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Elecciones 4M: la desinformación garantizó la victoria de Ayuso

Los medios de comunicación, en su mayoría en manos del campo político conservador, apoyaron una campaña mediática de bulos, manipulación y desinformación en favor de Ayuso.

Juan Ruiz, vecino de Vallecas, no milita en ningún sindicato ni partido político. Se levanta todas las mañanas temprano para ir al curro. Está contento porque su empresa ha seguido la producción a pesar de la pandemia.

Ha visto en las teles del Régimen del 78 (no hay otras), que la candidata Ayuso, la presidenta Ayuso, ha sabido compatibilizar la economía con la vida, ha sido la única presidenta de comunidad autónoma que se ha enfrentado a las medidas equivocadas del Gobierno central.

Incluso tuvo que romper con menos de veinticuatro horas de diferencia los acuerdos públicamente proclamados con el presidente Sánchez y con los presidentes de las comunidades colindantes para proteger a la economía madrileña. Se había batido el cobre para que los currantes madrileños no perdieran el trabajo.

Manuel Martínez, vecino de Orcasitas, milita en un sindicato de clase. Se levantaba todas las mañanas temprano para ir al curro. Está en ERTE porque, aunque su empresa ha seguido la producción a pesar de la pandemia, él era uno de los que sobraban. Lo que cobra no le llega para cubrir gastos.

También, como Juan, ha visto en las teles del Régimen del 78 (no hay otras), que la candidata Ayuso, la presidenta Ayuso, ha sabido compatibilizar la economía con la vida, ha sido la única presidenta de comunidad autónoma que se ha enfrentado a las medidas equivocadas del Gobierno central.

Incluso tuvo que romper con menos de veinticuatro horas de diferencia los acuerdos públicamente proclamados con el presidente Sánchez y con los presidentes de las comunidades colindantes para proteger a la economía madrileña. Se había batido el cobre para que los currantes madrileños no perdieran el trabajo.

María Gómez, vecina de Carabanchel, paga su cuota en un sindicato de clase y en un partido político de izquierdas. Se levantaba todas las mañanas temprano para ir al curro. Está con medio depresión porque desde principios de la pandemia, allá por abril de 2020, está en el paro.

Como trabajaba en negro, no cobra ninguna prestación, y el ingreso mínimo vital no cubre los gastos. También, como Juan, Manuel y la inmensa mayoría de los asalariados madrileños, ha visto en las teles del Régimen del 78 (no hay otras), que la candidata Ayuso, la presidenta Ayuso, ha sabido compatibilizar la economía con la vida, ha sido la única presidenta de comunidad autónoma que se ha enfrentado a las medidas equivocadas del Gobierno central.

Incluso tuvo que romper con menos de veinticuatro horas de diferencia los acuerdos públicamente proclamados con el presidente Sánchez y con los presidentes de las comunidades colindantes para proteger a la economía madrileña. Se había batido el cobre para que los currantes madrileños no perdieran el trabajo.

Jesús Ruiz, Manuel Martínez y María Gómez habían votado siempre a partidos de izquierdas; no es que la cosa laboral haya estado nunca muy boyante en España, pero siempre ha habido trabajo, en mejor o peor condiciones, mejor o peor pagado, con o sin cotización a la Seguridad Social, pero trabajo, cuando gobernaban Aznar o Rajoy, y no digamos con Aguirre de presidenta en la comunidad autónoma.

Al menos permitía llevar el pan a casa y tomar una caña de vez en cuando. Pero ahora la cosa está muy mal. Los tres han visto en las teles del Régimen del 78 (no hay otras), que el presidente Sánchez, el valedor de Gabilondo, solo ha hecho que parchear, no ha tomado ninguna medida para fomentar el empleo.

Los tres han visto en las teles del Régimen del 78 (no hay otras), que el candidato y exvicepresidente Iglesias ha sido el responsable de las muertes de los ancianos en las residencias en las primeras semanas de la pandemia.

Jesús Ruiz, Manuel Martínez y María Gómez han cogido de su buzón de correos los sobres de los seis partidos con posibilidades de representación en el parlamento madrileño. Antes de la pandemia lo tenían muy claro, querían la retirada de la ley mordaza, de la reforma laboral del PSOE anterior a Sánchez y del PP de Rajoy, de más inversión en Sanidad, Educación y Dependencia.

Los tres vieron en la tele entusiasmados el pacto PSOE-UP el 30 de diciembre de 2019. Pero estamos a mediados de 2021 y ninguna medida se ha tomado. Ni hay visos de que se tomen, ya Ábalos dejó muy claro que la vivienda es un bien del mercado.

Jesús Ruiz, Manuel Martínez y María Gómez lo que quieren a estas alturas de la crisis es un curro, y la única que habla con propiedad de este asunto es Ayuso. Y si Ayuso defiende al empresariado es para que su beneficio consiga trabajo para todos.

El día 4 de mayo Jesús, Manuel y María meten en el sobre la papeleta de partidos de izquierdas, su conciencia de clase les previene de la propaganda neoliberal. Tienen marcado a fuego entre sus convicciones políticas que la derecha jamás se preocupará por el bienestar de ningún obrero.

Lástima que no todos los trabajadores del cinturón rojo madrileño hayan sido capaces de abstraerse a los bulos de los medios de desinformación, y sobre todo, a su falta de libertad para votar: si la situación laboral no le permite satisfacer las necesidades básicas vitales, ¿quién no sucumbiría a los cantos de sirena del capitalismo?