“Todos son iguales”: análisis de los hechos políticos de la izquierda y la derecha
Análisis de los hechos que diferentes políticos llevan a cabo cuando ostentan el poder, para compararlo con su discurso y determinar si todos son iguales.
Dicen que todos los políticos son iguales. Estar en el poder conlleva una serie de privilegios y en apariencia la mayoría de la clase política se dedica a defender su estatus y sus ventajas.
Pero otra clase de políticos decidió que hacer política en beneficio de las mayorías es válido, necesario e imprescindible. Esta tendencia se hizo más visible con el ascenso al poder de los grupos políticos progresistas, tanto en América Latina como en Europa.
No todos son ni hacen lo mismo. Mientras unos abordan los retos de gobierno ignorando las demandas del pueblo, otros desafían las teorías clásicas de economía y gestión pública enfocándose en garantizar mejores condiciones de vida a la mayoría trabajadora.
Manejo de la pandemia: Yolanda Díaz vs Sebastián Piñera
Desde 2020 justo antes de la pandemia, Yolanda Díaz ha demostrado con hechos su intención de defender a los trabajadores. Las estadísticas de empleo respaldan esta gestión.
Para Junio de 2021, un año y tres meses después de que comenzara la pandemia, el número de afiliados al seguro social superaba al registrado antes del Covid-19. Es decir, en España actualmente hay más personas trabajando que antes de la pandemia, que derrumbo la economía global.
Los llamados Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), han sido la herramienta promovida por Yolanda Diaz para lograr la reincorporación al mercado de laboral de más de 3 millones de personas. Su política, ha sido elogiada inclusive por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En Chile no sucede lo mismo. Aún cuando la política de vacunación de Sebastián Piñera fue de las más oportunas y con mayor cobertura, esto no sirvió para sostener los indicadores de empleo ni crecimiento económico.
Las medidas de confinamiento y distanciamiento social fueron flexibilizadas pronto pero ello no resultó en cifras alentadoras. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), expresó en un informe técnico que la tasa de ocupación bajó un 20%.
La implementación de las medidas dictadas por Piñera no alcanzó a las mayorías. Existe una especie de rezago que dejó a un amplio sector sin acceso a medidas de protección frente a la pérdida de ingresos, producto de la pandemia.
Diálogo o represión: Daniel Ortega vs Iván Duque
Desde abril de 2021, Colombia encabezó todos los titulares. Casi 5.000 personas resultaron afectadas por abuso policial en el marco del Paro Nacional que sacudió a ese país entre abril, mayo y junio de 2021.
La pandemia no impidió la movilización de los trabajadores, convocados por las principales centrales obreras de Colombia. A estas protestas se sumaron jóvenes y estudiantes. Las denuncias contra el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD), obligó a la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para investigar violaciones a los Derechos Humanos (DDHH).
Las protestas fueron reprimidas hasta llegar a presentarse casos de abuso sexual por parte de organismos de seguridad. En total, son 28 los casos registrados por la ONG Temblores y que fueron informados a los organismos internacionales, responsables de velar por los DDHH.
Caso contrario, aunque el poder mediático lo oculta. El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega tiene una política sostenida de diálogo y negociación con todos los sectores del país. Sobre todo, después de la crisis surgida a partir de los “tranques” de 2019.
Daniel Ortega encabeza el gobierno de unidad y reconciliación nacional, y en función de ello “No responder a la violencia con violencia” ha sido su consigna. En los momentos de los “tranques”, llamó a una mesa coordinada por la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
El clero nicaragüense tuvo la oportunidad de recabar todas las denuncias de posibles abusos. También se hizo revisión de las afectaciones como resultado de movilizaciones que dejaron más de 100 fallecidos y casi mil heridos.
La lucha contra el COVID-19: Díaz-Canel vs Iván Duque
A pesar de las severas críticas mediatizadas y difundidas por todo el mundo contra Miguel Díaz Canel, las cifras informan otra realidad. En cuanto al manejo de la pandemia, Cuba fue por casi un año uno de los países menos afectados por la propagación del virus del COVID-19.
La curva se mantuvo aplanada casi en cero casos hasta enero de 2021. Mientras tanto, Cuba desarrolló vacunas, implementó protocolos con medicamentos propios como el Interferón y envió brigadas de médicos que gozan de agradecimiento de millones de personas alrededor del mundo.
Pero el recrudecimiento del bloqueo mermó la capacidad del gobierno cubano de atender la pandemia y en el mes de julio la situación sanitaria se complicó llegando a la cifra de 400.000 infectados. No obstante, de los 4 millones de fallecidos en el mundo, 3 mil son de la isla de Cuba.
En Brasil el escenario es muy distinto. El Presidente Jair Bolsonaro retrasó y criticó la implementación de medidas de distanciamiento social y confinamiento. Calificó al COVID-19 como una “gripecita”, y siempre antepuso la economía a la necesidad de salvaguardar la vida de los brasileños.
El resultado de subestimar esta enfermedad, derivó en 20.000.000 de infectados y 600.000 fallecidos. Por esa razón, la actuación de Jair Bolsonaro es investigada por el Senado brasilero y también, enfrenta los más bajos niveles de apoyo popular.
Seguidismo norteamericano: Luis Arce vs Iván Duque
Estados Unidos (EEUU) tiene en Colombia su principal aliado latinoamericano. Es el país que alberga mayor cantidad de bases militares norteamericanas, y para la doctrina de seguridad hemisférica de EEUU el control sobre el territorio norteamericano es clave.
No solamente existe la presencia militar norteamericana. El gobierno de Iván Duque recibe con frecuencia delegaciones de mandos medios y altos del Departamento de Defensa (EEUU).
Recientemente, la máxima autoridad del Comando Sur, Craig Faller, visitó Colombia para fortalecer la “cooperación militar”, entre EEUU y este país suramericano.
Igualmente, Iván Duque en nombre de Colombia, es el principal promotor del Grupo de Lima, una asociación destinada a impulsar el derrocamiento de Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, considerado una de las principales amenazas para la estrategia de control hemisférica de los EEUU.
En tiempos recientes, Iván Duque solicitó a EEUU que a Venezuela se le declare como cooperador del terrorismo. El gobierno venezolano denunció que la petición de Duque busca justificar ante la comunidad internacional cualquier operación militar contra la nación.
Pero el seguidismo estadounidense tiene en Bolivia, y en su Presidente Luis Arce un férreo opositor. Ya calificado por el Secretario de Estado Anthony Blinken, como “antidemocrático”. Luis Arce es un defensor de la autodeterminación y el respeto a la soberanía.
Después de que salieran a la luz pública diversas pruebas de la intervención de la OEA en el Golpe de Estado contra Evo Morales, Bolivia ha hecho esfuerzos por establecer responsabilidades penales contra quienes quebraron el orden democrático restituido con la llegada de Arce al poder.
En marzo de 2021, Luis Arce denunció la “desafortunada injerencia”, de los EEUU, por su solicitud de liberar a Jeanine Añez, quien lideró el gobierno de facto en Bolivia hasta 2020.