Citas literarias para románticos y feministas
Hay grandes historias plasmadas en páginas, enmarcadas por citas literarias emblemáticas que me recuerdan a un romance sano.
Para todos los gustos hay un sinfín de libros a los cuales darle una oportunidad, variando entre una gran diversidad de géneros con atrapantes tramas, personajes maravillosos y sentimientos que conectan instantáneamente al lector con la historia, y sus citas literarias.
Lo mejor de leer es apartarse de la realidad y experimentar las mismas emociones que viven las personas atrapadas entre las páginas; desde tristeza, alegría y una de las favoritas de todas las sociedades, indiferentemente de los estereotipos o paradigmas que existan: el romance.
Este género literario es, sin alguna duda, uno de los más populares y llamativos para todos aquellos que deciden sumergirse en esta actividad, y dentro del mismo, hay diferentes combinaciones de las cuales se pueden disfrutar.
Desde su coqueteo con la tragedia, la comedia, el suspenso e incluso el terror, existen vertientes para todo tipo de gustos.
De ahí nacen esos arquetipos e idealizaciones que son alimentados por las personas día a día, no sólo en cuanto a otros individuos, el concepto de mujer perfecta u hombre perfecto; sino también cómo debe ser el amor romántico.
Y quizás de ese punto parten muchas desilusiones que suelen llevarse en el camino, ya que al poner en un pedestal esas creencias, pierdes de vista la realidad, y no todos tenemos el mismo lenguaje del amor.
¿Cuántas veces no escuchamos eso de “quiero vivir un romance como el de Lizzy Bennett y el Señor Darcy”? O algo más descabellado, “quiero una historia como la de Romeo y Julieta“, lo cual resulta bastante… ¿raro? Ya que ambos mueren, siendo una de las parejas más emblemáticas del romance trágico.
Pero bueno, a muchos lectores también les gusta sacar de contextos algunas citas literarias y por eso son impulsadas ideas erradas como las palabras de Vladimir Nabokov en su novela titulada “Lolita”, la cual ha sido abiertamente malinterpretada por la mayoría de los críticos y otros lectores.
Tras ese amplio preámbulo, podemos salvar citas literarias en obras de romance que le roban suspiros a cualquiera y que, desde una votación quizás parcial, son muy icónicas para los distintos círculos de lectores.
De Laura Esquivel, en Como Agua para Chocolate: «El calor de los ojos de los enamorados derrite la barrera que la carne impone y los deja pasar de lleno a la contemplación del alma».
Por otro lado, Voltaire escribió: «Hay que saber que no existe país sobre la tierra donde el amor no haya convertido a los amantes en poetas».
No podía faltar Gabriel García Márquez, quien es bastante conocido por su novela El amor en los Tiempos del Cólera: «El amor es el amor en cualquier tiempo y en cualquier parte, pero tanto más denso cuanto más cerca de la muerte».
De la misma forma, está León Tolstói, un escritor emblemático de la literatura universal que dio Ana Karenina «Amor. La razón por la que esa palabra me desagrada es porque significa mucho para mí. Mucho más de lo que podrías entender».
Y entre los libros de fantasía, está J.K. Rowling que escribió en Harry Potter y las reliquias de la muerte: «No sientas pena de los muertos, sino de los vivos, y sobre todo de aquellos que viven sin amor».
Por otro lado, Julio Cortázar, en su popular novela Rayuela, que se puede leer de diferentes maneras: “Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”.
Citas para las románticas feministas
Una vez escuché decir que las feministas no pueden ser amantes del romance o muy fanáticas de este tipo de historias, porque van totalmente “en contra” de los objetivos que persigue el movimiento, idea que es… bastante absurda.
Por eso, es importante traer a colación frases literarias que son tan cautivantes como maravillosas y deberían ser recordadas por todas las lectoras, ya que merecen un amor que las acepte en igualdad, impulsándolas a avanzar y las animen en cuanto a su realización personal.
«Era un ángel entonces. Verdaderamente, era imposible no desear proporcionarle todas las alegrías que fuera posible» —Cumbres Borrascosas, Emily Brönte.
«De pronto se deslizó por el pasillo, al pasar por mi lado sus sorprendentes pupilas de oro se detuvieron un instante en las mías. Debí morir un poco. No podía respirar y se me detuvo el pulso» —La Casa de los Espíritus, Isabel Allende.
«En vano he luchado. No quiero hacerlo más. Mis sentimientos no pueden contenerse. Permítame usted que le manifieste cuan ardientemente la admiro y la amo» —Orgullo y Prejuicio, Jane Austen.
«Como mujer no puedo ganar dinero para sostener a mi familia, así que no me diga que el matrimonio no es un acuerdo económico, porque sí lo es» —Mujercitas, Louisa May Alcott.