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Honduras y Colombia: dictaduras silenciadas en América Latina (I): Comando Sur

EEUU busca a través del Comando Sur perpetuar su política exterior de "patio trasero" que tiene con América Latina.

Para comprender los procesos democráticos y regímenes dictatoriales en América Latina, es fundamental analizar cómo ha sido la participación de los gobiernos de Estados Unidos (EEUU) en la región.

Más precisamente hablar de las acciones del Comando Sur de los EEUU, como una organización terrorista sustentada filosóficamente en la Doctrina Monroe.

Esta doctrina, enunciada por el presidente de los EEUU, James Monroe, en 1823, fija el carácter que va a regir a partir de entonces la política exterior de este país en relación con el continente americano, y se resume en el lema “América para los americanos”.

Según esta doctrina, los EEUU tienen como Destino Manifiesto por la providencia, fungir de “hermano mayor o protector de la democracia y la libertad en el continente americano”. Este tino religioso, no es más que el sustento ideológico necesario para justificar ante la población estadounidense y latinoamericana, el cumplimiento de esta doctrina.

Cartel propagandístico estadounidense de la Doctrina Monroe. Foto: www.anthropologies.es
La razón de ser del Comando Sur

El Comando Sur nace en 1963, y forma parte del Departamento de Defensa de los EEUU. Tiene entre sus principales tareas la planificación y ejecución de operaciones militares en América Latina, bajo el pretexto de la lucha contra el comunismo en los años 60 y actualmente contra el narcotráfico, la corrupción, el terrorismo y la delincuencia organizada para intervenir en estos países.

Su batalla real es por la supervivencia del capitalismo y para ello la necesidad de dominar los recursos naturales de América Latina, la región más rica del planeta en biodiversidad, oro, petróleo, coltán, entre otros, además de la reserva de agua más grande del planeta.

Su acción se establece principalmente en cuatro ámbitos:

  • Cooperación en materia de seguridad regional.
  • Asistencia militar para mejorar la capacidad de combate en la región.
  • Lucha contra el narcotráfico.
  • Flexibilidad organizativa y operativa del Comando Sur.
Comando Sur y su acción terrorista en América Latina

Desolación, muerte y terror es lo que acompaña cada acción del Comando Sur. Así lo saben los pueblos de Haití, Panamá, Guatemala, Honduras, Argentina, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Perú, Ecuador, Chile, El Salvador, Brasil y Bolivia.

Un vehículo blindado estadounidense M113 frente a la sede de las Fuerzas de Defensa de Panamá. Foto: Dominio Público

Las más de 48 intervenciones militares, la acción del Plan Cóndor con sus dictaduras de los años setenta, el Plan Colombia, las persecuciones por pensar distinto; son muestra de su accionar.

Caso Honduras

EEUU apoya a sectores opositores hondureños para iniciar una crisis política en los poderes hondureños. Cabe recordar que el 28 de junio de 2009, Roberto Micheletti, político y empresario miembro del Partido Liberal de Honduras, participó en la destitución y expulsión del presidente electo Manuel Zelaya, siendo presidente del Congreso Nacional de Honduras y luego presidente de facto del país.

América Latina
Imposición de Micheletti aprobando renuncia falsa del presidente Zelaya. Foto: tiempodepolitica.com

Desde aquel Golpe de Estado de 2009 ordenado desde Washington, donde el ejército y la policía hondureña capturaron al presidente Zelaya, se han sucedido una serie de dictaduras (Roberto Micheletti, Porfirio Lobo y el actual Juan Orlando Hernández) que pueden considerarse como legítimos herederos de esa acción violenta e ilegal de EEUU contra un gobierno electo democráticamente en las urnas.

Actualmente, el Partido Liberal ha seguido apoyando todas las acciones durante la continuidad de la dictadura en el país aunque la fachada muestra solo al Partido Nacional como responsable.

Por otra parte, Honduras ha tenido vinculación con el narcotráfico, entre los casos se puede mencionar tres:

  • El de “Tony” Hernández (hermano del actual presidente de Honduras Juan Orlando Hernández) que fue sentenciado a cadena perpetua en marzo, por el envío de 185 toneladas de cocaína a EEUU, entre otros delitos.
  • El caso del narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez, quien el pasado 19 de marzo recibió su último día de juicio en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Durante la comparecencia los fiscales detallaron que el presidente hondureño Hernández se asoció con Fuentes para producir cocaína en un laboratorio instalado en Cerro Negro, Honduras y traficar toneladas de drogas a EEUU. No obstante, hasta el día de hoy no existe una inculpación contra el presidente de Honduras.
  • Vinculado además con desapariciones forzosas, el caso del exlíder del cartel hondureño Los Cachiros. Leonel Rivera confesó haber matado u ordenado la muerte de 78 personas y testificó con la fiscalía que pagó al mandatario Juan Orlando Hernández un soborno de $250.000 a cambio de protección.

Respecto a la corrupción y sobornos en el país, el fiscal Jacob Gutwillig afirmó que Orlando Hernández recibió de Fuentes “maletines con dinero en efectivo” ($ 25.000) en 2013 y 2014, a cambio de brindar protección desde los niveles más altos del gobierno.

El juicio abordó la corrupción arraigada al más alto nivel político en Honduras, así como en la policía, las Fuerzas Armadas y el sistema judicial.

Miembros de la oposición hondureña protestan frente a la corte federal de Manhattan, Nueva York, donde se realiza el juicio de Geovanny Fuentes Ramírez. Foto: AFP

Adicionalmente, Honduras ha servido de sostén para la ejecución de las políticas militaristas e injerencistas de EEUU contra otros países de Centroamérica y Suramérica. Tal es el caso de las bases paramilitares de la “Contra” nicaragüense y las bases militares norteamericanas de Palmerola y Mosquitia con intromisión en la política local y exterior.

La primera instalación militar norteamericana en territorio hondureño se desplegó en los años 80 en Palmerola, y la segunda se erigió en Mosquitia en 2010 con el fin de “frenar” el narcotráfico.

En el acto de inauguración de la base militar en la Mosquitia, el entonces presidente de Honduras, Porfirio Lobo, envió un mensaje de agradecimiento al presidente de EEUU, Barack Obama, “el agradecimiento por este magnífico aporte, que es un gran paso en el combate al narcotráfico”. Aún cuando lo que pasaba y sigue sucediendo, es una persecución y asesinato de miembros del Frente Nacional de Resistencia y de los movimientos sociales.

No obstante, como indica Omar Pérez en su trabajo “La base militar de la Mosquitia y el Plan Obama”, la finalidad es fortalecer sus objetivos militares en Honduras (incluye la fortificación reciente de la Base Militar de Palmerola), tener un punto estratégico para amenazar a Venezuela, Cuba, Nicaragua y al Caribe, y al mismo tiempo controlar una zona rica en recursos naturales.

También la base militar NAMRU-6 (“US Naval Medical Research Unit”, la Unidad de Investigación Médica Naval), que tiene tres instalaciones, en Lima, Iquitos y Puerto Mandonado (Perú), recientemente abrió una sucursal dentro de la Base Aérea Soto Cano (Palmerola), en Honduras.

En Honduras, NAMRU-6 se ubica donde opera la Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo (FTC-Bravo) del Ejército de EEUU. En esta base hay tropas estadounidenses, equipamiento, radares, pistas de aterrizaje y armamento, como de costumbre, tutorada por el Comando Sur.

Es precisamente por esta base militar y aeropuerto donde pasó el ex presidente Manuel Zelaya, al recibir el golpe de Estado del 2009.