Mitos del feminismo (II): Las creencias sin fundamentos del patriarcado
En esta segunda parte de mitos del feminismo, se reanuda la tarea de analizar y desengranar las distintas premisas que han predominado en las redes sociales entorno a dicha ideología.
El feminismo, como toda ideología que emana del pensamiento racional del ser humano, se presta para discusiones y diferentes perspectivas.
Lo cierto es, que nunca se estará de acuerdo completamente, por ello, las diferentes vertientes se mantienen divididas según los objetivos que persiguen.
En el espacio de debate, siempre habrá una amplia gama de diversidad de discursos y postulados. Por ende, es importante precisar e indagar en las premisas ideológicas que se defienden.
Continuando con la anterior entrada donde se mencionaron algunos mitos importantes, aquí se siguen desglosando y explicando los más populares:
“El feminismo odia y oprime a los hombres”.
Aunque algunos autores descartan al género masculino de la definición, la RAE da un concepto interesante “es el principio de igualdad de derechos entre hombres y mujeres”.
Por consiguiente, no se le excluye de la discusión, sino más bien ellos son quienes buscan alejarse y estigmatizar los temas que son objeto de conversación de la agenda feminista.
Precisamente porque no habla de superioridad ni discrimina al otro género, sino que combate las desigualdades y busca fomentar la equidad entre ambos.
En sociedades igualitarias no hay opresión, no se imponen barreras a los individuos indiferentemente de su etnia, raza, religión, posición socioeconómica, género y otras categorías que pueden aplicarse.
Al contrario, más bien da paso libre a la construcción de Estados que velen por la garantía y promoción de Derechos Humanos, lo que también lleva a una cultura democrática.
Donde los valores sociales, enlazados con la cultura cívica y política, permita que todos los ciudadanos (dígase hombres y mujeres) sean partícipes de la toma de decisiones en el ámbito público.
El feminismo no promueve el odio, puesto que sus pilares fundamentales llevan a la emancipación, libertad e igualdad.
“Las feministas quieren imponer su forma de pensar y de vivir a otras mujeres”.
Siendo la igualdad uno de los puntos focales, habrá oportunidad para todos aquellos que conviven en los ecosistemas sociales. Por lo que contarán con los derechos y libertades que son apuntados en la mayoría de los tratados internacionales que son inherentes al ser humano.
Cada mujer tiene el libre albedrío al decidir de qué manera vivir, qué carrera estudiar, en cual campo profesional desarrollarse, y tendrá las mismas posibilidades que un hombre.
No hay prejuicios o limitaciones, puesto que cada perspectiva será debidamente respetada mientras no afecte (hablando en un sentido más jurídico) a un tercero.
La politóloga Melissa Monroy apunta que “los feminismos como corrientes buscan que las mujeres puedan ser como deseen, pero que tengan la libertad de elegir“.
“El feminismo es de izquierdas“.
Como toda ideología, este conjunto de pensamientos también puede acoplarse a cualquier posición o perspectiva política, recordando que estas se complementan y aunada a otras forman una agenda.
En su mayoría, el feminismo se ve sustentado en tendencias progresistas, que al mismo tiempo promueven causas ambientalistas, lo cual es de esperarse.
Más aún, recordando que estos aspectos se ven reflejados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, junto a otros puntos dentro de la Agenda 2030.
Por otro lado, esta serie de programas y proyectos que se han propuesto a raíz de la evolución, proporcionan importantes herramientas para seguir trabajando desde todos los sectores.
Bien sea, políticos, económicos y sociales, las mujeres están ocupando cargos de poder que aprovechan de igual forma, para motivar a las nuevas generaciones.
Los falsos mitos del patriarcado son creencias erróneas pero muy extendidas, acerca de la igualdad, el feminismo, la paridad y estas denominaciones que resultan bastante frescas.
En el mundo todavía existe un gran desconocimiento hacia las terminologías empleadas dentro del feminismo, de ahí que las personas rechazan cualquier premisa ante la cual sean ignorantes.
Los medios de comunicación, grupos de presión, organizaciones no gubernamentales y activistas juegan un rol fundamental para llevar la información adecuada que derribe dichos estigmas.
No hay lugar para justificar o apoyar conductas inapropiadas, la discriminación respecto al género y los micromachismos no pueden ser tolerados bajo ningún concepto.
Con el advenimiento de la era digital, la expansión del internet y el estallido de las distintas plataformas digitales, estos mitos fueron regados como la pólvora.
Sin embargo, está en las manos del cibernauta ser lo suficientemente responsable y tener criterio como para evaluar la veracidad de la información que recibe.