 en el ranking mundial de nivel de vida de sus ciudadanos.

El Salvador, bajo nivel de vida

Con un índice de desarrollo humano muy bajo que coloca a El Salvador entre los países con peor nivel de vida, el país centroamericano que gobierna Nayib Bukele sigue teniendo a más del 20% de su población emigrando hacia Estados Unidos, Canadá y Guatemala.

La derecha en El Salvador ha sido además políticamente agresiva. Bukele desafió cualquier contrapeso del poder y consiguió con apoyo parlamentario, la destitución de los jueces de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicial así como del Fiscal Raúl Melara.

Este movimiento no le gustó a Estados Unidos (EEUU) ni al sistema internacional, pero hasta los momentos no se han propuesto “ningún tipo de sanción“, o desconocimiento de la autoridad de Bukele.

Uruguay, el pueblo exige más derechos

Después de décadas de gobierno progresista del Frente Amplio, la derecha se alzó con poder con altos porcentajes de apoyo que comienzan a descender cuando apenas ha pasado un año desde su ascenso.

A diferencia de otros mandatarios, Lacalle ha podido manejar mejor la pandemia del COVID-19, y casi un 50% de la población uruguaya con al menos una de las dosis contra la enfermedad. Pero estos niveles de aceptación contrastan con las demandas públicas de los movimientos sociales.

El 17 de junio de 2021 se produjo un paro de 24 horas organizado por el Plenario Intersindical de Trabajadores y la Convención Nacional de Trabajadores. Entre las principales demandas están: mejores salarios, menos desigualdad y no discriminación ni persecución sindical.

Uruguay goza de indicadores económicos bastante favorables, pero esa riqueza parece no llegar a todos por igual.