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Aportes del feminismo en el impulso de la democracia antifranquista

El feminismo es un fenómeno inminente que nadie ha podido detener, ni siquiera la dictadura de Franco, y por supuesto, también dio fuerza a la democracia en España.

El feminismo sigue siendo un movimiento construido desde la colectividad, el cual a través de la lucha pacífica ha ido transformando las sociedades.

Así, ha ido creando espacios donde las mujeres son vistas como sujetos de deberes y derechos, obteniendo posicionamientos que en el pasado eran imposibles.

Y aunque actualmente hay numerosos países con proyectos enfocados en desarrollar políticas, planes e iniciativas con estos objetivos, España avanza lentamente.

Para fomentar ciudades inteligentes, sustentables y equitativas, es imprescindible abordar asuntos que constituyen grandes desafíos, como la movilidad, cuidados, conciliación y modelo económico.

Donde la acción social sea tomada en cuenta, con valores y principios que realmente respondan a las diferentes realidades de la población, mejorando su calidad de vida.

Para ello, por supuesto, el sistema democrático es un pilar fundamental, pero en el país ibérico todavía hay muchos muros que derribar para llegar a dicho panorama.

El modelo de una democracia participativa permite que haya mayor actividad de la sociedad civil, acceso a la información y formación política.

Por ende, las mujeres tendrán muchos más cargos y posiciones, siendo protagonistas de las discusiones y representando sus propios intereses en beneficio del resto.

De esta manera, habrá una mayor articulación, ejercicio y reconocimiento de las funciones públicas, una mayor amplitud de la perspectiva de género en todos los sectores.

Va más allá de una simple agenda

Los países modernos deben cambiar sus maneras de gestión y actualizarlas, para así involucrar a todos los ciudadanos, apoyando el hecho de que desarrollen sus ideas y pensamientos.

Y aunque se hable de instituciones, organismos, estructuras, o cualquier otro concepto “burocrático“, la realidad es que el feminismo es disruptivo.

Porque rompe con lo establecido por el sistema patriarcal, los estereotipos machistas, los roles de género, los fenómenos de dominación y por supuesto, los autoritarismos.

Una democracia en su máxima expresión debe mantenerse alejada de ese concepto de “representantes“, donde el poder se monopoliza y pierde accesibilidad.

Si se quiere mejorar España, hay que comenzar eliminando la figura de la monarquía, caminar hacia un gobierno republicano, donde el ciudadano es el protagonista.

De ahí que, pensar en un Estado aislado, ajeno y lejano de su población debe ser totalmente descartado, porque es importante que vele por las demandas, necesidades y respuestas de los civiles.

Sin la inclusión de la perspectiva de género, las medidas equitativas, las cuotas de paridad y los cambios radicales, difícilmente se lograrían tales hechos.

La desigualdad es una realidad y las mujeres las viven todos los días, así como también trasciende las barreras del género, la etnia, y se trasladan hacia el contexto socioeconómico.

Un país se mantendrá en decadencia o trabajando a una capacidad reducida si se imponen parámetros machistas.

Como “las mujeres no pueden ocupar ciertas áreas, deben limitarse a la esfera privada dentro de los hogares, delegar sus actividades a los hogares“.

Así que lo primero es reconocer que es necesario abordar la actividad política, social y económica con una visión igualitaria e inclusiva.

Feminismo antifranquista, sí existe

El feminismo arropa una amalgama de ideologías que cuestionan el orden instaurado en los territorios, desafiando y proponiendo nuevas ideas.

No resulta sorprendente que durante el Régimen del Dictador Franco se intensificaran algunas dinámicas de esta naturaleza, donde las mujeres eran silenciadas.

Por tanto, aparecieron 54 asociaciones de amas de casa, 12 asociaciones empleadas de hogar, y 4 asociaciones de viudas, 3 asociaciones de universitarias y diversas asociaciones profesionales, entre la que cabe destacar Asociación Española de Mujeres Juristas.

Mientras que, el movimiento feminista antifranquista surgió cuando se comenzó a cuestionar de manera abierta lo masculino y femenino de la sociedad española tradicional.

Esto derribaría conceptos sexistas y misóginos que eran típicos de la época, dando fuerza a los estudios realizados sobre y por las mujeres bajo la lupa feminista.

Aunque la dictadura dirigió con puño de hierro, castigando y persiguiendo a todo aquel que fuera en contra de sus ideales y normativas, esta marea fue inevitable.

Sin embargo, textos más estructurados y libros relacionados con el feminismo solo se difundieron al derrocar el gobierno franquista, ya que su circulación era clandestina.

Todo ese escenario histórico permite saber y responder preguntas, atesorar una dictadura va en contra de los derechos y libertades, así como también la equidad, justicia e igualdad.