Mujeres en la academia: ¿cómo escalan?
Si bien las mujeres pueden acceder a la academia y tener estudios universitarios, todavía sigue siendo difícil su ascenso en esa área.
Se ha discutido en diversos foros, charlas, congresos, convenciones y otro tipo de espacios la siguiente pregunta: ¿Es posible alcanzar una sociedad igualitaria, inclusiva, diversa, sin distinción de género?
Y aunque siempre se encuentran diferentes posturas, líneas discursivas e ideas que se barajean en la mesa, todo queda ahí estancado, porque verdaderamente no hay un accionar sobre ello.
De ahí que, es fundamental analizar los roles preestablecidos desde la representación, las limitantes que restringen el crecimiento laboral de las mujeres y los desafíos que aparecen debido a las prácticas, conductas y expresiones machistas.
Específicamente en esta oportunidad, el eje que nos concierne es sobre la situación académica y representativa de las mujeres, que si bien se han logrado cambios significativos, todavía queda mucho por hacer.
En la actualidad, las academias deben tener e impulsar la misión de que entre hombres y mujeres, no tienen por qué existir diferencias más allá de las cuestiones biológicas, pues, todos deberíamos ser iguales ante la ley.
A su vez, ha quedado claro que la brecha salarial existe, al igual que la mínima representación en cargos directivos y la nula presencia en espacios de decisión, dan cuenta de una competencia dispareja, marcada por diferentes condiciones de participación.
Y necesitamos de sociedades más justas, más equitativas, dónde haya una intervención en la toma de decisiones que beneficien a la sociedad, sin minimizar a ninguno de los dos géneros.
Por tal motivo, se busca la formulación e implementación de políticas públicas que estén destinadas a luchar contra la desigualdad que prevalece en diferentes países.
¿Qué ha hecho el movimiento feminista?
Como este cambia según la sociedad, los factores culturales y también los objetivos que se trazan, gracias a muchos de ellos el debate sobre la presencia femenina en la academia tomó fuerza.
Así que se reconoce la importante labor de las líderes académicas en las diversas áreas del conocimiento, porque no solo implica una representación, sino también inspiran a las niñas y jóvenes a que se decanten por carreras que antes no hubiesen considerado.
Además, ha llevado a qué más mujeres se interesen por la academia, partiendo de la base que es necesario promover el ingreso de mujeres a carreras a las cuales postulan principalmente hombres, como por ejemplo la del área de Ingeniería y otras en la parte de ciencias exactas.
Pero no solo el ingreso, sino también su permanencia y conclusión de la carrera, para que puedan entrar al campo profesional y conseguir oportunidades en el ámbito laboral por sus méritos dentro de la universidad.
En general, para facilitar la inclusión y retención de mujeres en la academia, y en otras áreas, es importante seguir avanzando en políticas y proyectos que contribuyan a eliminar la discriminación de género e incrementar el apoyo institucional.
Sin embargo, existe aún mucho por avanzar en la construcción de políticas que garanticen un trato y reconocimiento igualitario para las mujeres, cosa que va avanzando progresivamente dependiendo del país donde nos situamos.
Porque a pesar de que se han obtenido considerables logros en derechos políticos y civiles en la mayoría de los países, principalmente España y Latinoamérica, que es donde tenemos las tachuelas, el progreso en los derechos económicos, sociales y culturales ha quedado un poco rezagado.
Ocupar las agendas de discusión
El tema de la mujer en diferentes ámbitos y en la esfera pública debe ser incluido en la academia, ya que es necesario visibilizar la brecha de género que todavía está vigente y que afecta a todas en menor o mayor medida.
Porque no solo impacta a las mujeres en la academia como campo laboral, sino también las decisiones que se toman frente a la educación y a la investigación en el país.
Es así como la presencia femenina en la educación superior y en la investigación ayuda a traer una perspectiva única, ofrece un panorama más amplio (porque hombre y mujer trabajan de la misma forma).
Permitiendo así la construcción de equipos de trabajo más diversos, los cuales a su vez, tienen mayores probabilidades de generar ideas y perspectivas novedosas.
En diferentes lugares se han propuesto una serie de estrategias, pero algunos coinciden en muchas y una de ellas es en cuanto a las políticas y prácticas laborales.
Porque es necesario garantizar el acceso a más mujeres a este campo laboral en todo el espectro de la escala profesoral y a posiciones de poder, al igual que garantizar su permanencia a través de procesos de mentoría y políticas que garanticen la calidad del empleo.
Por otro lado, en las prácticas de investigación, pueden realizarse esfuerzos orientados a incrementar la presencia de la producción académica femenina tanto en los programas de clase como en otros artículos académicos, motivando tanto a hombres como mujeres a pensar de manera más intencional en a quiénes están citando en sus trabajos.