Las Gamers frente a las resistencias machistas
Cada vez son más las mujeres que forman parte de la comunidad Gamer y que deben luchar contra el machismo, sexismo y el acoso debido a su participación en el mundo de los videojuegos. Pero aún así, se destacan y luchan por la igualdad en estos espacios.
El mundo de los videojuegos se hace cada vez más grande y se expande a un ritmo veloz, considerando que una importante parte de la población tiene acceso al internet. En ella conviven distintas comunidades que interactúan en los escenarios ficticios, sin embargo, no es tan inofensivo como se cree puesto que hay marea de comportamientos inapropiados.
Todo esto proviene de hombres mayores con ideas bastante arcaicas, quienes procuran acosar y violentar de manera psicológica a las mujeres en dichos espacios. De ahí que se ha vuelto tan común soltar comentarios sexistas, machistas y misóginos, los cuales tienden a provenir de jugadores profesionales, que tienen entre 18 y 25 años.
Cabe destacar que las mujeres representan un 45% de los miembros de la comunidad gamer, según cifras de la Asociación Española de Videojuegos, mientras que los hombres se posicionan con un 55%. Esto quiere decir que España cuenta con alrededor de 14 millones de personas aficionadas a estas actividades, de los que un 16,5% se dedican especialmente a ello.
Contenidos cambia, pero ¿Dónde queda el jugador?
Aunque las historias fueron cambiando, desechando esos personajes de damiselas en apuros o mujeres de “relleno” para la trama, todavía existen mucho machismo.
Si bien se busca la inclusión, mostrando caracteres femeninos que rompen con esos estereotipos obsoletos, una gran parte de los varones continúan manteniéndose escépticos. Por ello, tienen cierta tendencia a reaccionar de mala manera ante la presencia de mujeres en competiciones, hasta en partidas más “amistosas e inofensivas“.
- “Juegas como chica“
- “El wifi te llega en la cocina“
- “Vete a preparar la comida“
Son parte de algunos de los comentarios que comúnmente utilizan esta clase de usuarios, al mismo tiempo en que evolucionan hacia una forma de acoso virtual.
Las gamers unidas
Una realidad es que este sector se ha abierto a los géneros y las razas, captando un grupo bastante diverso que se ha enriquecido con la suma de mujeres en este campo. También se volvió más frecuente que encuentren formas de trabajo y resultados económicos bastante factibles, aprovechando sus talentos, habilidades e incluso formación.
Pero hay un detalle, muchas de ellas prefieren “esconderse” para ahorrarse el mal rato de soportar descalificaciones y, a veces, acoso sexual. Silencian el micrófono en sus partidas, adoptan nombres unisex, se visten con ropa ancha que no dé pie a comentarios sexistas si se dedican a la creación de ese tipo de contenido.
Por otro lado, está el número de mujeres que se dedican al desarrollo de estos productos específicamente, entre ellas informáticas, ingenieras, diseñadoras, entre otras. Quienes, a su vez, equiparándose a la cifra del grupo masculino, las separa una brecha salarial en términos de los ingresos que reciben por su trabajo.
La responsable del proyecto Género, Gamers y Videojuegos, la investigadora Nira Santana, enfatizó en una oportunidad que “más de la mitad de la comunidad no conoce mujeres que se dediquen a esta área“. Es decir, que no tienen referente alguno, por lo que “la imagen de féminas que se desempeñen profesionalmente en el mundo de los videojuegos, como diseñadoras o competidoras de eSports es muy bajo“.
Aún así, son muchas las mujeres que tienen sus propios canales de YouTube, Twich, entre otros, en los que demuestran que ellas también saben jugar.
Y se acercan a ocupar los primeros puestos en la clasificación de gamers más exitosas en los últimos meses.
Educar desde los videojuegos
La asociación Woman In Games España ha impulsado una lucha para acabar con la discriminación y también el arquetipo de mujer que predomina en el medio. Gisela Vaquero, su líder, expresó que: “Hasta hace poco, la mayoría de los personajes de los videojuegos eran masculinos“.
Y si se refiere a las mujeres “representaban caracteres secundarios, o estaban hipersexualizadas”.
Del mismo modo, un importante porcentaje de estos usuarios han expresado haber participado en videojuegos sexistas, donde se percibe a grandes rasgos la cosificación de la mujer.
Escenas de prostitución, esclavitud sexual, acoso, sumisión y violencia contra las mujeres son muy comunes, lo que resulta muy alarmante. En vista de que en reiteradas ocasiones hay un público mucho más joven, todavía en edad adolescente que consume este contenido y apoya esas ideas machistas.
Woman In Games también determinó que un 7% de esos casos proviene de la ausencia de personajes femeninos en la historia o en la presencia de alguna protagonista fuerte. Por tanto, muchos colectivos han coincidido en que lo más pertinente sería imponer una clase de castigo firme a los internautas que practican estas conductas.
Donde tengan una debida sanción por su comportamiento inapropiado, y que al mismo tiempo, se promueva esa cultura de igualdad en el mundo del gaming.