UP vence al PSOE en el relato: la agenda social como clave de la recuperación pos-COVID

Ha transcurrido una cantidad impresionante de tiempo desde la declaración de la pandemia del COVID-19 por la OMS, cambiando la realidad de todos los países. Por consiguiente, tras varios análisis, los gobiernos se vieron en la necesidad de ajustar la agenda actual y responder ante las nuevas circunstancias.

En España, más del 70% de la población ya ha recibido la pauta completa de vacunación, siendo el sector salud y las campañas de inmunización, premisas que encabezan la lista.

Cuando las autoridades anunciaron este objetivo, dentro de la lucha contra los efectos del coronavirus, las derechas y la ultraderecha, acompañadas por algunos medios de comunicación, pusieron en duda su cumplimiento. 

La realidad les ha desmentido, de hecho, las consecuencias de la quinta ola en cuanto a contagios son sensiblemente menores a las anteriores, por el grado de inmunidad alcanzado a nivel territorial y generacional.

No obstante, los medios de comunicación, grupos de presión, activistas y por supuesto, los partidos y coaliciones políticas han buscado la manera de imponer temas en la agenda. 

Allí es donde entra el detalle de sí realmente van dirigidos hacia satisfacer y dar soluciones a la ciudadanía, o para su propio beneficio, asegurándose una reelección.

Esta estrategia de incidir en la opinión pública no solo les puede otorgar ventajas electorales —de hecho, ese no es el principal objetivo—, sino que les permite establecer un escenario en el que son capaces de arrastrar al resto de fuerzas políticas hacia posiciones más conservadoras e, incluso, reaccionarias.

Entretanto, los espacios democráticos en general y la izquierda en particular siguen debatiendo sobre la necesidad de establecer un proyecto que pueda hacer frente a las demandas del presente. 

Ya no se trata de escuchar a los políticos, sino más bien, que ellos sean quienes comiencen a escuchar lo que el ciudadano tiene que decir al respecto.

Se posiciona la cooperación

España pertenece al mayor bloque comercial del mundo, además de ser considerado el proceso de integración más exitoso, según la teoría.

Por ello, la Unión Europea promueve la cooperación como una de las principales políticas públicas, instando al esfuerzo coordinado entre países y una apuesta estratégica por el multilateralismo. 

Esto, por supuesto, permite y aporta factores importantes para el crecimiento del Estado, tomando en consideración que los encamina hacia el desarrollo y avance.

Los motivos que llevan a una persona a dedicarse al mundo de la cooperación son diversos, pero lo cierto es que aparte de una faceta vocacional, requiere de una formación y experiencia específica sobre el terreno.

La esfera de trabajo abarca desde el desarrollo económico inclusivo y la gobernabilidad democrática, hasta la acción humanitaria o el trabajo en servicios básicos como la salud, la educación o el acceso al agua y saneamiento.

La agenda social

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha asegurado que en los próximos meses el Gobierno español se “juega su reelección” y ha reclamado una agenda social “ambiciosa“.

En esta, debe ser “crucial” también aplicar una reforma fiscal en unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) llamados a ser “imprescindibles” para la recuperación.

También ha trasladado que una de las prioridades es conseguir bajar el precio de la luz con medidas inmediatas y, en esta línea, ha proclamado que su espacio político tiene claro que solo será posible “tocando los privilegios“.

Y es que a su vez defendió la presencia de Unidas Podemos en el Gobierno, aunque en minoría, permite “desobedecer las presiones de quienes llevan mucho tiempo mandando en la sombra“.

Por otra parte, tiene una gran incidencia la “tensión constante” en el seno de la coalición con el PSOE.

Eso deja a los demás líderes, direccionando su discurso no solo a la recuperación del país, sino a una “reconstrucción” de España bajo los ejes de la justicia social, la sostenibilidad, el feminismo, el fortalecimiento democrático y la soberanía.

Un camino de avances que tienen que recorrer de la mano de sectores que históricamente han quedado “fuera del progreso“, frente a una minoría privilegiada que todavía hoy acumula muchísimo poder y unas “élites” que han convivido con el bipartidismo.

Por todo ello, Belarra ha afirmado que la Administración Pública actual está enfocada en responder con “éxito” a lo que está reclamando la ciudadanía.