Los líderes de la coalición entre Podemos e Izquierda Unida (Unidas Podemos) sabían antes de entrar a formar parte del poder ejecutivo junto con el PSOE, que habría roces motivados por las posiciones antineoliberales de los primeros y las neoliberales de los segundos.
Unos más graves -en el gobierno de coalición la importancia se mide en gravedad- que otros. No ante todos hay que actuar de la misma manera, puesto que no es lo mismo tardar más en endurecer el confinamiento en un momento en el que el escenario permite flexibilidad, que relajarlo cuando el contexto no lo admite.
>>España confía en que la vuelta al trabajo no aumente la muerte por coronavirus<<
Permitir el trabajo de los sectores no esenciales cuando la población no consideraba tan grave el COVID-19 se puede justificar en los expertos, en la inexperiencia ante la pandemia, en la voluntad de alcanzar acuerdos con todos los agentes sociales.
Pero una vez que la población entiende que el confinamiento es necesario, y por fin empieza a cumplir con él ya que ha visto la muerte en sus círculos sociales, no se puede dar marcha atrás justo cuando las consecuencias positivas de quedarse en casa empiezan a vislumbrarse. Más aún cuando la oposición ha llevado adelante una política de desgaste en la que han incluido la propagación de bulos como su máxima apuesta.
>>La reactivación laboral pone en peligro los progresos frente al COVID-19<<
El gobierno sabe que cualquier noticia positiva se entiende por parte de muchos como una puerta abierta a la normalidad. De hecho al día siguiente de dar a conocer que los contagios y las muertes descendían, las fuerzas públicas de seguridad aseguraron que las detenciones por incumplir la cuarentena aumentaron.
El regreso a la actividad laboral de los sectores no esenciales profundiza en esa sensación de regreso a la normalidad de una parte importante de la sociedad,, que no termina de entender por qué no pudo ir al entierro de su abuela el viernes, aún con mascarilla, pero sí puede ir al trabajo en un abarrotado transporte público el lunes.
Ni la Organización Mundial de la Salud, ni la mayoría de los expertos que trabajan con el gobierno avalan esta decisión que responde al interés de los grandes empresarios, que ven caer los beneficios de sus negocios. Sin embargo, llevar a los trabajadores a sus puestos conlleva contagios, y éstos implican muertes. No solo la de ellos, sino la de sus familias.
>>Pablo Iglesias: medidas sociales frente al coronavirus<<
El vicepresidente Pablo Iglesias, según informaciones difundidas hoy, ha avisado al presidente Pedro Sánchez de que ninguno de los ministros de Unidas Podemos va a cargar con los cientos de muertos que se producirán por la decisión tomada.
La izquierda en el gobierno ha expresado que, como mínimo, el confinamiento de los trabajadores de sectores no esenciales debería durar lo mismo que el estado de emergencia.
Sin embargo el líder de UP no ha efectuado declaraciones públicas para desmarcarse de la acción tomada por el Gobierno del que él es Vicepresidente, lo que socialmente lo posiciona a favor de ese nuevo ataque a los trabajadores.
>>Análisis político del Plan Social del vicepresidente Pablo Iglesias<<
Es posible que Unidas Podemos esté aguantando para imponer la mayoría de sus exigencias en los nuevos Pactos de la Moncloa que el gobierno de Sánchez quiere llevar a cabo con todas las fuerzas políticas, sociales, culturales, sindicales y empresariales de España. Pablo Iglesias ya propuso que es necesario establecer como base constitucional el blindaje de lo público.