Crece la ilusión por la posible candidatura de Yolanda Díaz
Aunque muchos quieren que Diaz anuncie su candidatura, la ministra de trabajo ha sido clara en que su objetivo actual es la subida del Salario Mínimo Interprofesional.
Muchos se preguntan que está esperando Yolanda Díaz para anunciar que será la candidata de la plataforma alternativa de la izquierda.
Una mujer que pasó de obtener apenas 1.800 votos la primera vez que concurrió como candidata a unas elecciones, en 1999 en Ferrol.
Y ahora es de las funcionarias más influyentes del escenario, desde su posición de Ministra de Trabajo, Vicepresidenta segunda del Gobierno y la única capaz de alterar la agenda del Presidente Pedro Sánchez.
Díaz, es la afiliada más insigne del Partido Comunista, una dirigente que quizás no destaca por su enorme talla intelectual, pero sí por poseer un don natural para interpretar los estados sociales de ánimo y obras.
Evidentemente, no tiene ninguna prisa por anunciar cómo va a ser su posible candidatura política y con quién cuenta para presentarse a las próximas elecciones generales.
Ahora, sus prioridades son otras, además de su proyecto de escucha, tiene que desempeñar debidamente el cargo que le fue conferido.
Tiene un gran sentido de responsabilidad de Estado, por ende, es vista y da la talla de una profunda demócrata que busca terminar con la cuestión de la reforma laboral, por su cargo como Ministra de Trabajo y el tema del salario.
En primer lugar, está el principal encargo que asumió cuando tomó las riendas del Ministerio de mayor peso de Unidas Podemos.
La negociación en la Mesa de modernización del mercado de trabajo continúa abierta y el Ministerio quiere sumar a la patronal al acuerdo.
Por el momento, dicha facción está cediendo y los empresarios están dando su brazo a torcer, cosa que tanto se esperaba.
De ahí que, la derogación de la reforma laboral del PP llegará antes de acabar el año, aunque la negociación está avanzando con dificultad debido a la complejidad de los temas que se están abordando.
Así lo manifestó Díaz cuando aseguró que no renuncia en ningún caso a su compromiso de aprobar la reforma antes de que acabe el año, un compromiso adquirido con la Unión Europea.
En ese mismo orden, insistió en que “cumpliremos con los tiempos“, y ha recordado que el último Consejo de Ministros del 2021 está previsto para el 28 de diciembre, fecha límite para llevar la reforma.
Mientras que, en segundo lugar, otra prioridad para Díaz, antes de pensar en su futura plataforma política como candidata a La Moncloa, es la subida del Salario Mínimo Interprofesional.
Este es un debate abierto ahora mismo en el Gobierno. En un lado, se quiere que el alza se apruebe para que sea efectiva a partir de enero, en apenas un mes, pero el área socialista del Gobierno, con Nadia Calviño a la cabeza, está enfriando esa probabilidad.
Su estrategia política es la esperanza
Si fuera necesario definir con una sola palabra la estrategia que está ejecutando Yolanda Díaz en su actividad es la “ilusión“, solo que vista desde el lado positivo.
Es necesario conquistar a la ciudadanía, comenzar a generar una expectativa en el electorado y cobijarlos con la esperanza de la tan ansiada unidad.
Aún falta mucho para las elecciones que definirían el personaje que presidirá La Moncloa a partir del nuevo periodo, pero sembrar estos elementos es esencial.
Porque está obteniendo un excelente recibimiento, subiendo como la espuma, así que de revelar su posible postulación se enfriaría para el momento de las urnas.
Sin embargo, todavía debe definir y concretar quienes la van a acompañar y sus aliados, porque son el soporte de su plataforma a la izquierda del PSOE.
En la actualidad, se deben establecer consensos y fortalecer vínculos con otros políticos que decidan respaldarla.
Por tanto, la plataforma de Díaz avanza en la mente de los electores: el 42% quiere que se presente a través de un movimiento transversal en lugar de Unidas Podemos, que obtendría solo el apoyo de un 19%.
Pero, lo llamativo es que el 55% del electorado socialista apoya la idea, también el 51% de los morados, el 34% en el caso de los votantes de Cs, el 30% en el PP y un 26% de VOX.
Así que la clave es llegar a la convocatoria electoral con la misma potencia, si es posible más fuertes y unidos, de modo que arrebaten la victoria.