Venezuela: El koki y la tesis mediática del Estado fallido
La contratación de bandas criminales como "El koki" para generar crisis política quedó en evidencia con los hechos de la cota 905.
El gobierno de Venezuela lo ha denunciado. La llamada “fiesta de Caracas”, es el más reciente capítulo de la guerra multimodal que sucede en Venezuela. Además del asedio económico, la violencia paramilitar compone una realidad que afecta sobre todo a las ciudades más pobladas de ese país.
Uno de los protagonistas de este nuevo episodio es Carlos Luis Revette (El koki), junto a su banda criminal. El escenario es la Cota 905, una comunidad ubicada al oeste de Caracas, capital de Venezuela.
Después de una operación policial que desplegó más de 3000 funcionarios. El gobierno venezolano retomó control de la Cota 905 y encontró entre el armamento que utilizaba la banda de El koki, un fusil Barrett M99 de fabricación estadounidense valorado en 6 mil dólares en su versión mas económica.
Las especulaciones alrededor de este fenómeno criminal no cesan. La principal hipótesis es la de un Estado fallido que permite que bandas como las de El koki proliferen y se expandan creando territorios donde la ley no aplica.
La hipótesis del Estado fallido
Amparados en una concepción conveniente al sistema dominante de lo que es la “comunidad internacional”, es impulsada la tesis del Estado fallido como parte de una forma de catalogar ciertos países como no hábiles para ejercer su soberanía.
El destacado filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, argumenta que junto al Estado fallido, la defensa de los Derechos Humanos contribuye a construir “el entramado que permite a un grupúsculo de países poderosos, intervenir o invadir países”.
Desde la aparición de “El koki” en el 2015 y junto a la política denominada Zonas de Paz, propuesta por el entonces Viceministro de Interior José Vicente Rangel Avalos. Comenzó a estructurarse la hipótesis de que el Estado venezolano negociaba con los delincuentes y entregaba territorios donde la policía ya no podía ingresar.
“En Enero de 2015, la Cota 905 fue incluida en el programa “Zonas de Paz” del gobierno de Maduro, mediante el cual las autoridades cedieron el control territorial a las organizaciones criminales”, así lo reseña el portal InsightCrime y lo repiten todas las empresas de comunicación.
La fiesta de Caracas
En rueda de prensa, el Presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez denunció la operación “fiesta de Caracas”. Esta operación sería un nuevo atentado a la paz de Venezuela y contra el gobierno de Nicolás Maduro.
En la fiesta de Caracas, operadores políticos de la oposición venezolana, específicamente de Voluntad Popular (VP), junto a agentes del gobierno colombiano, contrataron a grupos armados irregulares de Caracas, entre ellos, el de la Cota 905.
Rodríguez exhibió pruebas, una serie de capturas de pantalla involucran a Freddy Guevara, Gilber Caro y Hasler Iglesias. Todos dirigentes del partido de derecha.
En esta operación de corte terrorista, también estaría participando como principal autor intelectual el reconocido líder de VP, Leopoldo López, quien se encuentra en Madrid.
La Cota 905, figura entre los puntos más altos de Caracas. Desde allí se observa buena parte del oeste de Caracas y esta a 4,5 kms de la sede del gobierno presidencial (Miraflores). Es un punto desde el cual podría generarse un situación de alta peligrosidad para las sedes de los principales poderes de Venezuela.
Los pantallazos
Las pruebas mostradas por Jorge Rodríguez son conocidas como los pantallazos que develan una operación de guerra encubierta denominada la “fiesta de Caracas”. En estas capturas explicadas por el equipo de investigación del sitio “Latabla”, quedaron registradas las indicaciones de Leopoldo Lopez al exalcalde de Chacao Emilio Grateron.
“Los dólares para el pago de los juguetes los está cuadrando Luis Somoza” este último es asistente de Juan Guaidó, el que actualmente es reconocido por un grupo de países como presidente. En este grupo de países esta incluido Estados Unidos (EEUU).
Otros mensajes dejan testimonio de una posible participación de Guaidó en esta operación. En esta secuencia de pruebas, también aparece reflejada de manera más explicita la contratación de criminales para la ejecución de actos terroristas en Caracas.
“Los malandros quieren muestras de FE $$$”, es el mensaje que emite Alfredo Jimeno, una persona del entorno de Leopoldo López. Con esa frase indicó que los criminales, llamados en Venezuela “malandros”, quieren ver pronto los dólares prometidos.
La fachada
Sucedió en el 2017 y en otras ocasiones. Junto a las protestas de estudiantes, jóvenes y simpatizantes de Voluntad Popular, sucedían hechos paralelos de violencia y asesinatos que no eran cometidos en principio por los manifestantes.
El gobierno venezolano lo ha reiterado en diversas oportunidades. Los asesinatos tanto de chavistas como opositores, son perpetrados en la mayoría de las ocasiones por delincuencia organizada contratada para tal fin.
“Sin violencia tarifada de los delincuentes de la cota 905, La Vega y Santa Rosalía no avanzamos porque los activistas de VP Caracas son la fachada” afirma Alfredo Jimeno, según la información suministrada por Jorge Rodríguez.
De acuerdo a las evidencias mostradas por el gobierno venezolano. También estarían participando en esta operación Yon Goicochea, premio Milton Friedman otorgado por una de las máximas organizaciones que defiende al neoliberalismo en el mundo, y Gilber Caro, indultado por el Presidente Maduro en 2020 como parte de los acuerdos de paz.