Venezuela vuelve a ser mediador en el conflicto colombiano
El papel de Venezuela como mediador en el conflicto armado colombiano no es nuevo. Los antecedentes más recientes fueron la Operación Emmanuel y la liberación de la líder colombiana Ingrid Betancourt.
Petro propone y Maduro acepta. Venezuela volverá a ser mediador en el conflicto armado colombiano, retomando una postura similar a la de Hugo Chávez en el 2007. En aquel momento, su gobierno participó en las negociaciones que dieron origen a la Operación Emmanuel y, posteriormente, a la liberación de Ingrid Betancourt.
Ambas operaciones de intercambio entre las FARC y el Gobierno colombiano, tuvieron la mediación venezolana liderada por Hugo Chávez, con Nicolás Maduro como canciller de ese país.
Venezuela acepta
Nicolás Maduro ha aceptado la propuesta formal de Gustavo Petro, enviada a través de una misiva escrita desde el Palacio de Nariño, para ser mediador.
“Una vez más, como lo hizo Hugo Chávez en su tiempo para garantizar los acuerdos de paz que luego firmaron. Una vez más decimos que Venezuela acepta. Pondremos nuestra mejor voluntad en nombre de Dios, padre todopoderoso, por la paz total de Colombia”, afirmó Maduro.
Petro recordó el rol de Venezuela
Además de las operaciones de liberación de prisioneros en las cuales medió Venezuela, el presidente de Colombia Gustavo Petro, hizo referencia al rol preponderante de su vecino en los diálogos de paz del 2016.
“La activa participación de la República Bolivariana de Venezuela y otros cinco países en calidad de garantes, se firmó en la ciudad de Caracas en marzo de 2016. Un acuerdo, una agenda con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como en abril de ese año, unos protocolos, entre ellos el que contempla el retorno a Colombia de la delegación de diálogos de dicha insurgencia, transitando por el territorio venezolano”, reza el comunicado enviado por Petro.
El rol de Venezuela es principalmente el de garante. Su misión es la de facilitar las condiciones para que el diálogo entre el Gobierno colombiano y las fuerzas insurgentes tenga un resultado que se acerque a su objetivo fundamental: la paz.
Las experiencias previas
A comienzos del siglo XXI, Venezuela tuvo un rol destacado en las negociaciones que adelantaron las FARC y el Gobierno colombiano. Por aquel entonces, estaba presidido por Álvaro Uribe Vélez.
Los resultados fueron más que satisfactorios. Al menos en lo que al intercambio de prisioneros se refiere.
El 10 de enero de 2008, con la Operación Emmanuel, se logró la liberación de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo. Estas estuvieron cautivas durante 6 años.
La Operación Emmanuel se ejecutó en el caserío indígena Selvas de Guaviare, en territorio colombiano. Contó con la mediación del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en unas negociaciones que duraron, aproximadamente, cinco meses.
Esta operación de liberación fue llamada de esa forma por el nombre con el cual era identificado el hijo de Clara Rojas, una de las prisioneras, quien concibió un niño dentro de la relación que tuvo con uno de los miembros de las FARC, que la mantenía cautiva.
La liberación de Ingrid Betancourt
En febrero de 2002, Ingrid Betancourt era candidata presidencial por el Partido Verde. En el contexto de una ofensiva del presidente de Colombia, Andrés Pastrana, a la candidata le fue retirado su equipo de seguridad y fue secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Ingrid Betancourt fue retenida junto a Clara Rojas y un policía, de nombre Jhon Franck Pinchao. Este último escapó posteriormente, y ofreció algunos detalles a la prensa sobre la situación de ambas lideresas.
En el marco de la mediación realizada por Hugo Chávez, en esta ocasión junto a Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, se adelantaron las negociaciones para la liberación de la excandidata presidencial Ingrid Betancourt.
El 2 de julio de 2008, casi seis meses después de la liberación de Clara Rojas, fue rescatada Ingrid Betancourt. Fue en el marco de la “Operación Jaque”. Su liberación se dio junto a tres ciudadanos estadounidenses, siete miembros del ejército de Colombia, y cuatro miembros de la Policía Nacional colombiana.