Final de la Libertadores de América: GuayaKill
Guayaquil verá cómo se celebra la final de la Copa Libertadores. Esperemos que la fiesta futbolera sea eso, una fiesta, y que los delincuentes no conviertan la ciudad en "GuayaKill".
Idioma
El nombre de Guayaquil se descompone así:
“Gua” significa “grande”, “ya” significa “casa”, y “quil” significa “nuestro”. Entonces diríamos que el antiguo Guayaquil, el de la fundación, sería Santiago de Nuestra Casa Grande
Leyenda
El cacique Guayas y su esposa Quil, ambos de la tribu de los Huncavilcas, eran marido y mujer, y ancestrales pobladores de estas tierras. Por eso, como un homenaje a ellos, sus nombres se juntaron y dieron paso a Guayaquil.
El poblado ancestral
Guayaquile era un cacique de la tribu de los chonos, asentado en un poblado llamado también Guayaquile, por el río cercano al asentamiento “urbano”. Fue origen de bravos guerreros que defendieron sus territorios frente a los despiadados colonos blancos.
La realidad
GuayaKill debe su nombre a los vocablos “gua” y “ya”, que como dijimos significan “Casa Grande”, y al vocablo inglés “Kill”, cuya traducción es matar, destruir, causar la muerte. GuayaKill sería la “Muerte en Casa Grande”.
Y así es como en este final de octubre de 2022, el sábado 29, en vísperas del día de las brujas o Halloween, se disputará en el estadio Monumental del Barcelona Sporting Club, la final única de la Copa Libertadores de América.
Se celebrará en un ambiente de fiesta horrorífica. En ella no saldrán los niños a las calles a pedir “dulce o truco”, sino que saldrán los delincuentes a pedir celulares, billeteras, autos y relojes a cambio de no matarte. La ciudad gobernada por la menopáusica teenager de teñida cabellera, solo ha contribuido a que la delincuencia incremente el número de sus posibles víctimas, al cerrar calles y avenidas, y quitar la libre circulación de vehículos particulares y de servicio público.
Se adelanta el aquelarre con brujas, lobos, Chone Killers y demás, armados no solo con “varitas mágicas” para hacer de las suyas y darse un festín con los extranjeros allegados a vivir la fiesta futbolera. Fiesta trocada, por ahora, en un festín hechizado por la bruja mayor de Guayakill y ese gran tigre que habita en su brazo derecho.
Los deseos
Que la copa la gane el mejor de los equipos, si acaso nadie se la roba antes. Que la delincuencia logre ser hipnotizada por la fiesta futbolera y desista del aquelarre al que se los ha convocado, y que el mundo pueda apreciar la bondad y belleza de la auténtica ciudad de Santiago y la hospitalidad de sus habitantes. Que la dura realidad de los GuayaKillers descanse al menos durante estos cuatro o cinco días.
Me olvidaba de un deseo importante: nunca más un socialcristiano en la Alcaldía de Guayaquil.