Los peligros del fascismo disfrazado de obrerismo
La extrema derecha se disfraza de obrerismo para obtener votos, únicamente para ganar las elecciones y mostrar su verdadera cara en la gestión. Por ello, hay que quitarle la máscara y saber que planea VOX.
La extrema derecha europea tiene una cita este fin de semana en España, en la que el líder de VOX, Santiago Abascal presidirá una “Cumbre Internacional de los patriotas europeos” los días 28 y 29 de enero en la capital para reflexionar sobre el futuro del continente bajo la premisa de “Defender Europa”.
Para su campaña con miras hacia las elecciones del 13-F, Abascal decidió extender la invitación hacia líderes como los primeros ministros de Hungría, Viktor Orban, y Polonia, Mateusz Morawiecki, y la candidata presidencial francesa Marine Le Pen, para forjar una visión de unidad de los nacionalistas y ultraconservadores ubicados en el recuadro de la extrema derecha.
Aunque sostienen que su objetivo es “continuar defendiendo a Europa de las amenazas exteriores e interiores, impulsando una alternativa que haga frente a la deriva globalista que amenaza a la Unión atacando la soberanía de las naciones“, la realidad es otra, puesto que buscan constatar una imagen de seguridad y captar el electorado que está disperso del Partido Popular.
Se sabe que, desde su nacimiento, está arraigado al Régimen del 78 y la herencia franquista, el cual sobrevivió a pesar de las fuertes críticas de algunos medios de comunicación, encontrando su propio espacio y alcanzando rivalizar con el resto del bloque de la derecha.
El fascismo es enemigo de las democracias
Sin importar que reivindica el panorama político que predominaba en la época de la dictadura nacional-católica con sesgos neoliberales, los que pretende recuperar si toman el poder por la vía electoral. Por tanto, resulta preocupante cómo participan en la prensa nacional sin haber escalado a ministerios ni otros cargos públicos, lo que indica que es momento de ponerles un alto.
Además de su tendencia antidemocrática que se disfraza de patriotismo, VOX puede ubicarse en los cimientos del fascismo, porque está siguiendo los pasos de estos políticos recién mencionados, quienes presumen ser obreristas, únicamente para captar los votos y conseguir el apoyo de la clase trabajadora, de la misma que se muestran a favor.
Su estrategia es camuflarse como defensor de dicho sector, aprovechándose de que la izquierda en España se ha ido moderando al perder referentes. Por tanto, se inclinan hacia la socialdemocracia de Salvador Allende con una marcha mucho más lenta, pero igualmente marxista o socialista.
El otro lado de la balanza está designado para aquellos partidos que apuestan por un modelo más mixto, que apuesta por el capitalismo, un poco sutil pero que al final lleva a la explotación del hombre, la permanencia del patriarcado, revoluciones sangrientas y golpes de Estados debido a que los recursos están siendo mal administrados, es decir, que no apuestan por el desarrollo sostenible e integral de la sociedad.
Apoyan las medidas neoliberales del PP y el PSOE
La única política que realmente ha hecho frente a comenzar la negociación de una nueva del salario mínimo interprofesional (SMI) ha sido la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, quien convocó el próximo siete de febrero a sindicatos y patronal.
Todo esto, en vista de que los partidos parecen estar muy cómodos con las medidas heredadas de gobiernos anteriores, como es el caso del Partido Popular, el PSOE, y VOX, que se ha mostrado “conforme” con algunas de ellas o simplemente las describe como muy escasas, haciendo el llamado a “apretar la correa“.
Si de verdad quisieran defender a la clase trabajadora no se negaran a la iniciativa de Díaz, que es escuchar a los agentes sociales y mejorar la vida de la gente más humilde. Asimismo, la ministra manifestó que “en tiempos de crisis hay que ser justos y dar más a quien menos tiene“.
Mientras que, Santiago Abascal y su formación, solo están enfocados en cargar contra el Gobierno de coalición, específicamente en Unidas Podemos y la gestión de Díaz, además, de arremeter contra migrantes y contra La Ley de Violencia de Género y el feminismo, siendo el único partido que niega la violencia de género.
Por otro lado, está su perspectiva sobre la Reforma Laboral, que según lo expresado por su portavoz, el eurodiputado Jorge Buxadé, consideran 173 es una “auténtica burla“. De esta manera, sostienen que sus medidas como rebajar las cotizaciones sociales que tienen que sufragar empresas y trabajadores y que financian el sistema público de pensiones, y endurecer las medidas contra la inmigración son suficientes para hacerle frente a la crisis.
Su llegada al poder, una distopía
El hecho de que VOX pueda llegar al Gobierno debería preocupar a los defensores de los regímenes democráticos, no solo porque se oculta detrás de una imagen que evidentemente es falsa, sino porque en caso de suceder, actuarían y tendrían una gestión similar a la de Orban.
Así como también implementarían medidas y normativas que serían perjudiciales para los derechos y libertades de los ciudadanos, al igual que buscarían erradicar el sector independentista catalán e instaurar un sistema similar al de Franco, que también es xenófobo y un atraso para las conquistas feministas.