Elecciones en Venezuela y Chile, el impacto de la izquierda en América Latina
Los resultados electorales favorables a la izquierda podrían romper el actual equilibrio de fuerzas provocando cambios profundos en la región.
Las elecciones presidenciales de Chile y las regionales de Venezuela están a punto de celebrarse. Las primeras podrían tener un impacto poderoso en América Latina, y las segundas en lo interno del país que las celebra, puesto que un impulso al diálogo entre gobierno y oposición supondría el principio del fin de las sanciones impuestas por Estados Unidos (EEUU) y seguidas por la Unión Europea.
Sobre Chile, el politólogo ecuatoriano Pablo Cisneros ha considerado que “Boric comenzó errática su candidatura porque sostenía que no iba a ser candidato porque le faltaba experiencia, pero meses después lanza su candidatura y ahora tiene oportunidad de ganar“.
Una tendencia que se ha asentado porque, “con el tiempo, ha podido llevar de mejor manera las críticas y considero que ha mostrado que ha aprendido mucho a mejorar como candidato. De sus fortalezas se puede decir que él mismo reconoce no saber todo y sus limitaciones“. Algo que ha jugado en su favor porque “es una muestra positiva de no mostrarse como alguien ungido y única persona en Chile que puede manejar el país“, sostiene el analista Cisneros.
Si Boric se acerca y llama públicamente a la unidad de todos los candidatos de izquierda, significaría una muy buena señal para potenciar su candidatura. Pablo Cisneros.
Otra cuestión que ha jugado en favor del candidato progresista es “el revés de Sebastián Piñera por el caso de Pandora Papers. Le ayudó mucho porque fue una manera de comprobar todas las críticas que él tenía y tiene hacia el Gobierno. Ha sabido aprovechar esta situación y lo demostró en el último debate“, explica el politólogo.
“Después del último debate del lunes, se lo ve mucho más firme y con más posibilidades de ganar esta primera vuelta. Si presenta oportunidades de concesiones puede ampliar el número de movimientos políticos de izquierda que lo apoyan“, pero para ello “debe siempre entender que no puede ser muy firme en sus propuestas, si es que quiere ganar la presidencia con el apoyo de otros partidos políticos“.
Sobre si el escenario latinoamericano es favorable a cambios o a rupturas, Pablo Cisneros considera “que hay cambios moderados“. Refiriéndose a la llegada de nuevos presidentes progresistas, sostiene que “se tiende a comparar con el último periodo en el que se dio algo parecido, cuando coincidieron Kirchner, Chávez, Morales, Correa, Lula. Porque estaban en el poder con perspectivas similares. Actualmente, la situación es diferente“, explica.
Algo ha cambiado. “Si bien hay gobiernos de izquierda en varios países, no tienen la fuerza de los anteriores mencionados. Fue una situación que no se terminó de aprovechar de la mejor manera. Un ejemplo de esto es la UNASUR que, lastimosamente, está acabada“, apunta el analista político como una de las razones principales del actual contexto.
“Creo que estos cambios son moderados porque no hay signos de que vayan a ser de larga duración o radicales. Como se ha visto en varios países, cuando sale un gobierno y entra otro, se busca cambiar todo. Como si el anterior no hizo nada bueno y esto retrasa mucho los avances. No todos los países buscan rupturas. Hay que ver las últimas votaciones en cada uno. Creo que el único proceso que se lo podría calificar de ruptura, es la Constituyente de Chile y es algo que aún está por verse la forma en que terminarán de redactar la nueva Carta Magna“, sostiene.
Uno de los debates en los que la izquierda suele encerrarse es en los liderazgos. El campo progresista no tiene la capacidad mediática ni está interesado en consolidar su propio bipartidismo, por lo que suelen eternizar a sus líderes en el poder. En Venezuela también sucede, y también en la derecha, totalmente separada sin reconocimiento entre las fuerzas que la componen.
Pablo Cisneros ve pocos liderazgos nuevos que puedan tener altura nacional en las elecciones de Venezuela. “Las sombras de Chávez, Maduro, Capriles y Guaidó son muy fuertes y poco se avizora ahora a líderes con tales alturas“, profundiza.
Si no hay vicios de fraude o nulidad y además todo es avalado por organizaciones internacionales presentes en las elecciones, esto va a ayudar mucho incluso para que los diálogos en México sean conducidos y finalizados de mejor manera. Pablo Cisneros.
“Considero que dentro de la MUD podrían destacar los candidatos en Lara, Luis Florido y Zulia, Manuel Rosales. Ninguno por liderazgos fuertes, pero tienen antecedentes políticos que sí saben explotarlos muy bien, podrían comenzar a fortalecer sus nombres” explica Pablo Cisneros.
Sobre el primero expresa que “Florido por haber liderado mesas de negociación entre el Gobierno de Maduro y la oposición. Esto puede hacerlo ver como un candidato más ecuánime y con tendencia a ser un conciliador“. Por su parte, los puntos fuertes de Rosales “al haberse candidatizado contra Hugo Chávez, tiene un poco más de experiencia en enfrentarse al PSUV y puede utilizar este argumento para hacer crecer su nombre dentro de la oposición“.
“Por el lado del oficialismo, Héctor Rodríguez en Miranda, Dante Rivas en Nueva Esparta y Argenis Chávez en Barinas” señala el politólogo. “El primero tiene un muy buen perfil y se muestra conciliador, maneja un discurso firme y de liderazgo. Si a largo plazo logra consolidarse dentro del partido podría incluso llegar a candidato presidencial. Su juventud le da una gran ventaja también“. Rodríguez es un dirigente que se ha ido posicionando en los últimos años como una apuesta a futuro de la Revolución Bolivariana.
Pero Pablo Cisneros no olvida a los otros dirigentes chavistas, “Rivas por su experiencia dentro del Gabinete de Gobierno puede tener una visión más técnica y de primera mano de lo que necesita el país. Finalmente, Chávez tiene la sombra de su hermano Hugo y también puede tornar esto en una ventaja“.
Las elecciones regionales de Venezuela son importantes porque determinarán el poder territorial del país, fundamentalmente en los estados fronterizos y productores como Zulia, Táchira, Nueva Esparta, Miranda, Distrito Capital. Pero también por su impacto en el proceso de diálogo que ambas partes sostienen en México.
“Al ser unas elecciones en las que la oposición vuelve a participar en su totalidad después de un tiempo, con todo lo que ha sucedido en el medio, es una oportunidad para medir fuerzas y dependiendo cómo sean los resultados, esto puede mejorar o empeorar el ambiente de negociaciones“.
Una posibilidad es “si la oposición acusa de fraude al Gobierno, esto inevitablemente empeorará el diálogo. Vale recordar que no es la primera vez que se intenta dialogar, por lo que un fracaso de las negociaciones tampoco se puede tomar de modo fatalista“, sostiene Cisneros, que añade “algo que va a influir mucho en Venezuela, más que los resultados, es la manera en que se lleven a cabo los comicios. Si no hay vicios de fraude o nulidad y además todo es avalado por organizaciones internacionales presentes en las elecciones, esto va a ayudar mucho incluso para que los diálogos sean conducidos y finalizados de mejor manera“.
El diálogo venezolano tiene una dimensión internacional puesto que la clave son las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Esta última, acompaña el proceso electoral del próximo domingo. Finalizarlo con éxito podría suponer la relajación o incluso el fin de las sanciones, permitiendo el regreso de muchos migrantes y rebajando la tensión diplomática en toda la región.
En ese ámbito internacional debe posicionarse la izquierda chilena con Boric al frente. “Como muchos candidatos de izquierda, no tiene la aprobación de las élites económicas e inmediatamente se lo coloca en el mismo saco de otros presidentes y expresidentes de izquierda. Con el proceso interno de Chile referente a la nueva Constitución, se espera que se enfoque más en asuntos internos, más que los externos“, analiza el analista ecuatoriano.
Si bien hay gobiernos de izquierda en varios países, no tienen la fuerza de los anteriores mencionados. Fue una situación que no se terminó de aprovechar de la mejor manera. Un ejemplo de esto es la UNASUR que, lastimosamente, está acabada. Pablo Cisneros.
“La pérdida del partido peronista en Argentina reduce las posibilidades de que el posible gobierno de Boric logre conseguir la integración latinoamericana que busca el candidato, al menos con uno de los países vecinos con los que hace unos meses comenzó un conflicto territorial. Él también ha sido enfático en que busca reabrir una embajada en La Paz, pero lo que no se negocia es una salida al mar para Bolivia, esto desde el comienzo demarca en lo que trabajará y desde dónde va a manejar a Chile con su vecino“.
Una cuestiones que no permitirán a Chile tener las mejores relaciones con Bolivia, gobernada también por la izquierda, pese a que al igual que con Perú supondrán una mayor integración que la que han tenido históricamente.
“Otro factor que trascenderá, será el peso que le dé a alianzas políticas y su posición respecto a presidentes que no son del todo aceptados en el exterior, como Maduro y Ortega” advierte el politólogo. “Creo que al ser temas que no le interesan mucho, buscará desmarcarse pronto y dejar en claro su posición“.
“Podría creer que incluso, que puede llegar a ser como Pedro Castillo en Perú, del cual se esperaban cambios radicales que pongan a Perú en el mismo lugar que Venezuela, Cuba, o Nicaragua, pero que al final solo se ha dedicado a trabajar a la interna“, una cuestión que se ha debido a la presión de la extrema derecha peruana y a la debilidad del presidente peruano en su capacidad de movilización en las calles, al contrario que Boric en Chile, quién viene de una movilización constante por la Constituyente.