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Por qué España no es Andalucía: tres diferencias

El contexto político del país acaba de pasar por un hecho importante: las elecciones andaluzas. Estos resultados, en nada se acercan a las posibilidades de la izquierda en toda España.

La izquierda en España está ante varios desafíos que deben ser atendidos con tiempo.

Las elecciones andaluzas servirán de telón de fondo para ser utilizadas a placer, a la hora de intentar implementar una estrategia que desde la tolda y la lógica de la derecha permita crear una matriz de opinión que haga ver a la población que lo ocurrido en la región sureña; puede ser replicado en el resto del país.

Sin embargo, ante esta escaramuza electoral, podemos detenernos para revisar algunos detalles importantes; detalles que pueden servir para diferenciar los procesos ocurridos y los procesos por venir.

Este ejercicio está pensado a fin de proponer elementos para el análisis que puedan ser útiles para tejer razones y sentidos acordes con los cambios que necesita la nación; y permitan develar, mostrar las intenciones del contrario políticamente hablando.

Tres grandes diferencias

Dentro de las primeras grandes diferencias que podemos encontrarnos es que en el caso de Juanma Moreno Bonilla, la legislación anterior también pertenecía al PP.

Hoy día, el poder a nivel nacional está en manos de Unidas Podemos, como primer dato importante.

La trascendencia de esto se desprende precisamente de la gran diferencia que revisten las decisiones desde una perspectiva social, económica e incluso humana que desde la izquierda, y sobre todo de la mano de Yolanda Díaz; están en total oposición a las medidas que de ahora en adelante se van a tomar dentro de la legislación andaluza.

Las profundas diferencias entre los modelos de gestión que se implementan tanto en Andalucía como a nivel nacional, descansan principalmente en el tema ideológico; es decir, desde qué lugar se van a ver los problemas y desde dónde se les va a dar solución.

Moreno Bonilla está enquistado en un modelo tecnocrático qué pretende hacer del territorio andaluz una especie de prueba piloto, para desde allí ampliar el campo de acción de los grandes capitales nacionales e internacionales; con todo lo que esto trae a la golpeada realidad andaluza.

En el caso del actual gobierno, principalmente expresado desde Díaz; los intereses son totalmente contrarios. El centro es el hombre y la mujer trabajadora, la mejora salarial y, en los contratos, la lucha contra la temporalidad y la migración interna, entre otros temas importantes.

El liderazgo

Una segunda diferencia la encontramos en el liderazgo. En el caso de la izquierda andaluza, las muestras de desunión y malentretenimiento, son de antología. Teresa Rodríguez y su división, aunada al poco carisma de Inmaculada Nieto, le hicieron un flaco favor esta vez al lado rojo.

Muy por encima de eso, Yolanda Díaz y su carisma, capacidad de agitación y movilización. El mismo hecho de encarar un proceso de escuchas a un año de las venideras elecciones nos habla de interés, implicación y compenetración con sus objetivos definidos para dar lo mejor de sí a su país.

Un tercer y último tema sería la diferencia que existe entre los apoyos y las deudas políticas que pudiera tener Juanma Moreno en Andalucía y las deudas y convenimientos que tiene Alberto Núñez Feijóo con Vox, por ejemplo. Y ni hablar de los señalamientos por corrupción que están detrás del presidente de los azules.

En fin, son tres elementos a considerar para ir amasando, construyendo escenarios futuros que alejen a los españoles de los malos presagios y dolores que trae el neoliberalismo a los países y a su gente.