División en UP: la paz de Belarra frente al apoyo de Díaz a Ucrania
Díaz se ha visto en la necesidad por apostar a la institucionalidad del Estado para mediar en las diferencias de criterio frente al conflicto ucraniano.
El espectro político español ha fijado posición en su interpretación de las acciones de Estado más oportunas para afrontar la actual crisis de Ucrania. En este sentido, el despliegue de soldados españoles y envío de armas a Europa del Este, ha avivado el debate dentro del Gobierno de coalición conformado por el PSOE y UP.
La guerra no ha sido bien recibida por la izquierda rupturista, dentro de la cual se encuentra Unidas Podemos. Personeros de la formación han rechazado duramente tales declaraciones y han recordado una vieja consigna antibelicista, “No a la Guerra”.
Todo ello, al mismo tiempo que han solicitado diferentes respuestas diplomáticas a las tensiones entre EEUU, la OTAN y Rusia. Esto es con el fin de alejar cualquier posibilidad de un recrudecimiento de la escalada militar en Ucrania.
De esta forma, el posicionamiento lógico que los partidos políticos deben mostrar en esta funesta coyuntura varía en función de sus intereses. Entre la ética y el pragmatismo los políticos españoles deben responder a la situación sin dejar de lado sus aspiraciones políticas a corto, mediano y largo plazo.
En este sentido, Yolanda Díaz tendrá que maniobrar en función del tratamiento que está recibiendo la guerra en Ucrania dentro de la opinión pública española, la cual está también está condicionada ante la dinámica internacional, todo ello ante las recientes acciones militares de Rusia en territorio ucraniano.
En este escenario, Díaz se ha visto en la necesidad de apostar por la institucionalidad del Estado para mediar en las diferencias de criterio frente al conflicto ucraniano. Dentro de este contexto, Yolanda Díaz lanza su proyecto político y lo primero que hace es cerrar filas discursivamente con el Gobierno en su decisión de alinearse con el resto de la UE y vender armas a Ucrania.
Al respecto. Díaz compareció brevemente ante los medios para manifestar que Sánchez tenía “todo el apoyo” y que se trataba de una decisión “seria“, dado que “había millones de vidas en juego“. Las críticas posteriores contra Díaz evidencian las tensiones dentro del grupo desde hace meses, y generan dudas sobre el encaje de UP en el futuro proyecto político de la vicepresidenta.
La vicepresidenta se ha ido desligando de los partidos con un discurso que en ocasiones ha generado malestar en la dirección de Belarra, a pesar de que en público siguen respaldándola. No hay que olvidar que Yolanda Díaz, a día de hoy, sigue siendo la política mejor valorada de España.
El pragmatismo de la ministra Díaz respecto a Ucrania, ha traído como consecuencia espacios de debate al escenario político, evidenciándose en las discusiones dentro del Congreso de Diputados y el abordaje tanto institucional como político de la actual coyuntura ucraniana.
Sin duda, el despliegue de soldados españoles en el marco del conflicto ucraniano, ha avivado el debate dentro del Gobierno de coalición conformado por el PSOE y Unidas Podemos. Al respecto, el escenario político español se condiciona ante la dinámica internacional, todo ello ante las más recientes movilizaciones militares en la frontera entre Ucrania y Rusia.
Bajo este escenario el espectro político español ha fijado posición en su interpretación de las acciones del Estado más oportunas. Lo mencionado no ha sido bien recibido por la izquierda rupturista, dentro de la cual se encuentra su socio en el gobierno, Unidas Podemos.
Hasta hace poco, el gobierno de coalición entre el PSOE y UP celebraban una “coordinación absoluta” dentro de su actuación conjunta con relación a la guerra de Ucrania. Ambos socios veían el referido contexto sin ningún tipo de perturbación o desarmonía.
El discurso unitario era que el Estado español no enviaría armas a Ucrania al margen de la Unión Europea. Sin embargo, el anuncio del pasado miércoles 2 de marzo de Pedro Sánchez de mandar “material militar ofensivo” ha trastocado sensiblemente la comunicación política con su socio en el gobierno.
Sánchez comunicó a Díaz de su cambio de perspectiva frente a la crisis ucraniana. El día anterior había defendido su posición de no enviar armas de manera directa a Ucrania. De esta forma, ningún ministro de UP aplaudió el cambio de punto de vista de Pedro Sánchez frente a la guerra.
Por su parte, la ministra Ione Belarra e Irene Montero, criticaron duramente la posición del ejecutivo, habiendo una notoria fisura en cohesión del gobierno de coalición. Su objeción ocasionó una ruptura interna en Unidas Podemos y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, junto a dirigentes de En Comú Podem e IU se desmarcaron rápidamente.
Los temores sobre las consecuencias del choque entre UP y Díaz, al posicionarse de manera antagónica en una cuestión tan sensible como la política exterior tras la invasión rusa de Ucrania, puede materializarse en la disolución de la coalición y en un adelanto electoral.
El ejercicio del poder de los partidos políticos debe mantener la relación armónica de dos ámbitos fundamentales. En primer lugar, la esfera institucional. El fin de toda organización política es la obtención del poder para la ejecución de su visión política en función del contexto histórico por el cual transite. Una vez obtenido dicho poder, corresponde la distribución efectiva del mismo para el cabal cumplimiento de su programa político.