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El Estafador de Tinder: ¿Por qué culpar a las víctimas y no al delincuente?

Tras el exitoso documental de Netflix, se ha desatado un debate entorno a este tema y lo más alarmante es que se culpa a las víctimas.

Pese a su creación en el 2011 y ser una de las aplicaciones más “viejas” que se encuentran en el internet, Tinder es una plataforma digital que tiene como objetivo encontrar pareja mediante el match. Lo que la ha llevado a posicionarse como uno de los símbolos de la transformación digital de la actualidad, y también se ha vuelto importante en las conversaciones sobre relaciones amorosas a larga distancia, incluso uniendo personas que están dentro del mismo territorio, pero en este caso, se muestra como de cualquier cosa que suceda culpar a la víctimas, quienes son mujeres.

Y aunque su foco ha sido principalmente las relaciones interpersonales, fue tomado como escenario para hacer otras prácticas un poco más… oscuras, lo que quedó expuesto tras un escándalo global que trajo consecuencias financieras para las involucradas.

Porque sí, el caso de “El Estafador de Tinder” fue mostrado por Netflix, contando la historia de la estafa internacional que llenó los titulares y que hoy está dando mucho de que hablar, pero necesariamente para culpar al delincuente que se encuentra cumpliendo condena luego de ser apresado en Grecia.

De la realidad a la pantalla chica

En él —hasta ahora— exitoso documental de Netflix, “El Estafador de Tinder” (The Tinder Swindler), las tres mujeres más afectadas de este perpetrador describen como fueron engañadas por el convicto Simon Leviev, quien nació como Shimon Hayut, después de conocerlo en la aplicación de citas y comenzar un vínculo emocional.

La película brinda un relato detallado y profundamente personal de cómo Leviev usó dicha aplicación para conectarse con sus víctimas y, en última instancia, estafarlas por cientos de miles de dólares. En este proceso, utilizando el llamado “fraude romántico” llegó a dejar un sendero de mujeres traumatizadas y afectadas, ascendiendo a cientos de víctimas.

Esta clase de “estafadores románticos” realmente están presentes en diversos sitios de citas en línea, los cuales usan la información personal para infundir confianza en sus objetivos y obtener de ellas lo que deseen, como en el caso de Leviev que fue un gran beneficio económico y financiero.

Lo peor del caso no es que este hombre manipulara con éxito a varias mujeres haciéndose pasar por el hijo de un magnate de los diamantes, antes de afirmar que su familia estaba siendo amenazada violentamente y pedirles a sus víctimas que sacaran préstamos en su nombre para ayudar a lidiar con una supuesta emergencia de seguridad, sino que muchos espectadores e internautas comenten en las redes sociales que “fue culpa de esas mujeres” ser estafadas.

A través del relato de la noruega Cecilie Fjellhøy, la sueca Pernilla Sjoholmy y la holandesa Ayleen Charlotte, se muestra cómo este hombre se mete en sus vidas después de conocerlas en Tinder y ellas terminan entregando sumas de dinero difíciles de confirmar, pero que algunos estiman en millones, ya que una de ellas entrega al estafador unos US$200.000.

Y aun así, se ha esparcido una ola de opiniones en Twitter que recriminan la conducta tan “ingenua e imprudente” de estas féminas, tildándolas de estúpidas y otros adjetivos que son bastante insultantes. Cuando, en realidad, se debería estar criticando y dejando en evidencia el nivel de manipulación al cual fueron sometidas por estafador.

Más cerca de lo que creemos

La historia está basada en el reportaje que hizo el diario noruego VG, publicado en febrero de 2019 —luego de la captura del estafador—, que cuenta lo que sufrieron las tres mujeres que dan su testimonio en el documental y manifiesta el modus operandi que empleó el implicado durante el proceso de elección de la víctima hasta el momento en el que consiguió lo que quería: su dinero.

The Times of Israel notificó que Simon Leviev es Shimon Yehuda Hayu y nació en Tel Aviv en 1990. Pero, más allá de eso, en 2011 fue acusado por fraude tras sustraer y cobrar cheques para personas con las que había trabajado y escapó de Israel con un pasaporte falso por la frontera de Jordania y se exilió en Europa, donde comenzó su nueva actividad delictiva.

Este tipo de casos resultan bastante impresionantes y difíciles de creer porque parecen sacados de una película, cuando realmente no es así, ya que la evidencia está y las respuestas de este suceso dejan entrever como siempre se les echa la culpa al género femenino por acciones que ni siquiera les pertenecen.

En esta ocasión, fue porque carecían “inteligencia y sagacidad” para distinguir que él las estaba engañando, mientras que otros comentarios giran en torno a la premisa de que “ellas estaban enamoradas de Leviev porque era millonario“, entre otras cosas que inciden en lo absurdo, pero ¡sorpresa! La mayoría provienen de hombres.