La representación juvenil en las series y en el cine
La representación juvenil en el cine es muy importante, pero más allá de eso, hay que descartar los estereotipos tóxicos.
En la actualidad, la industria del entretenimiento está colonizada por contenidos dirigidos al público juvenil y a jóvenes adultos. En ese mar de muchos gustos y colores diferentes, hay un sinfín de estereotipos que tal vez no son muy positivos.
Por otro lado, en algunas de esas producciones —caso de las audiovisuales— encontramos personajes muy interesantes que están creados y desarrollados con el objetivo de transmitir una crítica social.
Está el ejemplo de Euphoria, de HBO, una serie de la que anteriormente he escrito porque resulta intrigante desentrañar la psicología de los personajes que interactúan en el contexto de la caótica y desastrosa adolescencia.
Porque sí, esas son dos formas de caracterizarla, ya que para la mayoría de las personas este periodo de sus vidas suele ser así por cualquier motivo.
El problema está en la representación juvenil que está dominando las pantallas en el presente. Además, muchos adolescentes que están en películas y series son interpretados por adultos de entre 26-30 años. Desde luego, esto no es muy esperanzador para los actores y las actrices.
Sin embargo, en Heartstopper, una serie de Netflix que está basada en una novela bajo el mismo nombre, se relata una historia de amor juvenil con actores compatibles en edad a la de sus personajes. Gracias a ello, se ve la armonía entre las facciones adolescentes, la fisionomía y tal vez otras cuestiones en la actitud.
También está el hecho de que se ridiculiza, de cierta forma, la etapa juvenil y los principios de la adultez joven. Muchas veces representada a través de personajes huecos, absurdos y tontos, que te hacen querer detener lo que estás viendo.
Distanciado de la realidad
Asimismo, existen producciones que exageran en cantidades desproporcionadas ciertas cosas que realmente no viven los adolescentes. Esto se sustenta leyendo los comentarios en masa de usuarios que sostienen “yo no hice eso en mi adolescencia”.
Hablamos de, por ejemplo, el consumo de alcohol, el abuso de drogas, la hipersexualización de sí mismos, las prácticas sexuales plasmadas de una manera mítica, la inexistencia de la supervisión parental, y así con otras cuestiones.
La referencia más clara es la serie de Netflix Élite, que sigue sacando temporadas terribles y que no tiene ni pies ni cabeza. Por favor, que alguien los detenga.
Por tanto, al plasmar únicamente esas situaciones, es el relato que está predominando en el contenido producido. Y claro, es el que está siendo consumido por un público que se encuentra en proceso de desarrollo, crecimiento y de definición de su identidad.
En mi caso, cuando veía series y películas juveniles de Disney (porque era muy fan de la franquicia), en cuanto a relaciones amorosas de adolescentes solo veía un beso todo incómodo, ¡y era muy real!
Además, muchos de esos personajes tenían que pasar por una prueba para salir ante los padres. Debían explicar a dónde iban, con quién, cuál era el toque de queda y otras preguntas similares. Cuando llegué a la adolescencia fue de la misma forma, incluso en mi adultez joven sigo avisando sobre mis salidas.
Por otro lado, está la imagen de la adolescente dotada de malicia y de una voluntad de la búsqueda erótica, la cual está reflejada en Jodie Foster en Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese, y en Madonna en Desesperadamente buscando a Susana (1985).
Una aguja en un pajar
Soy el tipo de persona que, para ver una película y serie, pueden suceder dos cosas: 1) me engancho y no me detengo hasta terminarlo; 2) lo veo por 10 minutos y lo quito porque me aburro.
Así que, por esa razón, aquí hay tres títulos que puedes disfrutar y que te llevarán por un recorrido bastante interesante: The Sisterhood of the Traveling Pants (Uno para todas en España y La hermandad del pantalón en otras traducciones).
Esta película relata la historia de cuatro chicas jóvenes que se hicieron amigas, gracias a que sus madres hacían yoga mientras estaban embarazadas. Básicamente una amistad de toda la vida.
El último día que pasarían juntas antes del verano, decidieron entrar a una tienda de segunda mano. Allí se probaron un pantalón que, casualmente, les quedó bien a pesar de que eran tallas bastantes distintas y con cuerpos diferentes.
A partir de ese momento, deciden que el pantalón tiene algo mágico y que por alguna razón hará que cosas maravillosas sucedan.
Por ello, en el lugar donde se conocieron sus madres, deciden hacer un pacto de pasarse el pantalón durante todo el verano. Además, con una nota van indicando lo que le habría ocurrido a quien lo usó antes.
Y ahí nos lleva a un viaje saludable por el proceso de cambio, la maduración, el enamorarse por primera vez, la relación con la familia, la amistad y muchas ideas más que ciertamente son conmovedoras.
En segundo lugar está Sex Education. No es de mis favoritas, pero toca temas muy importantes en la actualidad como el aborto, la iniciación de la vida sexual en la adolescencia y sus implicaciones, la marginalidad de los “nerds”, y otras tramas que logran conectar con la audiencia.
Y ya por último, Al filo de los diecisiete. Se trata de un título más o menos reciente, de 2016, y que sigue la amistad de Krista y Nadine, dos jóvenes muy unidas que van al mismo instituto.
En ella, su amistad peligra cuando una de las protagonistas comienza a salir con el hermano mayor de la otra. Con ello se produce una relación amorosa vivida en secreto que, tras ser descubierta, provoca muchos problemas de confianza entre ellas y sus familiares.
En especial, creo que esta historia es muy importante y tiene mensajes que todos los adolescentes deberían saber. Principalmente las chicas, pues durante este periodo de la vida, son susceptibles a que venga un muchacho mayor con el halago superfluo de “eres muy madura para tu edad”.
¡Y no! Eso es algo para lo que huir hacia la izquierda, porque hay que vivir cada una de las etapas, también la juvenil, sin adelantarse a nada. Ni mucho menos por presión de terceros.
Esta es la representación de adolescentes y de la etapa juvenil en las pantallas. Es un mar tan diverso que se necesita de gran espacio para abarcarlo todo y sin quedarse corto.
“No tienes que sufrir para ser un poeta. La adolescencia es suficiente sufrimiento para todos”, de John Anthony Ciardi.