Las comediantes si pueden llegar a la audiencia masculina
¿Quién ha dicho que las mujeres no pueden ser exitosas en el mundo del Stand Up? Porque llegan a todo público con excelentes monólogos y chistes que harán reír a todos, sin la necesidad de ridiculizar a otras personas.
El mundo de la comedia, el humor y el Stand Up ha crecido significativamente en los últimos años, alcanzando diferentes países, atrayendo grandes públicos y siendo el entretenimiento favorito de muchas personas. Pero, como todo, se destacó de una manera por empaparse de la visión machista que en muchas ocasiones utiliza a la mujer para “hacer reír a otros“.
Este problema se presenta cuando se refieren a ellas con relatos sexistas, misóginos y chistes del mismo calibre, en una especie de burla o sátira, ganándose algunas risas de la audiencia, especialmente masculina, aunque en un primer momento lo plasman como “inofensivo”.
Al abordar temas de ocio, arte y categorías similares, se encuentran con arquetipos femeninos cortados por una misma tijera y rezagados a: manipulación, seducción, prostitución, engaño, ingenuidad y debilidad. Así eran los personajes femeninos que se pretendían mostrar en distintos escenarios.
Por lo que, no solo se comparte ese discurso despectivo y horrendo que ha intentado ridiculizar la violencia de género, sino que también intenta imponer barreras para que las mujeres no puedan acceder a este gremio y ser exitosas como cualquier otro comediante.
Según la data que se tiene, desde 2008 hay más comediantes en YouTube, cuyas cifras aumentaron exponencialmente con el auge de plataformas de streaming y otras redes sociales como Instagram, Twitter y Tik Tok. Asimismo, surgió una variedad de creadoras de contenido y humoristas que le sacan carcajadas a su audiencia desde el respeto, con chistes que si dan risa, dentro del marco de no burlarse de temas serios.
De la oscuridad al centro de atención
Lo cierto es que en las plataformas digitales, las mujeres empezaron a ocupar cada vez más espacios en la comedia, compartiendo monólogos divertidos e irónicos, sin repetir patrones cómicos de los hombres, que en muchas ocasiones se tornan aburridos. ¡Hay una alternativa mucho más humana, graciosa y feminista!
Tratan tópicos como la regla, ligar por Tinder, el aburrimiento maternal, el alcohol y las malas decisiones, el sexo, los micromachismos con los cuales se lucha a diario, el desamor, las relaciones y otras más. Todas ellas dan forma al guion que presentan en sus espacios, especialmente en el stand up en vivo, al cual ya se les está incluyendo.
Como todo en estas sociedades cimentadas en bases patriarcales, se abre una nueva brecha y tiene que ver con esta situación que se busca visibilizar, porque al final “el humor está vinculado al discurso político y opinión de una persona“, por ende, todos lo poseen y está bien expresarlo.
Pero, otra cosa totalmente distinta es cuando se acostumbran a escuchar y soportar comedia hecha por hombres que se refieren de manera “jocosa” a la violencia de género, cuestiones racistas, estereotipos que la mujer debería “seguir” y así como otros aspectos de la cotidianidad, que tildan de raras. Ahí va cuando señalan: “Para ser mujer eres muy graciosa“, “Es solo un chiste, feminazi ardida” y más frases tontas que son semejantes.
De ahí que, se ha normalizado esos comentarios agresivos que supuestamente van dirigidos a hacer reír a los demás, cuando en realidad denigran a una persona, institución, grupo o creencia, especialmente si son sobre culturas, pueblos; pobres o ricos; religiosos o mujeres.
Queda comprobado cuando se muestran esta serie de chistes muy celebrados, transmitidos en diversos medios, teniendo como protagonistas a mujeres maltratadas o parodiando, no ya el maltrato, sino directamente el asesinato, el secuestro y trastornos psicológicos. Pero, cuando se señala que está mal, es porque “es aburrida”, “no tiene humor”, “amargada” o “paranoica”.
Y en realidad cruzan una delgada línea. Porque, de entrada, los chistes sexistas no son inocentes, porque comparte esa batalla entre ambos sexos y perpetúa las desigualdades. En escenas como estas, se plantean situaciones relajadas, pero encubren una violencia simbólica presente en todos ellos, sea cual sea el género que se satiriza, colocándolo en situaciones incómodas y desagradables.
Para nadie es un secreto que esos chistes que sostienen la carencia de inteligencia de una mujer son comunes, lo que no quiere decir que sean apropiados y estén bien. Así como también les digan un “mejor vete a usar la escoba o hazte la tonta” para invalidarla en alguna actuación o actividad de cualquier tipo.
Entretenimiento para todo público
En fin, la comedia es muy amplia, pero eso no quiere decir que se preste para difundir persecuciones y mensajes de odio hacia otros individuos. Además, todos pueden ser graciosos, porque es algo subjetivo, y no es nada “extraño” que las comediantes lleguen al público masculino, manteniendo ideas neutrales, sin la necesidad de atacar a un colectivo.
El que vaya en contra de ello, debería revisar que tan bueno está su repertorio de comedia si ve el género como un impedimento para reírse de unas bromas. Podría decirse que se tratan de canones arcaicos y absurdos de tópicos patriarcales que todavía permanecen.
¡A derribar esa creencia, y a reírnos de los chistes que vengan!