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Poder mediático: el silencio sobre la relación de Joe Biden con los talibanes

Los medios de comunicación han rodeado con silencio la vinculación de Joe Biden con los talibanes y su responsabilidad en Afganistán.

Después de que el pasado 15 de agosto los talibanes ingresaran a Kabul, la capital de Afganistán, y el movimiento insurgente proclamara su victoria dando por culminada la guerra interna tras hacerse del control de todo el territorio del país; la población afgana, sobre todo las mujeres, temen un retorno del antiguo mandato de los talibanes que caracterizó el periodo de 1996 a 2001 como “Reino del Terror” con imposición de una sharía estricta.

Este suceso marca una derrota estadounidense, el final de la guerra iniciada con la invasión de Estados Unidos (EEUU), como respuesta a los ataques de septiembre del 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono atribuidos al grupo terrorista Al-Qaeda desde suelo afgano.

Tras la orden de retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán, el presidente Joe Biden de una forma ligera evadió su responsabilidad al expresar que “los estadounidenses no deben morir en una guerra que los afganos no están dispuestos a luchar por sí mismos”, reconociendo que estaba convencido de que esto no ocurriría.

Pero el mandatario Biden no puede eludir su responsabilidad culpando al Ejército afgano de haberse rendido frente a los talibanes, sino que por el contrario debe reconocer que los errores cometidos por los gobiernos de turno de su país han llevado a una tragedia en Afganistán.

No tuvieron la capacidad de prever que los talibanes tomarían Kabul en apenas una semana desde el momento en que las tropas norteamericanas se retiraran, por lo que además se pierden los 20 años de la reconstrucción del país, con un gobierno legítimo que había aprobado una Constitución democrática.

La irresponsabilidad de Joe Biden y su administración hace que los afganos pierdan los derechos humanos que habían recuperado -particularmente las mujeres-. Ahora es posible que las niñas de más de 10 años no puedan estudiar en las escuelas, y las mujeres perderán su independencia ante los hombres: no podrán trabajar, ni salir solas a la calle y tendrán que llevar el burka o velo. En otro caso, se aplicaría la sharía radical donde por ejemplo las mujeres pueden ser lapidadas.

El conflicto actualmente en Afganistán es consecuencia directa de la creación de estos grupos terroristas creados por EEUU de los años 80 en plena Guerra Fría, para hacer retroceder a la Unión Soviética de un territorio estratégico con gas y petróleo.

El país hoy gobernado por Biden configuró estos grupos terroristas, los armaron, los formaron militarmente“, expresó la abogada Suzany González, defensora de Derechos Humanos y militante feminista.

Luego en el año 2001 volvieron a entrar en ese país provocando una guerra de más de dos décadas, “con la participación no sólo de EEUU sino además todos los países miembros de la OTAN con un saldo muy duro para Afganistán“, agregó González.

Luego de los tantos miles de millones de dólares gastados en esa guerra en más de 20 años, estas son algunas cifras respecto a cuántos han muerto en esa intervención: 2.448 miembros del servicio militar estadounidense, 3.846 mercenarios estadounidenses, 66.000 militares y policías afganos, sin contar las muertes civiles, según datos del artículo “5 claves para entender el conflicto en Afganistán”.

Joe Biden ha tenido una larga trayectoria política, ha estado en altos puestos de poder durante la mayor parte de su vida, vicepresidente de los EEUU de 2009 a 2017, durante la administración de Barack Obama. Además, fue senador por Delaware entre 1973-2009; y en estos momentos no existe ninguna declaración suya que hablase en contra de los talibanes.

El actual jefe de la Casa Blanca siempre se ha mostrado a favor de la cooperación con los grupos talibanes, siempre y cuando estuvieran en contra de la Unión Soviética, así como de gobiernos de izquierdas como el de Muammar Al Gaddafi en Libia o el Bashar al-Ásad en Siria, para conseguir el petróleo o los recursos naturales de esos países.

A continuación se observa cómo las ultimas noticias referidas a Joe Biden permiten constatar que ha habido ese silencio comunicacional sobre el apoyo a los talibanes, bajo la “lógica” de no afectar la “imagen progresista” que se está construyendo del actual mandatario estadounidense.

El medio Los Angeles Times refirió el 22 de agosto, “Joe Biden: Estados Unidos acelera evacuación de Kabul”. En el artículo se muestra la imagen de Biden como salvador durante la evacuación de estadounidenses y afganos en riesgo, entre otros, desde el aeropuerto de Kabul; “sigue siendo vulnerable a las amenazas del grupo Estado Islámico”, dijo Biden y con ello se aparta al mandatario estadounidense de toda responsabilidad.

La BBC el 23 de agosto refiere sobre el “Covid-19: por qué una base militar en Estados Unidos se volvió centro de las teorías de conspiración sobre el origen del coronavirus” para manifestar que EEUU esta siendo víctima de acusaciones de parte de propagandistas chinos, “promueven una conspiración que sugiere que el coronavirus se produjo y se filtró de la instalación militar en Frederick, Maryland, unos 80 kilómetros al norte de Washington DC”.

El diario El Universo resaltó como noticia, la reunión del pasado 25 de agosto donde Joe Biden se reunió con dirigentes de Google, Apple, Amazon, Microsoft, presidentes de grandes grupos empresariales, bancos y aseguradoras para hallar soluciones a ciberataques.

CNN muestra el 26 de agosto a un Joe Biden atento, bajo una fachada progresista, a la luz del fallo de la Corte Suprema respecto al bloqueo de la moratoria de desalojo de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) que afecta la prevención de los desalojos.