Ángel Gabilondo frente a la radicalidad y extremismo de la socialdemocracia
Las medidas keynesianas de Unidas Podemos, típicas de la socialdemocracia (izquierda moderada), son "radicales" y "extremistas" para Ángel Gabilondo.
Una de las consecuencias de que los medios de comunicación identificados en el imaginario colectivo como “de izquierdas“, usen su credibilidad para imponer en la realidad al PSOE como parte de ese campo, es que el tablero político se desplaza a la derecha. Con un movimiento sostenido.
El problema principal es que se identifique como izquierda o progresista a una organización neoliberal que responde ante los intereses de Felipe VI, del IBEX 35 y de la Iglesia.
Después de todo Pedro Sánchez defiende la supervivencia de la monarquía impuesta por el dictador Francisco Franco, respeta la jerarquía social generada por la dictadura con el robo de los bienes de los republicanos y el resto de los opositores; y sostiene la redacción favorable a la banca privada del artículo 135 de la Constitución junto a una jurisprudencia que sostiene las cuentas millonarias de la sección española del Vaticano.
Al ser el PSOE de izquierdas, en el relato que termina articulando la realidad, ser de izquierdas es apoyar esas acciones políticas que objetivamente son de derechas, materializando ese desplazamiento del tablero político.
El movimiento no solo ayuda a normalizar a la extrema derecha, que ahora se encuentra mucho más cerca del centro del tablero, sino que permite iniciar una campaña de desprestigio de la izquierda alternativa, que sin moverse de su posición, es catalogada como “radical” y “extremista“, haciendo asumible establecer un cordón sanitario sobre ella como si fuera un peligro para la democracia, consiguiendo además que quién la margina, pueda seguir siendo considerado como “izquierda“.
Ángel Gabilondo ha señalado a Pablo Iglesias, y al espacio político que él representa, Unidas Podemos, como “radical” y “extremista“, justificando de esa manera que pactaría con Cs (derecha), y Más Madrid (centro), pero no con la izquierda socialdemócrata, cuyas expresiones de extremismo han sido, por ahora, la salvación de millones de puestos de trabajo (ERTES) y el aumento del salario mínimo entre otras cuestiones como la reparación de la víctimas de la dictadura franquista.
El candidato del PSOE madrileño muestra que pese a que los medios de comunicación trabajen en realizar un make up que lo muestren -y también a su organización- como una político de izquierdas, su rechazo a los que aplican medidas keynesianas (socialdemocracia, izquierda moderada) lo sitúa en la derecha del espectro político, junto con Ciudadanos, organización con la que sí se siente cómodo el dirigente madrileño.