Las mil y una noches andinas: Hulagu Pandoro Khan vs El Califa Alí
Las mil y una noches, un espejo desde el Ecuador.
Scherezade, influenciada por la madre del Califa Harun Al Rashid, y en contra de su padre el gran Visir, desposó al sultán Shahriar, -quien había sido engañado por su primera esposa- por lo que en venganza de aquella traición, cada día tomaba una esposa y al día siguiente la decapitaba.
Entonces para salvarse de tan horrenda suerte, Scherezade contaba una historia diferente cada noche, de tal manera concatenada, que mantenía la atención del Sultán para empezar nuevamente la narración en la noche siguiente, así por un interminable tiempo de mil y una noches.
Los más sobresalientes cuentos para nosotros los occidentales han sido: Aladino y la Lámpara maravillosa, Simbad el Marino, La alfombra voladora, El ladrón de Bagdad, Alí Baba y tanto nos han gustado, que varias versiones en el cine, de cada una se han hecho.
En el Ecuador de hoy, se replican estos cuentos, pero no en el cine, sino en la vida real del día a día, pues tenemos nuestra propia versión de Scherezade, que con tal de salvar la vida de su mentor, de la decapitación política cada día nos va contando un cuento, cada uno más embaucador que otro.
Aladino por ejemplo, sería el nuevo ministro de finanzas y antiguo gobernador del Guayas que está esperando que se le aparezca el genio de la lámpara para ver si le concede los tres deseos: 1) rebajar impuestos, 2) invertir en beneficios sociales y 3) construir obra pública.
Simbad el Marino –el ministro del interior- siempre huyendo de maleficios, tormentas y naufragios, sin descuidarse de las feroces bestias míticas que lo persiguen cada día en sus travesías.
La alfombra voladora, bien representada por el jefe de la bancada de asambleístas de Pachacutik, un renegado de la tradición y los principios de la nacionalidad indígena, que como alfombra raída por la traición, se deja pisar por Hulagu Pandoro Khan.
Karim –el ladrón de Bagdad-, sería el ministro de Gobierno, que anda en busca de la rosa azul para ver si logra despertar el interés del pueblo indígena y ofrecerse en sacrificio para obtener la ansiada paz social que le sigue siendo esquiva.
Alí Califa heredero, hijo del Califa Hassim, traicionado por el gran Visir Cassim -que si los occidentales supiéramos bien la historia- sabríamos que era un líder revolucionario rebelado contra la opresión de los Mongoles que habían tomado Bagdad después de haber asesinado al Califa –su padre- y que cobraba impuestos a los ricos para alimentar al pueblo oprimido.
Este revolucionario, es el líder de la Revolución Ciudadana y los explotados somos todos los ecuatorianos hastiados del asalto y la opresión de Hulagu Pandoro Khan y sus mongoles de Carondelet que solo se preocupan de gobernar en su favor, cobrando tributos, desmantelando el Estado y propiciando la conmoción social, despreciando al pueblo y sus necesidades a través de la persecución y el lawfare.
Cada día un nuevo cuento, una nueva comisión, un nuevo diálogo, una nueva foto, un nuevo ministro, un nuevo “amarre”, y la realidad tras bastidores, invisibilizada al pueblo con la ayuda de Scherezade, esa prensa corrupta que llama prófugo a un estadista y celebra la justicia que declara inocentes a los Isaías responsables de uno de los más grandes atracos bancarios, o al monstruo de Quinsaloma, bestia mítica con la que hasta Simbad luchó, y que la justicia amarrada del Ecuador lo liberó de culpa; esa misma justicia que se resiste a investigar el horroroso atraco de Moreno con los INA PAPERS y el del Todopoderoso Hulagu Pandoro Khan en PANDORA PAPERS y mientras tanto mantienen al pueblo ocupado en estas fantasiosas leyendas, se están feriando el país en su propio y único beneficio.
Cúidate Hulago Pandoro Khan de tu gran Visir Aparicio Cassim y de Abu Alfredo Alquma, que más temprano que tarde se alzarán contra ti.