Ecuador: las secuelas post COVID-19
Ecuador ha sufrido una crisis política, social y económica que se agudizado con la pandemia del COVID-19, sin embargo, el nuevo gobierno profundizará la situación.
Tuve la infección del virus SARSCOV 2, fui diagnosticado “positivo” el 1 de abril de 2021, dado de alta el día 21 de abril. Esos 21 días los pasé terriblemente, con todos los síntomas posibles, cada día una nueva dolencia y también una esperanza. Al fin entendí lo que es vivir un día a la vez, sabiendo que podía ser el último cada día.
Actualmente y en el día 15 después del alta médica persisten la fatiga, el dolor de espalda, el dolor de cabeza y la tos eventual, así como falta de olfato y gusto.
Ha pasado un año desde el inicio de la pandemia en Ecuador, tiempo durante el que en nuestro país la gente se moría y era incinerada en las calles, enterrados algunos en fosas comunes, en cajas de cartón, muchos de ellos sin identificar.
En esta tesitura, en lugar de incrementar camas UCI y el personal sanitario, lo que se hizo fue contraer los sistemas de salud, despidiendo médicos y enfermeras. A día de hoy, los hospitales siguen colapsados, los ciudadanos muriendo en mayor número que en 2020.
Estas secuelas son lo peor que nos ha dejado este tiempo, incluso en mi país ganó las elecciones un banquero; en Colombia el gobierno mata gente en las calles; en toda Latinoamérica -y hoy también en España-, la derecha neoliberal y fascista utiliza la frase: “si gana la izquierda seremos Venezuela“, es decir, el -según la derecha- peor gobierno del mundo.
El mismo que tiene un “dictador” por presidente, que a duras penas era chofer de camión, actualmente tiene influjo en toda Latinoamérica y hasta en la “madre patria”. Nadie se explica cómo un país dirigido por un “incompetente“, que además está bloqueado comercial y financieramente por EEUU, -dicho sea de paso Trump también acusó de haber propiciado su pérdida electoral-, pueda tener la capacidad de influir en la política norteamericana, latinoamericana y europea.
Hoy se inventan un “foro de la democracia” que designa como principal orador al peor presidente del mundo, con apenas un 4% de aceptación, que va a decir mentiras que solo afirman su condición de traidor al proyecto político que lo llevó a la presidencia, al pueblo del Ecuador y a su mentor, el mejor presidente que ha tenido el Ecuador.
Rafael Correa gobernó durante diez años, período conocido como ”la década ganada”. Es así como este indecente se permite afirmar que ha construido miles de obras, cuando en realidad no ha construido absolutamente nada, a duras penas ha cambiado los logos en las obras realizadas por el gobierno de la Revolución Ciudadana que presidió Rafael Correa.
También se permitió este mamarracho, títere de la derecha, decir a manera de anécdota que un ciudadana le habría dicho: “ojalá hubiéramos tenido un mejor presidente”, y que él habría contestado: “ojalá yo hubiera tenido un mejor pueblo”. Obviamente que aquella es otra confabulación de su mitomanía crónica.
El pueblo del Ecuador está contando los días para que este mequetrefe deje el gobierno y se vaya directo al basurero de la historia. Desgraciadamente lo que viene ya se deja ver que será peor, un banquero al frente del estado.
Ya ha designado a un tal Simón Cueva como ministro de finanzas, exempleado del FMI, que con el apoyo de la Asamblea Nacional saliente queda con una Ley de defensa de la dolarización, que no es otra cosa que la privatización del Banco Central, la liberación de las tasas de interés y el aseguramiento de utilizar la reserva monetaria como garantía de pago de la deuda externa.
Otra ley que le dejan servida es la llamada Ley de Defensa Humanitaria, que no es otra cosa que la precarización laboral y la permisión de despidos sin pagar indemnizaciones.
Ni se diga de las privatizaciones de la empresa pública, de la banca estatal, las hidroeléctricas y las refinerías de petróleo, que según la prensa y las Fake News del gobierno son empresas ineficientes que están a punto de colapsar, de derrumbarse y de explotar. Nadie entiende entonces por qué la empresa privada está tan interesada en asumir su administración.
La infección con el virus no es lo peor, sino sus secuelas. Ya sabíamos que Boltaire Moreno resultó más letal que el coronavirus, pero su secuela Guillermo Lasso será mucho peor.