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Amalia Avia: El Japón en Los Ángeles (II)

Proseguimos con la segunda parte de nuestro recorrido por la exposición "El Japón en Los Ángeles", dedicada a la obra de Amalia Avia.

«Pinto lo que no puedo fotografiar. Uso la fotografía únicamente como modelo. Si son temas de Madrid hago una fotografía y luego me acerco varias veces a ver el lugar mientras lo pinto. Si el lugar no es Madrid lo que pinto está basado en los recuerdos que me traigo. En cambio, mis compañeros realistas pintan del natural. Está muy bien pintar del natural, pero cada uno tiene su método y costumbres». Amalia Avia

Y en el logrado interior de este hermoso edificio del genial arquitecto Antonio Palacios, autor de los más representativos de Madrid, nos sentimos en comunión con Amalia Avia. Vibramos todavía con ese similar escalofrío que nos recorre cuando encontramos, aún hoy, un rincón en una de las calles del Madrid antiguo con uno de esos comercios de marquesina antigua, con el cierre de tambor echado durante meses, esperando a que los nietos del antiguo fundador traspasen el ruinoso local. Por lo menos para que este albergue, en lo sucesivo, pueda ser un bar de copas, una peluquería, una tienda étnica, una franquicia de móviles o un chino, según el caso.

Testimonio postrero de aquel Madrid de la inacabable posguerra, cochambroso y desconchado, triste y gris hasta en el cielo, al que solo le llegaba la luz, el sonido, las ideas y demás añadidos al huracán de los 60, en las discotecas, los guateques y las reuniones clandestinas.

Ahora, la obra de la que la exposición toma el título:

El Japón en Los Ángeles, 1995

Óleo sobre tabla

Esto existe todavía, eso sí, ya bastante remozado. Está en el Barrio de las Letras, junto a la Plaza de Santa Ana y “La Trucha”.

Bar Viva Madrid, 1978

Óleo sobre tabla

Solidez y elegancia, 1997

Óleo sobre tabla

La puerta del monigote, 1979

Óleo sobre tabla

Ortopedia, 1985

Óleo sobre tabla

Ciudad Lineal, 1968

Óleo sobre tabla

Domingo por la mañana, 1967

Óleo sobre tabla

Tal vez su obra más conocida.

 Escaleras del Metro, 1971

Óleo sobre tabla

Del Guernica, colgado en el salón de su casa, se desprenden sorprendentemente las figuras sin que alcancemos a entender qué es lo que Amalia con esto quería significar.

Mi casa, 1976

Óleo sobre tabla

Sus cuadernos de fotografías, origen de sus cuadros.

El rastro en los 80.

Tienda de maquinas, 1987

Óleo sobre tabla

Bar II, 1985

Óleo sobre tabla

Bidones, Estación del Norte, 1975

Óleo sobre tabla

Casi nadie repara en ello, pero si se fijan, tuvo la humorada de poner a las verduras “AVIA”.

Mercado (cajas de frutas), 1993

Óleo sobre tabla

Espero os haya agradado.

 Salud y trabajo.