Ecuador se encuentra en plena campaña electoral. Un momento de tensión política atravesada por el convencimiento de la izquierda de que vencer es un acto de justicia, y vertebrada por los obstáculos antidemocráticos de una derecha que no quiere perder el poder.

Los primeros necesitan revertir la traición de su excandidato Lenín Moreno, que se apoyó en ellos para vencer y después aplicar el programa político de los que las urnas habían situado como su oposición.

Los segundos no están dispuestos a que, tras años de tics autoritarios que han rozado el fascismo, no puedan aprovechar un periodo presidencial más los privilegios restaurados a costa del empobrecimiento de la mayoría.

En este claroscuro, en el que lo nuevo no termina de nacer y a lo viejo le cuesta morir surgen monstruos sí, como el sempiterno Guillemo Lasso. Pero también quienes luchan contra ellos, como Marcela Holguín.

Perfil político

La dirigente progresista no ha dejado de luchar para mejorar las condiciones de los trabajadores y trabajadoras, además de ofrecer la igualdad de oportunidades a los sectores sociales que no disponen de las capacidades económicas necesarias para alcanzar una buena educación y trabajos dignos.

• Quién es: Marcela Holguín es una política que genera una necesaria ruptura en el relato neoliberal. Ha entrado en política más tarde que la mayoría, porque su perfil de activista en favor de los derechos de los y las más desprotegidas, siempre ha sido lo más importante para ella. Su paso a las instituciones es una consecuencia lógica de su trabajo, asestando un durísimo golpe al argumento neoliberal que intenta igualar a todos los que se dedican a los asuntos públicos (“todos son iguales“) para desmovilizar a los sectores progresistas. Su personalidad política es, por tanto, un agente movilizador que, unido a sus hechos coherentes con sus palabras, genera un desborde social por donde pasa, como prueba está su victoria aplastante -la primera de su distrito por amplísima diferencia- cuando se presentó por primera vez en 2017.
• Partido: Centro Democrático – Unión por la Esperanza (UNES)
• Formación Académica: Diplomada en Técnicas de producción de Televisión y Cine, (Humber
  College. Toronto, Canadá); Licenciada en comunicación social (Universidad Central del Ecuador), Maestría en Comunicación.
• Formación política: Desde los diecisiete años Marcela Holguín ha estado trabajando por los derechos de los y las trabajadoras, de las personas con discapacidad y en cuestiones relacionadas con personas desaparecidas.
• Profesión: Periodista.
• Cargos políticos: Anteriormente fungió como Vicepresidenta de la Comisión de los Derechos Colectivos, Comunitarios y la Interculturalidad. Hoy en día forma parte de la Comisión de los Derechos de los Trabajadores y la Seguridad Social, del Grupo Parlamentario de Mujeres, del Grupo de amistad con Alemania, del Grupo Parlamentario por los Derechos de los Trabajadores y del Grupo Parlamentario para los Derechos Humanos.
• Principales líneas políticas: Derechos laborales, (condiciones de los y las trabajadoras, seguridad social, lucha contra el desempleo -lidera un juicio político contra el Ministro del Trabajo por su actuación durante la pandemia que causó más de 1 millón de desempleados), y Derechos Humanos.

Citas reseñables

Los miles de despidos ilegales, las liquidaciones de miseria las miles de familias a las que hoy no les alcanza para vivir porque les bajaron el sueldo a la mitad, o peor aún, porque no tienen una fuente de empleo tienen un mismo origen, la incompetencia del “Ministerio del Desempleo”. Con el juicio político no habrá impunidad.

Estamos orgullosos de todos los trabajadores que alzaron su voz, de todas las mujeres que han puesto a sus familias y al país a sus hombros para sacarlos adelante, de todos los jóvenes a los que no les detiene nada. Se vienen momentos difíciles pero estamos listos para enfrentarlos, ¡venceremos!

Aquí estamos porque somos la angustia, las lágrimas, de miles de trabajadores y entendemos la desesperación de sus familias. Hoy exigimos justicia constitucional, para que se les pague lo que les corresponde por su trabajo, para amparar a grupos vulnerables de atención prioritaria para que recuperen su trabajo, para impedir que  los patronos irresponsables despidan a sus trabajadores más antiguos para evitar el pago de liquidación.