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Perú: la derecha no da tregua, ni perdona

La derecha no ha querido pacto, quiere se acabe lo más pronto posible el gobierno que desde la izquierda impidió que llegara al poder Keiko Fujimori.

La derecha no ofrece tregua por más concesiones que se le den. Pedro Castillo pasó de un gabinete considerado “radical”, de izquierda, a un equipo de gobierno que integra a sus filas a figuras del Opus Dei, como Héctor Valer, pero ello parece suficiente para evitar la desestabilización.

El Congreso del Perú, liderado por María del Carmen del Alva y por la ultraderecha del partido Renovación Popular, se dirige a promover nuevamente la vacancia por incapacidad moral.

La derecha no ha querido pacto, quiere que se acabe lo más pronto posible el gobierno que desde la izquierda impidió que llegara al poder Keiko Fujimori.

Durante la última semana Castillo cambió de gabinete, sin embargo, no sirvió para calmar demandas de la derecha magnificadas por los medios.

Ahora Castillo llama conformar un nuevo equipo de gobierno, el cuarto, en poco más de 6 meses.

La crisis no cesa ni baja de intensidad, el Poder Judicial y el Congreso, se proponen relevar de cualquier manera a Pedro Castillo, de su función de gobierno.

Todo lo posible

La congresista de Avanza País, Patricia Chirinos, manifestó que está “dispuesta a usar todos los mecanismos que brinde la Constitución”, para sacar a Pedro Castillo del gobierno.

Ya sea vacancia, acusación constitucional, o cualquier tema que presenten los congresistas, yo lo voy a apoyar, porque creo que este señor y su equipo, no pueden seguir gobernando el país” Advirtió Chirinos.

Mientras tanto, otros voceros del Congreso y de la derecha peruana hablan abiertamente de un escenario post-Pedro Castillo, insinuando una inminente salida del mandatario electo en 2021.

La presidenta del Congreso, María del Alva, ya ventiló ante los medios que en caso de concretarse la salida de Pedro Castillo, asumirá el mandato para convocar a elecciones presidenciales. “No es la posición que se vayan todos” afirma del Alva, salvando por adelantado al Congreso que ella preside, de un nuevo proceso de legitimación a través del voto popular.

Ha quedado claro que la derecha peruana no cede un centímetro, así sea a costa de la propia democracia.

El poder judicial opera a favor de la derecha

El proceso que busca sacar a Pedro Castillo o “vacarlo”, como refieren algunos, ha sido continuo desde que llegó al gobierno en julio de 2021.

Después de que la derecha intentara la acción de vacancia a finales de 2021, arremete nuevamente a propósito de operaciones mediáticas como aquella famosa entrevista de Castillo en CNN, y de las sucesivas disoluciones de gabinete.

La derecha aprovecha la máxima fragilidad que puede mostrar el mandatario, y se lanza ahora en una especie de etapa final, a promover instancias de decisión donde Castillo tenga muchísimo menos oportunidad de imponerse.

Señor presidente en las circunstancias actuales en que nuestro país se fragmenta, no podemos permanecer ajenos a esta crisis”, declara Elvia Barrios, presidenta del poder judicial, solicitando formalmente a Pedro Castillo, se convoque al Consejo de Estado.

Pero el Consejo de Estado no existe constitucionalmente en el Perú, asunto que deja al azar muchos detalles de su funcionamiento.

La derecha no perdona la ingenuidad

Desde que Pedro Castillo comenzó a doblegarse a favor de los sectores conservadores, la derecha supo que podía obrar para colocar las cosas nuevamente en su lugar.

La llegada de la izquierda al poder, representó por muy poco tiempo, una amenaza para el orden establecido en el Perú.

Ingenuamente, Castillo fue abriendo espacios estratégicos no solo en el gabinete, sino en su propio círculo cercano del despacho presidencial, donde le tendieron trampas como la entrevista en CNN, en la cual se percibió claramente la intención de hacerlo ver como incapaz de liderar el gobierno.

Ninguna jugada de la derecha ha sido improvisada, mientras tanto, Castillo maniobra como puede, recibiendo ataques internos y externos, pero su gobierno tambalea en un proceso que parece irreversible.