Gabriel Boric suma más apoyos que Kast de cara a la segunda vuelta en Chile
El candidato de izquierdas Gabriel Boric logra unificar al campo progresista chileno en torno a su candidatura.
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Chile participaron siete candidatos. Cuatro de ellos, Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), Yasna Provoste (Nuevo Pacto Social), Marco Enríquez-Ominami (Partido Progresista) y Eduardo Artés (Unión Patriótica) pertenecen al campo de la izquierda, unos más cerca del centro y otros más radicales.
Los otros tres candidatos son conservadores. Al igual que en el campo progresista los hay más radicales como José Antonio Kast (Partido Republicano) que no esconde su admiración por el dictador Augusto Pinochet, y más moderados como el independiente Sebastián Sichel, que sí esconde su preferencia por el dictador. Además está el neoliberal Franco Parisi (Partido de la Gente).
De ellos dos han pasado a la segunda vuelta, ya que ninguno ha logrado obtener el 50% de los votos más uno, requisito para vencer en primera instancia. La diferencia entre ambos es exigua: Kast ha obtenido 1,9 millones de votos frente a los 1,8 de Boric. Las encuestas que se han publicado teniendo en cuenta el actual escenario, sostienen que ambas candidaturas inician la carrera con un 39% del apoyo. Empate técnico.
En este contexto, obtener el respaldo del resto de candidatos es fundamental para movilizar a los votantes y alcanzar sectores sociales alejados en la primera vuelta. El candidato de izquierdas lo tiene más fácil que el de la extrema derecha por dos razones. La primera es que se encuentra más cerca del centro político, por lo que conquistar a ese importante sector social está a su alcance. Kast tendría que variar su discurso en 180 grados para conseguirlo, y con el poco tiempo con el que se cuenta -el 19 de diciembre se celebra la segunda vuelta- se vería como oportunista e hipócrita.
En segundo lugar la unidad de la izquierda, históricamente, ha ilusionado a su base social, que se ha movilizado para premiarla en las urnas. Una cuestión que Boric ya ha logrado. Ha recibido el apoyo de la segunda y tercera candidaturas progresistas. El importante Partido Socialista ya lo ha apoyado.
La candidata del Nuevo Pacto Social, Yasna Provoste, junto a Carmen Frei, presidenta del Partido Demócrata Cristiano (PDC) han llamado a sus votantes a apoyar al progresista en la segunda vuelta, consiguiendo el apoyo del centro político y de la izquierda moderada.
También Marco Enríquez-Ominami ha emplazado a sus votantes a apoyar a Boric en la segunda vuelta. No solo para frenar el fascismo de Kast, sino para conseguir una unidad de izquierdas que mejore las condiciones materiales de vida de la mayoría social. Ambas candidaturas obtuvieron un 20% de los votos. Boric obtuvo el 25%.
Solo Eduardo Artés, de izquierda radical, no apoyará a Boric -tampoco a Kast- de cara a la segunda vuelta. Tras conseguir un 1,4% del apoyo en las urnas el candidato de Unión Patriótica no ha encontrado suficientes luces en la propuesta programática de Boric para sumarse a la unidad frente al fascismo.
En el programa político del líder de Apruebo Dignidad están recogidas propuestas netamente de izquierdas como una apuesta por lo público, el aumento de los derechos sociales y laborales, la apuesta por las PYMES y una reforma fiscal progresiva.
En el campo conservador, Kast solo ha obtenido el apoyo del independiente Sichel. El delfín de Sebastián Piñera no solo no participará en la alianza demócrata para parar el fascismo, sino que ha llamado a sus votantes -casi un millón- a radicalizarse y apoyar al nostálgico de la dictadura fascista.
Por último, el candidato digital Franco Parisi ha convocado a sus electores a una consulta virtual para saber a quién dar su apoyo. El anarcocapitalista no rechaza apoyar a Kast si sus bases así lo señalan. Una incongruencia usar un método democrático que permite apoyar a una opción que durante la campaña electoral ha salido de los cauces de ese sistema, al cargar contra las mujeres, los trabajadores y justificar los crímenes de Augusto Pinochet.