Micromachismo del día: el mansplaining
Las mujeres solemos estar ante hombres que intentan explicarnos temas en los que tenemos un gran conocimiento: esto es mansplaining.
Diariamente nos vemos obligadas a combatir micromachismos y cuestiones que nos recuerdan que todavía existe la desigualdad. Pero siguen siendo visibles y, en esta ocasión, podemos señalar el mansplaining como algo que probablemente experimentaste, aunque sea una vez en tu vida.
Antes de entrar de lleno en el tema, explicando el origen del término, por qué nos invalida y de qué forma suele actuar en la mayoría de los casos, me gustaría contarles una pequeña anécdota.
Anécdota personal
Como muchos habrán leído en algunos de mis artículos, comencé estudiando feminismo debido a mis clases de ideologías políticas. Después formé parte de un proyecto de activisimo, enfocado en mujeres universitarias, que me hizo entender muchas cosas. Una de ellas es que el género femenino se ha hecho espacio.
Se ha hecho espacio con luchas, alzando la voz, marchando, escribiendo y haciendo todo lo que está a su alcance para conquistar lugares, tanto en lo público como en lo privado.
Por aquel entonces, estaba en una relación amorosa y ¡vaya, vaya! La sorpresa que me llevé cuando intentaba explicarle a mi ex todo lo que aprendía de mi carrera —ciencias políticas—, y él me interrumpía para “corregirme” cuando no tenía ni idea de lo que estaba hablando.
¿Qué es el mansplaining?
Es ahí donde nos topamos con este término inspirado por Rebecca Solnit, quien usó su ensayo “Los hombres me explican cosas”, para describir sus experiencias como escritora, donde hombres intentaban enseñarle y decirle cosas obvias sobre temas que ella dominaba. Algunas veces sobre su propio trabajo, que no asociaban con ella hasta que se les aclaraba su identidad y autoría.
A partir de ese texto, se definió el mansplaining como “el acto de explicar sin tener en cuenta el hecho de que la persona que está recibiendo la explicación, sabe igual o más sobre el tema que la persona que lo está explicando”.
Si bien se mantuvo neutra en cuanto a la definición, se ha puntualizado que este comportamiento es más común por parte de los hombres hacia las mujeres, debido a diferentes causas que ahondaremos más adelante.
Lo cierto es que no es necesario ser un genio para darse cuenta que esta práctica busca deslegitimar las habilidades de una persona –usualmente una mujer– a través del discurso, y de esa manera silenciarla.
De ahí que, estamos ante un micromachismo que tiene el objetivo de invalidar, bajar el autoestima y humillar a la mujer en diferentes espacios públicos, ya que en esos casos, los hombres suelen sentirse amenazados y así su “posición de poder” se afianza.
En ese mismo orden de ideas, el New York Times se refirió al «mansplainer» como “un hombre compelido a explicar o a dar su opinión sobre cualquier cosa, especialmente a una mujer. Además, habla a menudo con condescendencia, incluso aunque no sepa de qué está hablando o no sea asunto suyo”.
Por qué nos invalida
Desde lo académico, Eugenia Iturralde, Doctora en Comunicación Social, Docente y ayudante en la cátedra de Comunicación y Género de la FACSO, explica que “en general, hace referencia a cuando un hombre subestima a una mujer, por su condición de mujer, y pretende exponer un tema porque se cree más idóneo en esa temática y ejerce una situación de poder para que la mujer no exponga sobre ese tema”.
Por tanto, “el hombre espera que una mujer no pueda hablar con precisión o utilizar ciertos términos sobre contenidos que, históricamente, estuvieron ligados a los hombres”.
Y uno de los ejemplos más comunes que podrían utilizarse es cuando una mujer habla de fútbol o de automóviles. Los hombres que están a su alrededor comienzan a realizarle “un examen”. Le hacen un montón de preguntas que van más allá de lo que hablan, para así ponerla a prueba sobre cuánto sabe.
En caso de que no respondan a una de ellas, o ellos consideren que “no pasó la prueba”, se enfrascarán en echárselo en cara, como que “no sabes sobre el tema” o intentarán explicarle un montón de otras cosas en tono condescendiente.
Este tipo de conducta suele ser empleada para demostrar una posición de superioridad. Esto permite opacar, invisibilizar, y finalmente, disminuir la autoestima de la mujer. Esta se verá enfrentada a tener que ceder, callarse o, en su defecto, sufrir las consecuencias de defenderse.
No, siléncialos tú
Cuando empecé a notar este patrón en muchos hombres con los que me encontraba de mi círculo social, en la universidad o en la familia, decidí luchar contra ello.
Si las mujeres dan una respuesta respecto al mansplaining —o si señalas directamente lo que está intentando hacerte— tendemos a ser señaladas como histéricas o que estamos a la defensiva, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados.
Estos eventos no representan instancias aisladas, son parte de un problema que denota una desigualdad sistémica que todavía se mantiene y suele ser más frecuente de lo que imaginamos.
Rebecca Solnit —quien cuenta con una trayectoria en escritura muy amplia desde 1988— contó que en el 2012 asistió a una fiesta en la que un hombre mayor le recomendó leer un libro recién publicado, y que él consideraba como uno de los mejores de la temporada. Pretendía educarla sobre el tema, sin darle la oportunidad de comentarle que ella era la autora del libro al cual se refería. (Hilarante, ¿no?)