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El PP tiene un serio problema con las mujeres: machismo con lacito morado

Algunos líderes de la derecha como Pablo Casado se pusieron el lacito morado el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la mujer, pero están contra el feminismo y el Ministerio de Igualdad.

El 25 de noviembre se ha convertido en una fecha especial por la conmemoración de el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2021.

Circunstancias que aprovechó el Gobierno español para discutir sobre dicho tema, causando numerosas opiniones y perspectivas.

Por supuesto que la derecha fue el centro de atención, ya que personajes como Pablo Casado, Presidente del PP, se pusieron el lacito morado.

Cumplieron con el protocolo del pacto, pero fuera de las formalidades, no se lleva bien con las mujeres y la prueba de ello son sus discrepancias con políticas como Irene Montero.

Aunque a medida que han pasado los años, la violencia de género se ha extendido a las mujeres y a las niñas a nivel mundial, esto no parece ser suficiente como para ponerse de acuerdo.

A partir de 1999, la ONU pidió que el 25 de noviembre fuese reconocido a nivel mundial como un día para reivindicarse contra la violencia de género.

Por medio de una resolución, se insta a los gobiernos e instituciones internacionales que convoquen todo tipo de actividades para dar voz a esta situación y luchar por su erradicación.

Por ello, la Ministra de Igualdad, Irene Montero, apeló a la “unidad institucional” para “consolidar” el feminismo en España e ir derribando esos arquetipos patriarcales.

Sin embargo, de cara a los sectores más conservadores y machistas de la política como VOX, resulta difícil pensar que si llegan en mayoría al Gobierno, no lleven al retroceso.

Montero expresó que con anterioridad que “el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, va a llegar a la finalización de su vigencia en el año 2022“.

Y “para el Ministerio de Igualdad y para el Gobierno de España es una absoluta prioridad convertirlo en permanente y su financiación“.

Pese la importancia de erigir esta oportunidad para lanzar un mensaje equitativo y esperanzador para la sociedad, donde haya absoluta unidad, hay muchos actores hipócritas.

Si bien la negociación ha sido “complicada” según fuentes gubernamentales, al final llegaron a acuerdos aparentemente satisfactorios para todos.

Entre los protagonistas principales estuvieron la Ministra de Igualdad, Irene Montero; el Ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la Secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, y Pablo Casado, del PP.

Este último fue acompañado en las conversaciones por sus portavoces parlamentarios en Congreso y Senado, Cuca Gamarra y Javier Maroto.

Así que no resulta sorprendente que se haya mantenido un poco al margen y no expresará algún tipo de opinión en el debate.

Nuevamente se puede ver la casi apatía y desconexión con la causa que si bien afecta a muchas mujeres españolas en la actualidad, Casado no parece verlo con relevancia.

Va más allá del trato con Montero, quieren eliminar el Ministerio

Esto, más allá de un acto meramente burocrático, era necesario para asegurar la financiación del proyecto “y ofrecer estabilidad a las políticas públicas que combaten la violencia de género“.

En la propuesta de la Administración Pública se incluía también garantizar la financiación de las organizaciones feministas que luchan contra la violencia machista con el 1% de los fondos del pacto.

Por tanto, ahí se ubica otra de las muestras a tomar en cuenta al hacer conjeturas, el PP se ha mantenido un poco renuente al abordarse el tema del apoyo económico.

¡Y no solo eso! Como si no fuera irónico, Casado ha ido dejando entrever qué Ministerios no permanecerán si asumiera el Gobierno, junto a los otros partidos de derecha.

Entre ellos estarían:

  • Ministerio de Igualdad.
  • Ministerio de Consumo.
  • Ministerio de Universidades.
  • Las funciones de Memoria Democrática del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática.

Además, distintos medios apuntan que los populares quitarían tres de los cinco departamentos que actualmente están gobernados por Unidas Podemos, (Igualdad, Consumo y Universidades).

Y alegan que los sustitutos de Alberto Garzón, Manuel Castells o Irene Montero pasarían de ser Ministros a Secretarios de Estado o Directores generales.

También se vería afectado el Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra, que sus funciones se integrarán en otra cartera y pasarían a otro plano.

No es cosa de rivalidad política, conflicto de ideas o recorte de gastos que van destinados a las instituciones, se trata de que aparentemente no les importa.

O tal vez hay otras “prioridades” de las cuales ocuparse, como si la seguridad de la mujer, el acceso a la justicia y lograr una sociedad equitativa no lo fuese.

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