Top 5 frases machistas: el poder social del lenguaje
En la cotidianidad de las mujeres están presentes expresiones machistas que parecen inofensivas, pero que traen consigo una carga negativa.
En la actualidad se manifiestan distintos movimientos en pro de la igualdad de género, para romper con los arquetipos machistas. También se han reducido las brechas entre los hombres y las mujeres, con el objetivo de alcanzar una sociedad equitativa donde todos tengan acceso a las mismas oportunidades, sin que factores como el sexo, la etnia o la ideología lo impidan.
No obstante, las mujeres se ven enfrentadas a lidiar con frases machistas en la vida cotidiana y de cierta manera se vuelve “normal“, al punto en que se acostumbran.
Algunas veces prefieren recibirlas a través de una carga jocosa o humorística por lo descabelladas que suenan, antes de desfallecer en el intento por desmontarlas cada vez que se encuentran con ellas.
Dichos conceptos se asientan en premisas equivocadas, prejuicios, desconocimiento (o desinterés). Frases que se asumen, perpetuando mensajes incorrectos y que distorsionan los principios del feminismo. Frases que necesitan ser borradas del mapa.
A continuación, abordamos las más populares:
La mayoría de las mujeres tienen “demasiado carácter”.
A menudo se dice que una mujer decidida y segura tiene “demasiado carácter“. En cambio, los hombres con temperamento son percibidos como personas “con mucha personalidad” y llenos de fortaleza para afrontar cualquier circunstancia.
La diferencia entre lo primero y lo segundo es la connotación: negativa en el caso de las mujeres y positiva en los hombres. Esto somete a las mujeres a unos moldes sociales en los que solo encajarán si se mantienen calladas, sumisas y complacientes.
Como afirmaba la académica británica y Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Mary Beard: “Se ha perpetuado la idea de que la mujer que habla es transgresora y peligrosa“.
Yo soy feminista porque ayudo en casa.
El simple hecho de situar a la figura masculina como un mero “ayudante” en las tareas de su propio hogar es, ya de por sí, machista.
En vez de esto, es mejor emplear: “Mi pareja y yo repartimos las tareas domésticas de manera igualitaria, como tiene que ser“, puesto que un adulto funcional está en la capacidad de realizar estos deberes sin ningún prejuicio.
Las mujeres lo tenéis todo más fácil.
Frases como: “Con lo guapa que eres, ¿cómo no te van a contratar?” o “Con el buen cuerpo que tienes, vas a conseguir todo lo que quieras” son comunes en el día a día de las mayoría de las mujeres.
La cosificación de la mujer se ha intentado presentar como algo empoderante. Por eso, desde el feminismo se reivindica que las mujeres dejen de ser validadas y definidas bajo la mirada masculina, y que la cosificación deje de normalizarse.
Todos deben tener las mismas posibilidades y oportunidades en las diferentes dimensiones de la sociedad, donde se tomen en cuenta su esfuerzo y mérito para lograr posicionarse.
No salgas hasta tan tarde.
Los comentarios sexualmente ofensivos siguen siendo muy habituales, por ejemplo: “No te pongas esta falda“, “¿Qué llevabas puesto?” o “Vas provocando“.
Desde pequeños, a las niñas y niños se les educa bajo la máxima de “No te acerques a desconocidos“, sin embargo a las niñas se les enseña desde el miedo, mientras que a los niños desde la simple precaución. De esta manera, se convierten en mujeres acostumbradas a vivir con miedo, mientras que los niños entienden, que pueden disfrutar de mayor libertad que las chicas.
No soy machista, me he criado rodeado de mujeres.
Ser hijo, hermano, novio o esposo no exime a ningún hombre de tener asumidas conductas machistas que todas y todos han interiorizado durante años. Además, cargar a las mujeres de su alrededor con su responsabilidad carece de toda lógica.
Poder del lenguaje
Mientras el lenguaje cotidiano siga atesorando esas frases cargadas de misoginia, o no se renueven los viejos refranes machistas en los que se esconde este tipo de violencia, será lejana una sociedad en la que la violencia de género sea la excepción que rechace esas frases abusivas encubiertas.
Sin embargo, es claro que esta formación es meramente social, por lo que puede modelarse a una realidad más equitativa que borre las diferencias que perpetúan la violencia de género y permita la igualdad plena.