Huelga del metal en Cádiz: la “violencia” no de los manifestantes
Las legítimas posiciones de los sindicalistas consideran como prioritaria la actualización de los salarios para el presente año al IPC.
La huelga de los trabajadores del sector metalúrgico en Cádiz continúa. Un conflicto que llega a su segunda semana de paro indefinido y tercera de movilizaciones sin avances en las negociaciones entre la patronal y los sindicatos CCOO y UGT para desbloquear el nuevo convenio colectivo de la industria auxiliar de Cádiz.
Las calles de Cádiz amanecieron el lunes con nuevas movilizaciones de miles de los 30.000 empleados que tiene el sector del metal, según estimaciones de la patronal, que aglutina a 6.000 empresas. Al mismo tiempo que se llevan a cabo las manifestaciones, algunos medio pretendes criminalizar la legitima protesta de los trabajadores de metal.
Las movilizaciones hasta la fecha han sido multitudinarias y han atravesado diversos puntos claves de los extramuros de la capital. Por otra parte, la mesa de negociación en la sede del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL) en Sevilla, quedó inoperativa, después de otra madrugada en la que no ha sido posible el acuerdo para renovar el convenio, vencido desde el pasado mes de septiembre.
Las legítimas posiciones de los sindicalistas consideran como prioritaria la actualización de los salarios para el presente año al IPC. Igualmente, buscan un nuevo acuerdo marco que no supere el año de vigencia para, una vez aprobado, arrancar la negociación para otro documento a partir de 2022.
Los sindicatos reclaman la subida del IPC, el cual que fue del 5,4% interanual el pasado octubre para este mismo año en un acuerdo de breve duración, ya que han planteado a la patronal empezar a negociar otro nuevo texto con calma a partir de enero de 2022.
Sin embargo, la Federación de Empresarios del Metal de Cádiz vio inasumible la propuesta en la última negociación del pasado viernes y ofreció a los sindicatos una subida del 0,5% este año y del 1,5% en los dos siguientes.
Ambas partes se acusan de haberse levantado de la mesa, aunque lo único seguro es que, por ahora, no está previsto que se vuelvan a sentar. Mientras, la huelga sigue su curso y los manifestantes ya se plantean realizar piquetes.
La huelga del metal se ha convertido en la espita de un malestar en un sector industrial que vive una alta eventualidad, marcada por una carga de trabajo naval que no vive sus mejores momentos. También ha calado en una sociedad, la de Cádiz, que vive históricas altas tasas de paro: un 23, 16%, lejos del 14,57% de la media nacional, según la última Encuesta de Población Activa de octubre.
En medio de ese descontento que dista mucho de ser nuevo y que hace tiempo viró en aparente apatía social y política, los partidos se han lanzado a la gresca. Esta lucha por los salarios del metal pilla a Cádiz con una tasa de paro elevada: un 23,16% según la última Encuesta de Población Activa, muy lejos del 14,57% de la media de desempleo del país. Además, el sector afronta una nueva defunción confirmada.
De aquí a 2024, Airbus Puerto Real se sumará a una larga lista de cierres que ya engrosan Delphi, Visteon, Tabacalera o Gadir Solar. Y Muñoz no vaticina un 2022 mucho mejor, ya que la carga de trabajo para los astilleros “puede tardar” y al Campo de Gibraltar aún no han llegado inversiones claves que pueden lastrar el mantenimiento o creación de puestos de trabajo.
En el plano político, el alcalde de Cádiz, José María González, mantuvo en la tarde del pasado domingo una conversación telefónica con la consejera de Empleo, Rocío Blanco, para conocer de primera mano en qué punto se encontraba la negociación del convenio del metal y para ofrecerse para mediar en este conflicto.
Por su parte el diputado de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Rafael Mayoral, ha calificado el pasado sábado de “irresponsable” la postura de la patronal en el conflicto abierto en el sector del metal en Cádiz, y ha exigido a la Federación de Empresarios del Metal de la Provincia de Cádiz (Femca) que “ceda ante las pretensiones” de la plantilla.
En declaraciones a los medios, tras la jornada celebrada en Linares (Jaén) para abordar el futuro del mundo rural y la necesidad de un nuevo modelo productivo en la provincia jiennense, acompañado por Toni Valero, coordinador general de IU Andalucía y portavoz de Unidas Podemos por Andalucía.
Mayoral ha mostrado su “solidaridad” con los trabajadores y sus protestas y ha afeado a la Femca su posición que, “no se entiende en el momento en el que estamos. No es momento de bajada de salarios, no solo por justicia social, sino como elemento para salir de la crisis“.
En este sentido, el diputado de Unidas Podemos en el Congreso ha exigido a la patronal que “abandone y ceda ante las pretensiones legítimas de los trabajadores“, firmando un convenio colectivo “digno y que reconozca las condiciones laborales” de la plantilla.