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Las puertas giratorias en España

Desde que se instauró la democracia en España, una de las prácticas más habituales a la que nos hemos acostumbrado sus habitantes es el de la política de puertas giratorias. ¿En qué consiste este fenómeno? Principalmente, en que un alto cargo público sea contratado por una gran empresa privada en el momento en que deja de ejercer su posición. El concepto proviene del inglés revolving door, que se refiere al movimiento de figuras destacadas entre los sectores público y privado en ambos sentidos.

Desgraciadamente, esta práctica se ha convertido en algo tan común que, en muchos casos, no constituye ni una noticia secundaria en los principales medios del país. Y, aunque parecería lógico, este fenómeno no se circunscribe solo a los actores de derechas; entre los políticos que han pasado del gobierno o la oposición a una gran empresa también encontramos miembros del PSOE o Izquierda Unida.

¿Es ético que un político pase del sector público al privado, o viceversa? Objetivamente, no es relevante. Cada individuo tiene el derecho de seguir su vida profesional como mejor le plazca y, evidentemente, una persona puede pasar de dirigir un ministerio a gestionar una gran empresa.

Entonces, ¿cuál es el problema? La principal crítica es que, en muchos casos, estas personas se fraguan su futuro en el sector privado cuando todavía son representantes públicos, ayudando a las grandes multinacionales en cualquier problema que surja, con la esperanza y la seguridad de que, cuando ya no puedan seguir con su carrera política, estas empresas les devolverán el favor con contratos multimillonarios.

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Como se ha comentado, en el panorama político español encontramos varios casos. Por supuesto, los ejemplos más destacados son aquellos de los de expresidentes del gobierno central. El socialista Felipe González, que ejerció el cargo de presidente entre 1982 y 1996, acabó siendo consejero de la empresa Gas Natural entre 2010 y 2015; el popular José María Aznar, su sucesor en el cargo, ejerció la presidencia del país entre 1996 y 2004. Más tarde destacaría su función como consejero de la compañía Endesa, entre 2011 y 2014.

De los ministros que han ejercido su cargo durante los gobiernos del Partido Popular, el exministro Ángel Acebes asumió, con posterioridad, el cargo de vocal del consejo de administración de Bankia. En esta entidad financiera también acabó Rodrigo Rato, en su momento ministro de economía, que llegó a presidir la institución –actualmente, de hecho, está cumpliendo condena en prisión por delitos realizados durante su presidencia en dicha entidad–.

El catalán Josep Piqué, exministro de industria, fue nombrado presidente de la compañía aérea Vueling. Más recientemente, se ha conocido el caso de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del gobierno de Mariano Rajoy (2011-2018), que en marzo de este año se incorporó al bufete de abogados Cuatrecasas como socia y miembro del consejo de administración.

En el caso del Partido Socialista Obrero Español, uno de los casos más destacados es el de Javier Solana, ministro en varias carteras durante los gobiernos de Felipe González, que fue nombrado secretario general de la OTAN, dirigiendo a la alianza occidental durante la guerra de Kosovo. En 2010 fue nombrado vocal del Real Patronato del Museo del Prado y, ese mismo año, miembro del Patronato de la Fundación ‘La Caixa’ de la entidad bancaria catalana. Pero no es el único caso en el partido.

Elena Salgado, vicepresidenta y ministra del gobierno bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, ejerció como consejera de una de las filiales de Endesa entre 2011 y 2014. Otro de los vicepresidentes de Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que perdió las elecciones a la presidencia ante Mariano Rajoy en 2011, entró en 2016 en el consejo editorial del periódico El País. Otro de los casos más sonados fue el del ministro Narcís Serra, que entre 2005 y 2010 ejerció el cargo de presidente de Caixa Catalunya – ejercicio por el cual está imputado por haber creado un agujero millonario en la entidad financiera en distintas operaciones inmobiliarias –, además de ostentar el cargo de vicepresidente de la empresa Telefónica Chile.

En un artículo publicado en el periódico Público el 17 de marzo de 2017, firmado por Vicente Clavero, se aseguraba que un mínimo de 58 antiguos altos cargos del gobierno trabajaban, en ese momento, en empresas del IBEX 35 – las 35 empresas españolas más importantes que cotizan en bolsa en España –. Estas personas, en conjunto, tenían unos honorarios de más de 18 millones de euros anuales. Como mencionaba este artículo, el sector que más se nutre de antiguos políticos es el sector energético  – ahora entendemos las trabas que ponen los distintos gobiernos al desarrollo de las energías renovables –.

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Esta práctica no es patrimonio único de los principales partidos, evidentemente. Los casos mencionados en este artículo no son sino la punta del iceberg, pero no podemos mencionarlos a todos; nos hemos centrado en algunos de los casos más notorios, por ser políticos que ejercieron los más altos cargos en España. Podríamos hablar también de Josu Jon Imaz, presidente del PNV entre 2004 y 2008 y que es ahora un alto ejecutivo en Repsol, o Josep Antoni Duran i Lleida, líder de Unió Democràtica de Catalunya durante más de 40 años, que recientemente ha fichado por la CEOE.

Finalmente, cabe destacar otro problema surgido a raíz del fenómeno de las puertas giratorias. Por su ascendente sobre la masa social, partiendo del hecho que son personas que han representado los más altos cargos del país, cuando estos conceden entrevistas o realizan declaraciones públicas, los grandes medios de comunicación les dan una cobertura solo reservada a las personas más influyentes.

Teniendo en cuenta que estos antiguos líderes políticos viven del sueldo de las grandes empresas del IBEX, es evidente que su opinión está, al menos, subyugada a la necesidad de seguir cobrando estas cifras. Por este motivo, sus opiniones también acostumbran a estar ligadas a la línea argumental marcada por las grandes empresas, siguiendo las pautas que marcan sus empleadores. Por este motivo los discursos de personas tan, a priori, distintas, como Felipe González, José María Aznar o Gaspar Llamazares, cada vez son más parecidas. Y, casualmente, todos estos discursos apuntan al voto útil a Ciudadanos, el partido hinchado por el IBEX.