PSOE retrasa la reforma laboral por miedo a Díaz en comicios de 2023
La dinámica política entre el PSOE y Unidas Podemos (UP), también ha dado muestra de profundas diferencias en su respectivo proceder político.
En los últimos tiempos, el PSOE ha dado claras muestras de inconsistencia en sus fundamentaciones políticas, así como en los apoyos de los cometidos plasmados en el documento denominado “Coalición Progresista: un nuevo acuerdo para España”, fijando una hoja de ruta para sus acciones programáticas conjuntas.
La dinámica política entre el PSOE y Unidas Podemos, si bien, ha dinamizado nuevo escenario de la vida pública española, también ha dado muestra de profundas diferencias en el marco de sus basamentos ideológicos y su praxis dentro del gobierno. Incompatibilidades que se han acentuado en pleno debate sobre la implementación de la reforma laboral.
Sin embargo, El PSOE se ha caracterizado en los últimos tiempos por evidenciar un claro desenfoque ideológico-programático, basado en la incoherente defensa de los grandes capitales de la empresa privada, monarquía y posiciones políticas conservadoras.
Desde el inicio de la legislatura, en el Ejecutivo de coalición han tenido lugar mil y una batallas que, casi siempre, han tenido que ver con compromisos firmados en el acuerdo entre los socialistas y Unidas Podemos: las subidas del salario mínimo, la ley de Vivienda y la regulación de los alquileres, el Ingreso Mínimo Vital, entre otras medidas.
Todo ello ha desencadenado en la pérdida de su militancia, la dificultad para la consolidación de su liderazgo nacional y un acelerado declive electoral, evidencian que el PSOE presenta diversos síntomas que ponen de manifiesto el deterioro de su posición en el sistema de partidos, enfrentado su mayor y más profunda crisis desde 1979.
A pesar de la gran responsabilidad social contenida en el pacto gubernamental, el PSOE se adhirió a una obscura tradición política conservadora la cual tiene su origen en los tiempos de la dictadura franquista.
El dictador dejó claro que la Guerra Civil tenía como objetivo preservar el patrimonio de las clases privilegiadas económicamente, y asegurar un ecosistema favorable para que las riquezas estuvieran a salvo y poder incrementarlas. Pero no todas las fortunas, sino las de aquellos que ayudaron a financiar el alzamiento.
Todo ello sentó las bases para el desarrollo de un capitalismo español, ahora defendido por las posturas neoliberales de organizaciones políticas de derecha y aquellas creadas a la medida del Régimen del 78. Tal ejercicio se encarna en el PP y PSOE, quienes han armonizado con posturas fundamentalmente capitalista en el escenario económico.
En tiempos recientes, la ambigüedad ideológica y la poca constancia política, ha llevado al PSOE a defender lo indefendible. En este respecto, el actual presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se opone rotundamente a quienes planteen abrir el debate sobre monarquía o República al calor de las irregularidades financieras de Juan Carlos I y su salida de España.
Ante todo ello, no es de extrañar que el PSOE dude o se oponga directamente a la reforma laboral impuesta en el 2012 por el PP, la cual, presenta una serie de nociones que favorecen a las empresas en detrimento de los derechos laborales de la ciudadanía.
En este sentido, Yolanda Díaz, actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, se arma en el debate frente al PSOE, socio de la coalición de gobierno, respecto a la derogación de la reforma laboral del PP. En este sentido, ha instado al partido de Sánchez que “se aclare” en el debate sobre la derogación de la reforma laboral del PP. “Sobre todo porque están dando declaraciones diferentes”.
En una rueda de prensa en el marco de la inauguración el del foro “Diálogos para el futuro del envejecimiento” llevada cabo el lunes 25 de octubre, Díaz considera que “hay una parte del Gobierno (en referencia al PSOE) que tiene dudas sobre la que se va a hacer y que sigue discutiendo a día de hoy los contenidos de la reforma”.
Dicho lo cual, ha recordado que el pasado mes de diciembre ella y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cerraron un acuerdo en torno a la reforma laboral incluida en el “Componente 23” del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a la Comisión Europea.
A consideración de Díaz, “no va de quién lidera si no de qué”, es decir del contenido de la norma, que en su opinión es “mucho más ambiciosa” que la mera derogación de la misma y sobre la cual, ha asegurado, “la Comisión Europea no nos ha impuesto nada“.
De igual forma, la titular de Trabajo ha advertido que el modelo laboral del PP no es compatible para la situación actual y ha recordado que “si lo hubiera aplicado estaríamos hablando de despidos masivos y empobrecimiento”.
A juicio de Yolanda Díaz, no derogar la reforma laboral del 2012 significa “seguir manteniendo la precariedad”, que haya mujeres limpiando habitaciones “por tres euros cada una de ellas” o que haya jóvenes que “no conocen el trabajo decente”.
Por su parte, el presidente del grupo confederal de Unidas Podemos, Jaume Asens, quien ha lamentado la actitud del PSOE y ha opinado que situar a la ministra socialista en la misma obedece al “nerviosismo o el miedo de la popularidad que está tomando” Díaz.
Además, a este hecho se suman los recelos de Unidas Podemos de que el PSOE y, en concreto, Calviño, no quiere acometer como tal la derogación de la reforma laboral que se forma parte del acuerdo de gobierno que los socios firmaron en 2018 para conformar el Ejecutivo. La decisión del Ministerio de Economía generó, por lo tanto, un gran malestar en Unidas Podemos, y abrió una de las peores crisis entre los socios de coalición, si no la peor.
Tras la denuncia pública de Unidas Podemos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, respaldó el viernes a su ministra de Economía y defendió la necesidad de que su Ministerio también se implique en esta negociación, porque es un asunto que afecta a todo el Ejecutivo.
En estos momentos su resistencia a realizar cambios se debe, además, a que es Yolanda Díaz la que los capitaliza, por lo tanto, no llevarlos a cabo impacta de manera negativa en la dirigente gallega, disparada en las encuestas, que registran el apoyo mayoritario de las bases socialistas a la de UP.
El PSOE ha encendido las alarmas por el riesgo de ser superados por la ministra de trabajo en el siguiente ciclo electoral, a tenor de lo que marca la tendencia de todas las encuestas. De ahí que, a partir de ahora la agenda política pactada por las dos fuerzas políticas, dejará de ser una brújula para el gobierno para convertirse en un elemento de disputa en base a los intereses políticos de los de Pedro Sánchez, que cumplirán si desgastan lo suficiente la figura de Díaz para que puedan aparecer ellos como los responsables de su aplicación.
El conflicto de la reforma laboral puede suponer el primer paso hacia un cambio de estrategia por parte de los de Sánchez que afecta a las relaciones entre ambos partidos. En primer lugar, consideran que la irrupción de Yolanda Díaz y la construcción de un proyecto que logre unir a la izquierda han encendido las alarmas en el PSOE, unas alarmas que se apoyarían también en los buenos datos demoscópicos de la vicepresidenta segunda.