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Los buenos, los malos y los pobres

En la siguiente entrada dejamos sobre la mesa las diferentes realidades de las sociedades, y el descaro de los ricos y sus "obras de caridad".

Los cuentos de hadas así te lo hacen ver, no existe nada fuera de eso, desde el “había una vez” hasta el “vivieron felices para siempre”.

Los buenos siempre son blancos, rubios, ojos azules aunque sean en realidad pálidos, con el pelo tinturado y lentes de contacto de color, estos también son dueños de grandes riquezas casi nunca lícitas, amasadas a través de la explotación laboral, la evasión tributaria y los fraudes.

Los malos, siempre son de color negro o cobrizo, son los únicos que alimentan la población carcelaria, haciendo el trabajo sucio de los buenos, algunas veces no van a la cárcel mientras sean útiles pero al final terminarán allí cuando ya no sean necesarios; pues los buenos deben ejemplarizar castigos infames a fin de mantener la opresión sobre los pobres.

Los pobres, esos son los más necesarios, pocas veces van a la cárcel, pero alimentan las salas de hospitales, las morgues y los cementerios, y permiten en su tremenda precariedad que las blanquitas señoras gordas esposas e hijas de los buenos, puedan organizar asociaciones de voluntariado para lavar sus conciencias a través de la caridad.

Los buenos casi nunca son felices, sus conciencias siempre cargadas con todas sus infamias, su amor es apenas un atado de afecto sentimental, que van por ahí comprando con sus abultadas billeteras, escapan de su realidad en sus lujosas mansiones, autos, yates y ostentosos viajes todo rociado con uno que otro vicio oculto que les hace la vida más llevadera.

Los malos, tampoco encuentran fácilmente el camino a la felicidad, porque como ya hemos dicho aún cuando no sean en realidad malos, eso les han implantado en su alma, a tal punto que viven convencidos de que lo son, y no encuentran otro camino que la delincuencia, las drogas y la trapacería.

Los pobres son los únicos verdaderamente felices, pues tienen familias que carecen de toda materialidad, pero tienen un espíritu solidario, se aman verdaderamente pues entendieron que vivir carentes de todo y siempre explotados es su fortaleza, pero lo que no han entendido es que son manipulados por los buenos y por los malos, quienes siempre logran que los pobres hagan lo que ellos quieren.

Los buenos hoy en día en Ecuador tienen su máximo representante en Lasso, sucesor del traidor Moreno, que sin ser de los buenos se mezcló con ellos traicionando a los suyos; los malos están representados por la Salazar, Riofrío, Llori y Villavicencio del sector político y los vera, ortiz, hinoztrosa y demás sicarios de tinta de la prensa corrupta, los pobres, somos el resto, los asalariados, pensionados, desempleados, siempre ávidos de salud, educación, vivienda y trabajo esquivos servicios que los buenos nos quieren dar a cambio de una paga o a través de la caridad.

En estos tristes y dramáticos escenarios siempre surge de entre los pobres, uno excepcional que aparece casi de la nada y viene en auxilio de los suyos a controlar a los buenos y a remediar las condiciones de los malos, ese personaje, una suerte de hada madrina o redentor, surge de tiempo en tiempo, en Ecuador apareció en el 2007 y permaneció hasta el 2017, tiempo en el que los pobres recibieron educación, salud, vivienda, créditos, autoestima obra pública y seguridad, los malos fueron reeducados y tratados como seres humanos con derechos y los buenos fueron obligados a hacer lo que no les gusta, pagar impuestos, salarios justos y respetar la justicia y los derechos de los demás.

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