Divide y vencerás, la clave mediática para frenar a Yolanda Díaz
El objetivo de los medios de comunicación conservadores es romper las relaciones entre Yolanda Díaz y Unidas Podemos.
Yolanda Díaz es la política más popular en España, por encima de cualquier otro tanto del campo conservador como del progresista. Y eso supone un peligro para el Régimen del 78, que tiene los ojos clavados en el carnet del Partido Comunista de España (PCE) de la actual ministra de trabajo.
La gallega aún no ha encontrado su techo, y comienza a vencer a Pedro Sánchez en la base electoral del PSOE, condición indispensable para que la izquierda alternativa participe en un nuevo gobierno de coalición, pero como fuerza mayoritaria.
Su visión, más clásica que la de su predecesor Pablo Iglesias, se ha olvidado del cortoplacismo que clamaba “ahora o nunca“, para volver a la estrategia de medio-largo plazo, basada en la propuesta programática articulada en base a la participación, de lo que siempre sale una propuesta más radical, en el sentido de afrontar los problemas yendo a la raíz, ya que las bases de los partidos y movimientos sociales no piensan institucionalmente, sino en cambiar su realidad cotidiana, en usar la política para lo social.
Otra cuestión que ha impulsado a Yolanda Díaz son sus formas. Calma pero directa, respetuosa con los contrarios pero también con sus valores. De verbo sencillo y pronunciación suave ha sabido llegar a un sector social que, de seguir así, será la mayoría.
El neoliberalismo no quiere ni pensar en la posición que tendrá la actual ministra de trabajo del Gobierno de España dentro de dos años, cuando haya que acudir a las urnas para renovar a las autoridades del poder legislativo, ya que el tiempo corre a su favor: la gallega solo se compromete a lo que puede cumplir, y lo cumple. Asume la responsabilidad en una época en la que lo normal es negar todo y huir hacia adelante, y se enfrenta a los poderosos en favor de los de abajo sin claudicar en sus principales líneas rojas.
Hasta en el PP han encendido las alarmas por el ascenso de la política de Unidas Podemos. Y todo ello sin disparar fuego contra el PSOE. El poder mediático no está sabiendo bien cómo reaccionar ante esta situación, el precedente que más se le acerca fue Julio Anguita, pero la pinza no tiene sentido cuando Yolanda es ministra del Gobierno de Pedro Sánchez. Esa estrategia queda descartada.
Las usadas contra Pablo Iglesias tampoco tienen caso aquí, ya que Yolanda Díaz, pese a ser carismática no despierta odios, rechaza los egos y su postura es tan coherente como su carrera política. Por lo que iniciar una campaña contra su figura, siendo la más popular del país, conseguiría cerrar filas en torno a ella e impulsarla aún más.
Lo único que ha quedado es emplear el “divide et impera” de Cayo Julio César. Los ataques van no a Unidas Podemos, sino a las relaciones que Yolanda Díaz tiene con la coalición de izquierdas. La intención es triple, ya que al desvincular ambas figuras, UP se queda sin líder y Yolanda Díaz sin músculo orgánico. Lo primero desmovilizaría a las bases, y lo segundo impediría a Yolanda Díaz desplegar su Proyecto de País, llevando a lo tercero: la generación de una disputa interna que podría hacer que Yolanda Díaz perdiera sus responsabilidades en el ejecutivo, arrebatándole su ventana mediática.
Así, medios de comunicación surgidos del Régimen del 78, magnifican y descontextualizan cada ocasión en la que Yolanda Díaz y alguna de las fuerzas que forman UP -sobre todo Podemos- no se encuentran. Por ejemplo, la ministra de trabajo no acudió a la universidad de otoño que organizó Podemos, y de ese hecho titularon “Yolanda Díaz, última escisión de Podemos“, expresando que “Yolanda Díaz planta a Iglesias para separar su nuevo proyecto de la marca Podemos“.
La gallega no solo es militante del PCE, sino que es la líder de UP en el gobierno. Cargos y responsabilidades que sigue llevando a cabo sin mencionar en ningún momento nada que pueda llevar a pensar que no lo seguirá haciendo. De esos espacios fueron los demás al acto con Podemos, al igual que ella hace unas semanas al anterior que la formación morada organizó en Asturias. La actuación mediática lleva a aislar a Yolanda Díaz como unidad frente a todos los demás, cuando en realidad es la líder del movimiento.
La cuestión fundamental y que los medios de masas no son capaces de entender por una flagrante falta de rigor periodístico -su información sobre la izquierda siempre se ha limitado a compararla con Venezuela, tacharla de antigua por sostener la memoria histórica, y a calificar sus propuestas como fantasías utópicas-, es que la gallega quiere ensanchar los límites de UP, como IU quiso hacer en 2008 con la malograda “Refundación de la Izquierda“.
Una estrategia que, al igual que entonces, y que en muchas otras ocasiones como en la Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) que pilotó Díaz junto a Xosé Manuel Beiras, pasa irremediablemente por superar unas siglas quemadas por el ataque mediático, para integrarlas en una nueva plataforma en la que coexistan con nuevos movimientos, partidos, organizaciones, y en la que las herramientas democráticas sean profundizadas.
La base del Proyecto de País de Yolanda Díaz es Unidas Podemos. El objetivo es la creación de una plataforma en la que quepan muchos y muchas más, para poder interpelar a la mayoría social y alcanzar el poder ejecutivo en una mejor posición de fuerza, para impulsar los cambios que actualmente impide el PSOE, como en la Ley de Vivienda, en la de Memoria Democrática, la nacionalización de las eléctricas, un mayor aumento del salario…