“Los Borbones son unos ladrones”. Es el título de un álbum de 2018, que estalla en el aire la expresión de la juventud española que acusa los obscenos privilegios de la monarquia española.
Sus cuestionamientos, pasan por escandalosas denuncias sobre la vida privada de la familia Borbon. Y éste movimiento, provocó en su momento una respuesta severa y contundente por parte del sistema de justicia español.
Una realidad política y social que oprime
Fue en el rap, donde la juventud española consiguió el medio para drenar la frustración por una realidad política y social que los oprime. Del mismo modo, esa ola creativa aglutinó diversas manifestaciones artísticas cuya propuesta política, es abiertamente antifranquista, pro republicana y defensora de la identidad de las naciones catalana y vasca, que exigen reconocimiento político, jurídico, y económico reuniendo una indudable vocación independentista.
Valtonyc, fue condenado en mayo de 2018 a tres años y medio de prisión por los delitos de enaltecimiento al terrorismo, injurias a la Corona y amenazas. Huyó a Bélgica, presuntamente con la ayuda de algunas figuras políticas de Catalunya.
Este rapero de Mallorca, fue condenado, al igual que Pablo Hasel. Por expresar a través de sus rimas, la rabia que hierve, con toda su agresividad, por las injusticias, las desigualdades y las persecuciones que sufren los sectores más vulnerables. En efecto, la juventud española reprocha las difíciles condiciones de vida para los más pobres. Que contrasta con los absurdos beneficios que percibe la Corona Española, y los políticos de la derecha y ultra derecha de ese país.
“El Sistema no va hacia delante ni hacia atrás”
La Familia Borbón ha dado muestras de su dudosa vocación por el servicio al país. No solo ha sido Juan Carlos, hay que recordar el escándalo que cubrió al Palacio de la Zarzuela cuando Iñaki Urdangarin, fue declarado culpable por malversación de fondos, fraude, prevaricato y trafico de influencias. A pesar de la onda expansiva de este caso, el orden económico y político de España apenas efectuó movimientos cosméticos retirando a los miembros vergonzosos de la Familia Real.
La prensa que mezcla cotilleo con interesados reportes superfluos, tampoco fue más allá de una simple reseña y trató con guante de seda las evidentes desviaciones de la familia Borbón.
Entre los años 2011 y 2018, la izquierda española tomó fuerza como movimiento social y sus manifestaciones, estuvieron y están acompañadas por la arenga urbana de raperos detectados como sujetos peligrosos para el orden público y en consecuencia, son tratados como instigadores al odio y criminales.
Mientras Borbón “se retira”, Valtonyc “se fuga”
Nuevamente el interesado manejo de la prensa que satanizó a Valtonyc a petición del orden político imperante, procura tratar con suavidad lo que significa uno de los actos más inmorales de la familia real. Al permitir que el Rey Emérito, Juan Carlos de Borbón, huya de su país eludiendo las acusaciones que enfrenta por fondos ubicados en Suiza, obtenidos de actividades como el cobro de Comisiones a empresas en obras ferroviarias.
Mientras tanto, la prensa española ha tratado a un rapero mallorquín como prófugo por terrorista y por violento. Cuestionando abiertamente el reconocimiento que los tribunales europeos de derechos humanos, han hecho de la libertad de expresión de José Miquel Arenas conocido como Valtonyc.
La amenazante fuerza de la palabra de Valtonyc
Más allá de toda la hipocresía de un sistema desgastado y antidemocrático, las estrofas de Valtonyc, en perfecto mallorquín, no solo se quedan en la ira y el hastío catártico. También, despliegan un alentador llamado a la solidaridad de los oprimidos. Y reflejan el compromiso que buena parte de la juventud española tienen con la causa republicana.
Valtonyc cultiva diciendo la verdad, la esperanza de que el mainstream y los medios de comunicación, desvíen su atención de la frivolidad real, y acompañen el ardor de la lucha por democracia real, y por una España con las mismas oportunidades para todos.
Desde Bélgica, donde se fue exiliado en el 2018, Valtonyc continúa haciendo su música y luchando por que se le reconozcan sus derechos fundamentales a decir lo que siente, y lo que piensa.