No toda protesta es contra Pedro Castillo
En el Perú, lo único que intenta reflejar la prensa es la insatisfacción con Pedro Castillo, pero no los problemas de la población.
En Perú la población protesta, pero ahora es diferente. La exclusión y la desigualdad persisten, pero hay esperanzas. Por eso no todo malestar necesariamente es contra el gobierno de Pedro Castillo.
La complejidad del ánimo político de la mayoría peruana es difícil de discernir, si no se advierten los signos del Perú profundo.
La derecha está haciendo todo lo que puede, y ha intentado abiertamente, en tres oportunidades, el golpe parlamentario. A su vez, mantiene la ofensiva mediática, y también juega con algunas variables económicas para desestabilizar al gobierno. Todo ello, con el único objetivo de violentar la voluntad popular expresada en las urnas, en 2021.
Después de fracasar, la derecha explota las demandas propias de una ciudadanía que siente la necesidad de exigir resultados, y parte de la izquierda peruana hace coro, al menos, eso opinan algunos.
Ni la derecha ni la izquierda comprenden todo
Hubo un sector de la izquierda peruana que no se identificó en un principio con Pedro Castillo, y actualmente es muy crítico de la gestión del mandatario.
De hecho, pocos creyeron que Pedro Castillo llegaría a segunda vuelta, y apostaban por Verónika Mendoza, una respetada dirigente que fue atacada severamente por los medios de comunicación.
“Asistimos a un despertar porque ni la gente de izquierda, ni la gente de centro, ni la gente de derecha, consideraba que Pedro Castillo iba a pasar a una segunda vuelta”, afirma Luis Ignacio Aquije, periodista alternativo del sur del Perú.
Aquije destaca que las protestas en Perú no son contra Pedro Castillo, sino una demanda por el cumplimiento de promesas de campaña, sobre todo al interior del Perú.
La prensa sensacionalista
Desde el Cusco se está iniciando un proceso de visibilización de los problemas reales de las regiones del Perú.
“A la prensa de Lima no le interesa hacer entendible lo que pasa en el interior del país, es sensacionalista y amarillista, su papel es participar en el golpe de Estado, lo que no se logró el Congreso, se está trasladando a las calles de una manera cruel”, indica Aquije.
El periodista Aquije señala categóricamente que lo único que intenta reflejar la prensa peruana es la insatisfacción con Pedro Castillo, y que lo hace de una manera superficial, sin dejar ver los problemas o demandas reales de la población.
El caso del Cusco
Al paro general en Cusco, ocurrido recientemente, le antecedió un paro de transporte que puso al borde del derrocamiento a Pedro Castillo. La protesta de Cusco tuvo varias motivaciones, entre ellas, el alza del costo de la vida, y la urgencia por culminar el gasoducto sur peruano.
Las organizaciones del Cusco, piden también una nueva Constitución.
Los promotores del paro de Cusco, son la Federación departamental de trabajadores, la Federación Agraria Tupac Amarú, la Federación Médica Peruana, la junta de usuarios de agua del Cusco, y el Frente de Defensa Anticorrupción, entre otras organizaciones sociales.
Demandas y soluciones
El gobierno de Pedro Castillo atendió las protestas en Cusco, reuniendo una mesa de trabajo que continuará con una sesión ministerial en el territorio.
“Los días 21 y 22 de abril, se realizará la Sesión de Consejo de Ministros Descentralizada en la ciudad de Cusco, con la participación de las organizaciones sociales de Cusco, a los que se incluirá, previa coordinación, sectores del Estado y el gobierno regional del Cusco” señala el acta de compromisos.
Confianza en Castillo
Tanto el paro de transporte, como las protestas en Cusco, encontraron en el diálogo algunas soluciones.
Lo cierto, es que el gobierno de Pedro Castillo, incluyendo al mismo personalmente, han afrontado cada conato de conflicto social, utilizando el diálogo como principal herramienta.
Las exigencias de la mayoría se mantienen. En su momento, el voto presidencial no fue solamente para la figura del maestro Castillo, lo es mucho más para una Constituyente que cambie las reglas de un juego que ya no tolera el Perú.
No obstante, el Cusco, los transportistas, los trabajadores, y el ciudadano de a pie consiguen en Pedro Castillo un interlocutor que les atiende.
Se trata de un voto de confianza mutuo, que no han podido romper la campaña mediática, ni los expedientes forjados por la derecha peruana.