¡Claro que Casado fue a una misa franquista! El oscuro origen del PP

El Partido Popular de España surgió en 1989 de la refundación de AP, el mismo que ha ido enlistando un pasado oscuro porque siempre evita condenar la dictadura, desde los actos públicos hasta en las instituciones del Gobierno.

Así como guarda además un silencio sobre los horrores causados por Franco durante su Régimen, los cuales siguen marcando líneas en la sociedad de la actualidad.

En el 2013, el PP rechazó la propuesta de la Izquierda Plural para declarar el 18 de julio como Día Oficial de Condena de la Dictadura.

Por otro lado, en 2015, los populares fueron los únicos en rechazar las dos iniciativas que perseguían instar al Gobierno a retirar varios símbolos franquistas.

También rebautizar calles y plazas que llevaban el nombre de afines al Dictador y revocar los honores y títulos que el Estado concedió a Francisco Franco, sus familiares y sus cómplices.

De ahí que, durante ese mismo año el PP rechazó extraditar o juzgar a los ministros franquistas.

Esto se ha evidenciado con mayor ahínco cuando funcionarios abiertamente contrarios al Régimen del 78 proponen cambios y este bloque de la derecha los descarta.

Así sucede cuando el PP trata de mantenerse al margen de la iniciativa con la que el Gobierno pretende dar cumplimiento a la ley de memoria histórica.

Pablo Casado manifestó que esta no atiende a las “prioridades” de la ciudadanía, que hay otros asuntos de los cuales ocuparse.

Por ende, no resulta sorpresivo que se le viera acudir a una misa en memoria de Franco y posteriormente evitar dar declaraciones a la prensa, sin explicar su asistencia.

Si se dio cuenta o no de que se rendía al Dictador, él se mantuvo allí durante toda la eucaristía en una iglesia de Granada y pierde la credibilidad cuando dice que fue por “casualidad“.

Según fuentes del entorno del líder de la derecha, él entró con la misa empezada con su mujer y sus hijos y se sentó al fondo del recinto. Allí no vio, por ejemplo, la bandera preconstitucional.

Esto sucedió el sábado 20 de noviembre, aprovechando que el Presidente de la organización política estaba en la ciudad con motivo del Congreso regional del PP de Andalucía.

Durante la ceremonia se recordó a Francisco Franco, por lo cual se distinguió entre los demás rituales porque iba destinado especialmente a los nostálgicos por el aniversario de su muerte.

Si bien todavía se le puede atribuir el beneficio de la duda, no se debería pasar por alto que el Sagrario de Granada fue uno de los espacios elegidos porque el templo tiene en su fachada el nombre escrito en piedra del fundador de Falange.

Por otra parte, está el hecho de que la bandera del Régimen franquista ocupó un lugar importante dentro de la iglesia: colgada, con su yugo y sus flechas, en los bancos delanteros del templo.

Dichas imágenes salieron a la luz por medios que lograron captarlas, donde también se visualizaba que en el altar depositaron una corona de laureles dedicada al general Franco y al falangista Primo de Rivera.

Además, fue la misma Fundación Francisco Franco la encargada de solicitar el responso y una vez finalizada, los asistentes entonaron de cara al sol, el himno oficioso del Régimen.

El bloque de la izquierda exige explicaciones

Tanto el PSOE, como Unidas Podemos, Más País y Compromís, que conforman el sector de izquierda del país, pidieron a Casado que diera una explicación pública sobre su asistencia.

El Portavoz del Partido Socialista en el Congreso expresó que “entendemos que es necesaria esa aclaración sobre una agresión e irresponsabilidad absoluta“.

Mientras que, Pablo Echenique, Portavoz de Unidas Podemos en la misma cámara, ha tirado de ironía remarcando las escasísimas posibilidades que tenía Casado de entrar el 20 de noviembre en una iglesia que homenajeaba al dictador.

Así, reiteró que si hay unas 23.000 iglesias en España y solo una decena de ellas celebraban misa en honor del dictador “la probabilidad de caer en una por azar es del 0,05% y Pablo Casado acertó”.

Habrá que esperar a ver si el susodicho se pronuncia al respecto, ya que está en el deber de hacerlo porque la situación no debería ser justificada.

Tomando en consideración las circunstancias, donde realizar esa acción podría asociarse como un apoyo a la herencia franquista.

Y a la vez, la permanencia de una Carta Magna que no promueve la democracia ni tampoco el desarrollo progresivo de la sociedad.