50 grandes álbumes de 2021 (5ª parte)
Llegamos al final del recorrido. Cinco capítulos trepidantes con música de diferentes estilos. Álbum a álbum, ha costado lo suyo hacer las elecciones y dejar a otros en el tintero, pero ha sido reconfortante mostrar todo el potencial musical que existe a día de hoy.
Ha habido tanto álbum publicado durante el año 2021 que, en vez de hacer una breve selección, hemos preferido ampliar hasta un total de 50 referencias. Aún así, se nos antoja muy poco por todo lo que se quedó a las puertas de ser representado a lo largo de las últimas semanas, pero no podemos abarcarlo todo.
Lo que sí esperamos es que hayáis disfrutado por todo este recorrido, en el cual hemos tenido presente diferentes vertientes musicales.
Y como los protagonistas son los que mandan, os dejo con la quinta y última parte del artículo.
Green Lung – Black Harvest (Svart Records)
Estilo del álbum: Stoner Metal, Hard Rock, Doom Metal
Formación: Tom Templar (voces), Scott Black (guitarras), Joseph Ghast (bajo, voces, saxofón), Matt Wiseman (batería, percusión) y John Wright (órgano, teclados).
Segundo álbum de estudio de los estadounidenses Green Lung, una banda que comenzó su carrera con un notable epé y un debut que obtuvo unas magníficas críticas. Por aquel entonces, el stoner y el doom formaban parte del cóctel musical en proporciones similares. Para Black Harvest, aunque el doom sigue presente, han optado por acentuar los elementos más stoner. El aura que posee el álbum es claramente oscuro, con claras alusiones ocultistas y con un marcado carácter psicodélico.
La producción va en dirección de lo que demanda su música. Los riffs de guitarra son poderosos, con mucha presencia y con una gran densidad, mientras la base rítmica suena atronadora, si bien las baterías parecen un poco apagadas. Los órganos y teclados aportan cuerpo, aunque su intensidad varía en según la composición. En lo personal, creo que el corte “Graveyard Sun” representa muy bien lo que estos músicos pueden llegar a hacer. Posee unas acústicas preciosas a la espera de la tormenta sonora y, además, ofrecen unas melodías embriagadoras. Formidable y sin apenas puntos bajos.
Composiciones destacadas: “Old Gods”, “Leaders of the Blind”, “Graveyard Sun” y “Born to a Dying World”.
Silk Sonic – An Evening With Silk Sonic (Aftermath Entertainment, Atlantic)
Estilo del álbum: Smooth Soul, Funk, Pop Soul
Formación: Bruno Mars (voces, guitarras, congas, percusión, sitar) y Anderson. Paak (voces, batería, percusión). Participan multitud de músicos de sesión como D’Mile, Kameron Whalum, Lannie McMillan o Marc Franklin, entre muchos otros.
El proyecto Silk Sonic nace alrededor del año 2017, y en él se reúnen los músicos Bruno Mars y Anderson Paak. Fue ahí cuando empezó a fraguarse la idea de publicar un álbum de tales características. Se pueden decir muchas cosas de Bruno Mars, pero creo que aquí ha ganado muchísima madurez. En An Evening With Silk Sonic encontrarás una buena dosis de soul, funk y pop, pero todo ello plasmado de una manera muy elegante y con un nivel de producción superlativo. Todo suena perfecto en la mezcla y los instrumentos están muy bien diferenciados.
Anderson. Paak también sobresale en su papel de batería y en las voces, en las cuales se entrelaza perfectamente con Bruno, aunque en su caso aporta muchas líneas rapeadas, y siempre con mucho acierto. El álbum es muy rico en matices, los bajos son muy prominentes y el sonido de toda la percusión es excelso. La sección de viento también brilla con luz propia. Mención aparte para las estupendas armonías vocales. No sé si este proyecto tendrá continuidad o no, pero desde luego eleva a estos dos músicos a un nivel en el que jamás los había visto.
Composiciones destacadas: “Leave the Door Open“, “After Last Night”, “Smokin Out the Window” y “Skate”.
First Fragment – Gloire éternelle (Unique Leader Records)
Estilo del álbum: Technical Death Metal, Metal neoclásico, Metal progresivo
Formación: David Alexandre Brault-Pilon (voces), Phil Tougas (guitarras, voces, teclados, percusión), Nick “Thriller” Miller (guitarras), Dominic “Forest” Lapointe (bajo fretless) y Nicholas “Le Fou” Wells (batería, voces).
Todavía sigo sorprendido por todo lo escuchado en este álbum titulado Gloire éternelle. Estos canadienses se han sacado de la manga un disco que es digno de aplauso, aunque eso sí, no será del gusto de todos. En primer lugar, porque su propuesta se enfoca hacia el metal extremo, concretamente al death metal técnico. Y segundo, por la impresionante técnica de estos músicos, lo que hace que la obra sea bastante compleja de asimilar. A lo indicado hay que unir la explosiva fusión que han hecho, al añadir elementos de metal neoclásico, progresivo y pinceladas de flamenco a su característico death.
Para escuchar este disco necesitas enfocar toda tu atención en él. No hay minuto que no contenga montones de detalles para extraer y disfrutar. Los cambios de ritmo son vertiginosos y las voces guturales, si bien no son lo más destacable, cumplen perfectamente su función. Aquí lo sorprendente, lo que hace que el disco sea extraordinario, es la calidad de la ejecución instrumental. Una bestialidad. Ahora bien, hay que avisar que es una obra que agota mentalmente. Es tan avasalladora y extensa que, cuando terminas, solo puedes respirar profundamente y decir “¡guau!”.
Composiciones destacadas: “Gloire éternelle”, “Solus”, “La veuve et le martyr” e “In’el“.
Turnstile – Glow On (Roadrunner Records)
Estilo del álbum: Post-Hardcore, Rock alternativo
Formación: Brendan Yates (voces), Brady Ebert (guitarras), Pat McRory (guitarras), Franz Lyons (bajo) y Daniel Fang (batería).
En su momento ya apuntaban maneras, pero ha sido con Glow On, tercer álbum de estudio de la carrera de los estadounidenses, cuando por fin parece que recogen lo que han ido sembrando. Estamos ante un disco tremendamente rítmico y melódico, con una producción muy cuidada y envidiable en materia de composición. Roadrunner ya vio en su momento el posible potencial de estos músicos, y parece que no ha errado en el tiro.
Quince composiciones que oscilan entre el post-hardcore, el rock alternativo y un poco de hardcore punk. Prácticamente, ninguna sobrepasa los tres minutos de duración, por lo que uno ya intuye la energía que desprenden. Lo curioso es la facilidad que tienen para crear temas diferentes sin perder su esencia, añadiendo matices aquí y allá, mientras se desarrollan una serie de efectivos riffs, se da rienda suelta a una base rítmica sólida, y las voces juegan con las intensidades muy oportunamente. Un disco con el que disfrutar y liberarte.
Composiciones destacadas: “Mystery”, “Blackout“, “Don’t Play” y “Holiday”.
Trivium – In the Court of the Dragon (Roadrunner Records)
Estilo del álbum: Metalcore melódico
Formación: Matt Heafy (voces, guitarras), Corey Beaulieu (guitarras, voces), Paolo Greggoletto (bajo, voces) y Alex Bent (batería).
Sorprendente nuevo trabajo de los afamados Trivium, a los que en su momento les achaqué falta de ideas y una carencia de madurez musical que deberían haber adquirido con el paso de los años. Por suerte, In the Court of the Dragon ofrece todo aquello que en algún momento creí que podrían ofrecer, y por fin han dado un paso al frente para convertirse en un grupo más convincente. No sé si con esto se ganarán el respeto de sus detractores, pero quizá deberían convencer a alguno de que están aquí para demostrar que tienen mucho que decir.
Siguen apostando por el metalcore melódico y algunas pinceladas sutiles de thrash, pero las composiciones han ganado en robustez y calidad. Es como si se hubiesen tomado más tiempo para perfilar cada una de las mismas, ya que se puede percibir una mayor variedad en las ejecuciones, al igual que una agresividad más creíble y quizá menos artificial. Solamente la canción homónima puede servir de referencia para encontrar todas las variantes y mejoras aplicadas por Heafy y los suyos. Sinceramente, espero que este disco puedan presentarlo en vivo como se merece, y que el camino a seguir esté más cerca de esta sinceridad musical.
Composiciones destacadas: “In the Court of the Dragon“, “Like a Sword Over Damocles”, “A Crisis of Revelation” y “The Shadow of the Abattoir”.
Caligonaut – Magnified as Giants (Apollon Records: Prog)
Estilo del álbum: Rock sinfónico-progresivo, Rock progresivo
Formación: Ole Michael Bjørndal (voces, guitarras), Kristian Karl Hultgren (bajo), Lars Fredrik Frøislie (órgano hammond, melotrón, piano, sintetizador, teclados) y Andreas W. S. Prestmo (coros). Colaboran Iver Kleive (órgano en “Hushed”), Arild Brøter (batería y percusión en “Lighter Than Air”), Henrik Fossum (batería en “Emperor”), Asa Ree (violín y coros en “Emperor” y “Hushed”) y Stepahn Hvinden (guitarras en “Hushed”).
Este proyecto protagonizado por Michael Bjørndal ha sido tremendamente aplaudido desde el momento en que apareció. Su primer trabajo, digamos en solitario, lleva por título Magnified as Giants. En él sangra todo lo que corre por sus venas. Ha sido un gran trabajador dentro del progresivo, en su grupo (Oak) y como apoyo para artistas de la talla de Airbag, Gentle Knife o Bjorn Riis. Ahora que ha querido mostrar sus inquietudes a través de Caligonaut, músicos de la escena prog lo arropan para plasmar su obra. De hecho, varios de los músicos que aparecen, forman parte o colaboran con bandas como Airbag, Wobbler, Meer, Jordsjø, Pymlico, Infrigment y más. Es decir, todos de la escena noruega.
El álbum está integrado por cuatro composiciones, con dos ellas, “Emperor” y “Lighter Than Air”, rozando los quince y veinte minutos respectivamente. La música se enmarca dentro del rock sinfónico-progresivo, aunque hay detalles que van mucho más allá. En él encontrarás desarrollos instrumentales elegantísimos, con momentos de gran energía y otros que son más introspectivos. Por ejemplo, el tema más corto del trabajo, que es el que le da nombre, es una estupenda balada guiada únicamente por la guitarra acústica y la voz de Michael. Además, las voces, si bien no son portentosas, son muy agradables y encajan a la perfección con la música. Ojalá publique nuevos trabajos con la calidad de este.
Composiciones destacadas: “Emperor“, “Hushed” y “Magnified as Giants”.
Swallow the Sun – Moonflowers (Century Media)
Estilo del álbum: Doom Metal, Gothic Metal, Música orquestal, Death Doom Metal
Formación: Mikko Kotamäki (voces), Juha Raivio (guitarras, teclados), Juho Räihä (guitarras, coros), Matti Honkonen (bajo), Jaani Peuhu (coros) y Juuso Raatikainen (batería). Participan como músicos de sesión Antti Hyyrynen (coros en “Woven into Sorrow” y “The Fight of Your Life”), Cammie Gilbert (voces en “All Hallows’ Grieve”), Aino Rautakorpi (violín), Helena Dumell (viola) y Annika Furstenborg (violonchelo).
Swallow the Sun ha publicado Moonflowers, álbum de estudio número ocho de su discografía. La evolución de la banda finlandesa hasta el día de hoy es evidente, puesto que al característico death doom metal de los inicios, le han ido incorporando nuevos elementos para enriquecer su propuesta. En la actualidad, el grupo sigue moviéndose dentro del doom metal con elementos góticos, pero para la ocasión han añadido secciones orquestales, lo que le da un aire mucho más sofisticado, manteniendo, claro está, las atmósferas oscuras a las que nos tienen acostumbrados.
La parte más extrema ha pasado a un segundo plano, puesto que no desaparece del todo. Las guturales se entrelazan con las voces limpias, y aportan momentos distintivos que agitan las composiciones. Sombrío a la par que melódico, triste con momentos románticos, pero siempre con el objetivo de remover los sentimientos del oyente. Muy completo y con un puñado de temas muy interesantes. Es una maravilla escuchar “Woven Into Sorrow” o la inicial “Moonflowers Bloom in Misery”, en las que muestran su potencial y dejan entrever que no han tocado techo.
Composiciones destacadas: “Moonflowers Bloom in Misery“, “Woven Into Sorrow”, “Keep Your Heart Safe From Me” y “This House Has No Home”.
Molybaron – The Mutiny (Autoeditado, Inside Out Music)
Estilo del álbum: Metal alternativo, Heavy Metal, Metal progresivo
Formación: Gary Kelly (voces, guitarras), Steven Andre (Guitarras), Sébastien de Saint-Angel (bajo) y Camille Greneron (batería).
Molybaron fue una de las mayores sorpresas del pasado año. Esta banda liderada por el irlandés Gary Kelly, pero formada en París (Francia), publicaron The Mutiny con sus propios medios. No tenían sello discográfico que aportase para un nuevo material ni para una correcta difusión, sin embargo, todo cambió a las pocas semanas de que el álbum viese la luz. Las reseñas positivas no paraban de sucederse, hasta que Inside Out se puso en contacto con ellos para ficharlos. Esa nueva alianza hizo que el disco se reeditase en pocos meses con el apoyo del sello alemán, y comenzase a tener mayor presencia en los mercados.
La música de Molybaron es una fusión de metal alternativo, heavy metal y metal progresivo. Su música no encaja por sí sola en ninguna de las vertientes y sí en conjunto, por lo que pueden gustar a públicos dispares de rock y metal. Para empezar, tienen lo más importante, que es un álbum sólido y sin fisuras. Pero es que además han sabido explotar singles tan enérgicos como “Animals” y “Lucifer”. Si quieres escuchar a una banda fresca y con ganas de comerse el mundo, esta es una buena elección. Veremos si en próximos pasos siguen creciendo como hasta ahora.
Composiciones destacadas: “Animals”, “Lucifer“, “Something for the Pain” y “Twenty Four Hours”.
Eclipse – Wired (Frontiers Music)
Estilo del álbum: Hard Rock, AOR
Formación: Erik Mårtensson (voces, guitarras, teclados), Magnus Henriksson (guitarras), Victor Crusner (bajo, violonchelo) y Philip Crusner (batería).
Parece que fue ayer cuando los suecos comenzaron su andadura en el mundo de la música, pero lo cierto es que ya llevan, como mínimo, más de 20 años a sus espaldas. Es cierto que no encontraron la regularidad a la hora de publicar material hasta 2008, ya que hasta ese momento apenas habían entregado dos tímidos trabajos. Wired es el octavo disco de Eclipse, una banda que en los últimos tiempos ha agitado con fuerza la bandera del hard rock. De hecho, se puede decir que es de los nombres más en forma del estilo en los últimos tiempos.
Desde luego, su música no apuesta por nada nuevo, pero tampoco lo pretenden. El cerebro de los suecos es Erik Mårtensson, un músico involucrado en un montón de proyectos, aunque esta es su banda madre. ¿Su fuerte? Los riffs efectivos y las melodías pegadizas. Pocas bandas son capaces de componer temas tan apasionantes como ellos, y en este trabajo lo han vuelto a demostrar. De hecho, una composición tan curiosa como “Saturday Night (Hallelujah)”, va camino de convertirse en uno de los nuevos himnos de su carrera. Pero hay más, puesto que “Roses on Your Grave” y “Dying Breed” parece que también han llegado para quedarse en la memoria de sus seguidores.
Composiciones destacadas: “Roses on Your Grave”, “Dying Breed”, “Saturday Night (Hallelujah)” y “Twilight”.
Floating Points, Pharoah Sanders & The London Symphony Orchestra – Promises (Luaka Bop)
Estilo del álbum: Post-minimalismo, Third Stream, Minimalismo, Electrónica progresiva, Spiritual Jazz
Formación: Sam Shepherd “Floating Points” (piano, clavecín, celesta, piano, órgano Hammond, sintetizadores), Pharoah Sanders (saxofón tenor, voz), London Symphony Orchestra (instrumentos de cuerda) y Sally Herbert (conducción).
Promises fue uno de los álbumes más aplaudidos del pasado año. Su combinación de diferentes vertientes del jazz con la música clásica contemporánea ha sido todo un acierto. El cerebro de la obra, Sam Sheperd, se ha encargado de componer piezas monumentales y ha contado con la colaboración de Pharoah Sanders, toda una leyenda del jazz. Recordemos que el saxofonista tiene a día de hoy 81 años. Ahí es nada. Como colofón final, la London Symphony Orchestra se ha encargado de orquestar las piezas, por lo que aquí hay calidad en cada uno de los segundos que dura la obra.
Promises se estructura en un total de nueve movimientos, ya sea en dos cortes o en más, dependiendo del formato en el que uno adquiera el disco. La música es relajante, etérea, minimalista, con pasajes muy atmosféricos, aunque con momentos ciertamente hipnóticos. No hay demasiados sobresaltos, pero es que las piezas están tan bien construidas y ejecutadas, que lo único que se necesita son unos buenos auriculares y relajarse profundamente. Incluso los aportes de Sanders van en esa línea. En total, 46 minutos de paz y de buen hacer.
Composiciones destacadas: La obra es un todo.